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Claudio Muñoz, presidente de Icare:
Añana, por fin, se realizará el postergado Encuentro Nacional de la Empresa (Enade) que organiza el grupo empresarial Icare en Casapiedra.
Aunque será el primero de tres.
Y se esperan unas 800 personas en el recinto, y que la audiencia se multiplique por cuatro vía online.
El foro fue suspendido de su tradicional fecha en octubre debido al estallido social, el que obligó a reformularlo.
Por lo que, con la intención de promover un clima de diálogo, la directiva de Icare, que encabeza el presidente de Aguas Andinas, Claudio Muñoz, decidió realizar tres Enade.
El de mañana se centrará en “Economía y Política”. El 26 de marzo, se hablará sobre la conexión de la empresa con la sociedad.
Y el 13 de mayo, sobre la “Reconstitución” del país en lo político y lo institucional a partir del resultado del plebiscito para una nueva Constitución.
El proceso constituyente es el que se ha tomado la agenda en lo político y en lo económico y estas citas empresariales irán marcando el ritmo de ese debate. Claudio Muñoz ya adelanta que irá a votar y que ya tiene decidido su voto. —¿ Está bien que los empresarios o los dirigentes gremiales den públicamente su posición ante el plebiscito, como lo hizo ayer el candidato a la CPC Juan Sutil por el “rechazo”? —Cada persona, más allá de ser empresario, político o dirigente social, es persona y en una democracia todas las personas podemos expresarnos. —¿Y usted aprueba o rechaza? —Tengo clarísimo lo que voy a votar y voy a ira votar. Pero represento a una institución (Icare) que busca ser un punto de encuentro y no es prudente que exprese anticipadamente cuál será mi decisión. —Ayer en un artículo sobre las proyecciones de la bolsa un analista decía que el “apruebo” genera más incertidumbre, porque la mantiene por dos años más.
Otro decía que el “rechazo” traería más incertidumbre, porque hay más posibilidades de estallidos. ¿Con cuál de las dos hipótesis se queda? —Con ninguna de las dos.
A ver, las opciones de apruebo y rechazo son legítimas, y las personas en conciencia decidirán.
A mí lo que me preocupa es el plazo, que estemos pensando que dedicar 2,5 años a discutir este tema es viable.
No tenemos 2,5 años.
Los países tienen que minimizar las incertidumbres, no acrecentarlas. En todo caso, estoy de acuerdo en que tenemos que reformar algunos aspectos de la Constitución, pero no lo podemos hacer en 2,5 años, porque dedicar ese tiempo puede ser un problema serio para el desarrollo del país. Yo invitaría a trabajar un año en resolver este tema y poner toda nuestra energía en cómo seguimos construyendo acuerdos sostenibles para que Chile siga creciendo. —Estos parecen argumentos más de rechazo, ¿no? Los tiempos ya están establecidos, son dos años, y varios de los que apoyan el rechazo plantean “reformar aspectos de la Constitución”. —Usted es libre de concluir lo que quiera. Ahora, como toda obra humana, Es perfectible. —Se ha dicho que el proceso constituyente trae incertidumbre. ¿Dónde está esa incertidumbre? Porque, por ejemplo, ¿ usted cree que el derecho de propiedad está en duda? ¿ Que los manifestantes de Plaza Italia quieren que el Estado sea dueño de sus cosas? —Parte del desafío que tenemos en Chile es que estamos frente a un problema multifactorial.
Y en esos escenarios multifactoriales, una habilidad de una sociedad es discriminar rápido, es decir, dónde pongo las certezas para poder avanzar. Y cuando uno plantea debates tan abiertos, como los que hablan del concepto de “hoja en blanco”, es como llegar a al primer día a la universidad y el profesor dice “todo lo que aprendió en su vida previa no vale, vamos a partir enseñándole todo desde cero”, y ese alumno probablemente dirá que hay cosas que ya aprendió que le puedan servir.
Esa lógica en el desarrollo constitucional me parece que no es válida y, al contrario, genera una cantidad de incertidumbre.
Evidentemente que tenemos desafíos que la sociedad ha planteado sobre la Constitución. Y creo que el camino práctico es: veamos la forma de despejar esas principales inquietudes con la condición de que no afectemos el desarrollo y el crecimiento de las personas y del país. —Hace un mes se le consultó al presidente Piñera por un cambio de modelo.
Y respondió que el cambio era ser Venezuela. Pero hay sociedades intermedias entre el liberalismo de Chile y el populismo izquierdista de Venezuela. ¿A qué sociedad le gustaría parecerse: a los países nórdicos, a los oceánicos? —A mí me gustaría parecerme a un Chile donde mayoritariamente nos ponemos de acuerdo en qué país queremos construir y podamos decir “este país lo construimos juntos”. Evidentemente uno puede ver modelos internacionales, y tenemos referentes diversos.
Y lo primero es no cazarnos con un modelo porque Chile es distinto.
Mi principal motivación es que fortalezcamos nuestra capacidad de concordia, de llegar a acuerdos.
Ese es el capital social que requiere nuestro país. Y en esto soy optimista, porque cuando escuchas a las personas y ves encuestas, te das cuenta que Chile no ha perdido el sentido común, sigue valorando la capacidad de construir conjuntamente, valorando el tener oportunidades para poder desarrollarse en equidad y en buenas condiciones.
Y ahí está nuestro proyecto país: construyamos ese capital social que es la concordia y llegar a acuerdos sostenibles para desarrollar Chile. —Estamos en pleno proceso eleccionario de la CPC.
Su nombre se ha barajado como alguien que podría tomar este desafío. ¿Estaría dispuesto? —NOo he visto mi nombre en ninguna parte.
Tengo un compromiso con Icare y en mi plano laboral personal tengo desafíos fantásticos con la crisis hídrica y la sequía.
Por el momento tengo mi agenda absolutamente enfocada en esto.
Cree que TT ERAN a la cultura del diálogo y los acuerdos para desarrollo.
Estoy de acuerdo en que tenemos que reformar aspectos de la Constitución, pero no en 2,5 años” MI principal motivación es que fortalezcamos nuestra capacidad de concordia, de llegar a acuerdos”
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