Entre el reciclaje, la eliminación de productos de un uso y alternativas compostables, oscilan las opciones que se plantean en Chile para la gestión sustentable del plástico.
M Qué le parecería si supiera que, cada un minuto, en el mundo se vacía el equivalente a un camión de basura repleto de plástico al mar? Aunque la metáfora no es literal, sirve para dimensionar los alarmantes índices asociados al destino final de los plásticos en desuso. Actualmente, ocho millones de toneladas de este material —en sus diversas variantes (ver figura 1)- acaban en el océano, solo en el período de un año, y 70% queda en el fondo marino, contaminando gravemente los ecosistemas. De acuerdo a las Naciones Unidas, para 2050 habrá más plásticos que peces en los océanos, mientras que estudios señalan que para ese mismo año, el 99% de las aves marinas habrá ingerido residuos plásticos. Y, en Chile, se consume alrededor de 90.000 toneladas de plástico anualmente, de las cuales se recicla solo el 8, 5%. Estas impactantes cifras han llevado a los distintos actores involucrados en el país —empresas, responsables políticos, entidades del Estado, organismos gremiales y ONGs= a tomar cartas en el asunto. Lo anterior, a través de iniciativas diversas, tales como el impulso a un pacto transversal para fomentar el reciclaje; la elaboración del reglamento de envases y embalajes, en el marco de la Ley REP; un acuerdo de producción limpia (APL), en conjunto con Sofofa; un proyecto de ley para eliminar plásticos de un solo uso. Y, por supuesto, el hito concretado a principios de año, como fue la ley que prohibió la entrega de bolsas plásticas en todo el territorio nacional.
METAS A 2025
En abril pasado se firmó el Pacto Chileno de los Plásticos, iniciativa público-privada que reúne a toda la cadena de valor de los envases de este material, en pos de lograr la transición hacia la llamada "Nueva Economía de los Plásticos”. Su objetivo es establecer, a través de un mecanismo voluntario, metas concretas para reducir el uso de este material, favoreciendo la innovación y su reutilización y reciclaje. Para ello, se desarrollará en torno a tres principios o ejes de gestión: eliminar los plásticos problemáticos, innovar para asegurar que los plásticos sean valorizables y, finalmente, hacer circular los plásticos de modo tal que se mantengan en la economía y fuera del medio ambiente. El acuerdo fue suscrito por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), Fundación Chile, Corfo, el Ministerio de Economía, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, la Asociación de Municipalidades para la Sustentabilidad Ambiental (Amusa), el Sistema de Gestión de Envases y Embalajes, la ONG Plastic Oceans Chile y los socios fundadores pertenecientes al mundo privado: Unilever, Amcor, Coca-Cola, Mall Plaza, Nestlé, Soprole y Resiter, a los cuales se sumó el Grupo Turner Chile, como aliado estratégico. El Pacto Chileno de los Plásticos se enmarca dentro de la Red Global de Pactos por los Plásticos, creada en 2018 por la Fundación Ellen MacArthur en Reino Unido.
HOJA DE RUTA
En Chile, la iniciativa es conducida por el Ministerio del Medio Ambiente y Fundación Chile. Esta última, en calidad de ente articulador. Respecto a objetivos, Guillermo González, Jefe de la Oficina de Economía Circular del MMA, comenta: “Lo que buscamos es avanzar en paralelo con la regulación, con metas aún más ambiciosas en cuanto a la eliminación de los plásticos problemáticos, de un solo uso, para que de forma voluntaria todos estos actores apoyen nuestra transformación hacia una economía circular”.
El experto agrega que para junio está previsto, a partir de un trabajo conjunto entre las organizaciones adherentes, la definición de las metas del Pacto que serán para el año 2025. Por ahora, sí están establecidas las cuatro grandes metas en pos de las cuales el trabajo se estructurará:
+ Eliminar los envases de plástico de un solo uso —por considerarse innecesarios y problemáticos—, a través del rediseño y la innovación.
» Asegurar que todos los envases de plástico sean reutilizables, reciclables o compostables.
+» Aumentar de forma significativa la reutilización, recolección y reciclaje de envases de plástico post-consumo.
+ Aumentar el contenido reciclado en envases de plástico.
Andrea Cino, Jefe de Proyecto Pacto Chileno de los Plásticos de Fundación Chile, comenta que la estrategia a implementar tendrá cuatro >
348 Millones de toneladas es la producción anual de plástico en el mundo, según cifras de Plastics Europe. Se estima que esta cifra a 2050 se triplicará.
90% De las aves marinas tiene plástico dentro de su organismo, señala un estudio de WWF.
75% De los desechos encontrados en la limpieza de playas corresponde a productos de plástico en desuso, indican datos de Oceana.
APL para Ecoetiquetado
A fines de mayo, Sofofa y la consultora Regenerativa presentaron los resultados del proceso de diagnóstico para el Acuerdo de Producción Limpia de Ecoetiquetado para Envases y Embalajes. En esta iniciativa también participan ASIPLA, el Ministerio del Medio Ambiente y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático. Este APL tiene dos objetivos: incidir en la preferencia de compra de los consumidores y facilitar y orientar la experiencia de reciclaje de las personas. Según Magdalena Balcells, el acuerdo busca “generar una etiqueta que permita a los consumidores, al momento de hacer una compra, tener la opción de elegir productos, respecto a los cuales esté claro su potencial de reciclaje. Y que, además, a las personas se les explique cómo reciclar, porque los plásticos se reciclan de distinta forma dependiendo de su tipo”. La líder gremial añade que, como paso siguiente, Sofofa junto a las demás organizaciones adherentes definirán cuáles los plazos involucrados y la forma cómo se implementará el APL.
- ejes de gestión. En primer lugar, Innovación, mediante el desarrollo de proyectos de investigación y colaborativos: “La idea es movilizar un ecosistema de emprendimientos a través de convocatorias con desafios específicos del mercado”. En segundo término, Infraestructura. Esto implicará, según la experta, “la ejecución de proyectos sistémicos para la construcción de una infraestructura de logística y valorización adecuada, que permita cumplir con las metas y potenciar el mercado de valorización del plástico”. Asimismo, otra línea de acción es Cultura, en que el objetivo será educar e informar a la comunidad para generar conciencia y empoderarla a tomar decisiones que aporten al Pacto. En esa dirección, Cino precisa que el trabajo apuntará a generar herramientas que faciliten el cambio de hábitos. Finalmente, Diálogo, que consistirá en “proveer una plataforma de colaboración y diálogo público-privado y generar una vinculación con las políticas públicas relacionadas”.
REGLAMENTO
Otra arista relevante de las acciones en pro de una gestión sustentable del plástico en Chile dice relación con la ley REP. De acuerdo a los plazos establecidos, es inminente la publicación del reglamento para envases y embalajes, el segundo en el marco de esta normativa, después de que en octubre pasado entrara en vigencia el de neumáticos. Al respecto, Guillermo González, comenta: “El plástico es precisamente uno de los materiales relevantes de la ley REP ya que todos los envases y embalajes de plásticos van a estar sujetos a metas de porcentajes de recuperación y revalorización por los mismos productores”. Magdalena Balcells es la Gerente General de ASIPLA (Asociación de Industriales del Plástico), gremio que fue convocado por el Ministerio del Medio Ambiente con otros actores de la cadena de valor— para formar parte del Comité Operativo Ampliado encargado de elaborar el reglamento. A punto de que el texto se publique y comience a regir, la ejecutiva comenta: “Para que esto resulte necesitamos generar un mercado sano y competitivo. Es decir, por un lado, que la recolección asegure que los recicladores accederán a la materia prima. Y, por otro, que cuando esos recicladores transformen los residuos en materia prima reciclable, ésta tenga un lugar donde ser colocada. En otras palabras, que haya industrias que la demanden”. Por su parte, Mark Minneboo, Director Ejecutivo de Plastic Oceans Chile, estima que para que el reglamento funcione es necesario hacer un trabajo colaborativo entre los distintos actores involucrados: “Por un lado, necesitamos la legislación para que regule y, por otro, requerimos que las empresas se pongan más ambiciosas e innovadoras. Y, junto a ellos, necesitamos a los consumidores, que tienen un rol clave. Porque la ley REP no va a funcionar si éstos no tienen la posibilidad de apoyar los cambios que se vienen”.
LOS PROBLEMÁTICOS
Dentro del Pacto Chileno de los Plásticos se describe a los plásticos de un solo un solo como ”problemáticos” e “innecesarios”. En gran medida, porque según las condiciones actuales, tienen como destino usual los rellenos sanitarios u otros lugares de disposición no autorizados, como los basurales clandestinos y, más grave aún, el mar. En ese sentido, el jefe de Economía Circular del MMA advierte que si bien la ley REP incluye a envases y embalajes, “no obstante, hay una serie de productos de plásticos de un solo uso que se utilizan de forma indiscriminada, como los cubiertos, platos, bombillas y vasos plásticos, por nombrar algunos, que no son parte de esa categoría y por lo tanto no están cubiertos por la REP”. Y agrega: “Por eso, miramos con interés las iniciativas que se desarrollan a nivel municipal, dado que estamos conscientes de que hay un problema en la generación de enormes cantidades de plástico que no tienen ninguna lógica de circularidad, ya que se usan por minutos y luego se desechan”. Por su parte, Mark Minneboo, Director Ejecutivo de Plastic Oceans Chile, estima que para que el reglamento funcione es necesario hacer un trabajo colaborativo entre los distintos actores involucrados: “Por un lado, necesitamos la legislación para que regule y, por otro, requerimos que las empresas se pongan más ambiciosas e innovadoras, no solo variando el uso de materiales en sus envases, sino también revisando su modelo de negocios actual. Y, junto a ello, necesitamos a los consumidores, que tienen un rol clave. Porque la ley REP no va a funcionar si éstos no tienen la posibilidad de apoyar los cambios que se vienen”. Adicionalmente, la especialista añade que hay una distinción entre los plásticos reciclables y aquellos que son compostables (término que es técnicamente más exacto que “biodegradable”, para referirse a un material que se degrada biológicamente).
Fig. 1: Tipos de Plástico Según su Materialidad y Usos
Fuente: ASIPLA
Botellas de bebida Botellas de agua Envases de aceite
Bolsas de Supermercado Implementos de aseo
Tubos y cañerias Cables eléctricos Envases de detergentes
Manteles Envases de crema
y shampoo Bolsas para la basura
Mamaderas Tapas de botella Vasos no desechables Envases de alimentos
Vasos, platos y cubiertos desechables Envases de yogurt Envases de helado
Teléfonos Articulos médicos Juguetes
“El foco está en la reutilización y reciclaje. Sin embargo, también se incluyen los compostables porque, dependiendo de la función del empaque, a veces pueden ser una alternativa mejor. Por ejemplo, cuando se trata de entregar alimentos en lugares y/o eventos masivos, a veces es más eficiente utilizar envases compostables ya que se evita el problema de la separación y limpieza del envase, que muchas veces los consumidores no están dispuestos a realizar”.
PROYECTO DE LEY
En consonancia con lo anterior, en mayo, un grupo de parlamentarios junto con las ONGs Oceana y Plastic Oceans Chile presentaron un proyecto de ley para limitar los plásticos de un solo uso, que en su mayoría van a dar al mar. “La propuesta que presentamos busca limitar la generación de productos desechables y regular los plásticos, especialmente, aquellos que son pequeños y que descartamos luego de unos pocos minutos de uso”, explica Javiera Calisto, Directora de Campaña de Contaminación de Oceana. El cuerpo legislativo está dirigido a establecimientos que expenden alimentos, como restaurantes, cafeterías, cocinerías y otros locales que sirvan comida preparada o bebestibles. Según el texto, estos comercios deberán ofrecer productos reutilizables como loza, madera, vidrio o similares. En el caso de negocios que vendan alimentos para llevar, tendrán que entregar desechables distintos al plástico como por ejemplo, aluminio, papel, cartón, bambú o plásticos desechables certificados. Entre los productos regulados se encuentran vasos, tazas, tazones, cubiertos, mezcladores, bombillas, platos, envases o bandejas de comida preparada y sus envases accesorios, tapas, botellas iguales o menores a 500 cc, los cuales se prohibirán progresivamente. “Hemos hecho un trabajo exhaustivo, desarrollando una línea de base sobre la situación de los plásticos en Chile, analizando las legislaciones de distintos países que han regulado los plásticos de un solo uso. Esta información fue crucial para la propuesta de ley que se ingresó, que fue trabajada con distintos sectores y entidades”, agrega Calisto.
NATURALEZA HÍBRIDA
Una alternativa para reemplazar a los plásticos convencionales y que ha cobrado cierta notoriedad son los plásticos biodegradables o también llamados bioplásticos. Magdalena Balcells explica que la diferencia de este tipo de productos es que tienen su origen en una fuente renovable. “Sin embargo, son plásticos igual”, enfatiza la líder gremial. 3
Para Reino Unido
En el Pacto de los Plásticos de Reino Unido participan alrededor de 90 organizaciones —entre empresas socias y organismos de apoyo—, que representan el 80% del packaging plástico que se comercializa en los supermercados y 50% del plástico total que se consume a nivel nacional. Según Mark Minneboo, para 2025 se fijó como metas que el 100% de los envases y embalajes de plástico sea reutilizable, reciclable o compostable; que el 70% de los envases plásticos se recicle o composte; que los envases de plásticos contengan en promedio un 30% de material reciclado y, asimismo, que se elimine la totalidad de los plásticos de un solo uso.
Por su parte, Mark Minneboo complementa esta afirmación, precisando que “un bioplástico también es un polímero, tal como un plástico hecho de petróleo. Pero la diferencia que se quiere lograr es que sea biodegradable en el menor tiempo posible. Es decir, que no deje residuos en el medio ambiente”. Al respecto, puntualiza que este tema se está estudiando ampliamente en Chile, aunque aún muy a la zaga de naciones desarrolladas. En ese marco, comenta que en el mercado local hoy existen varios bioplásticos importados, pero que “la mayoría pueden degradarse solo en un ámbito industrial y hoy no tenemos ese tipo de instalaciones en Chile”. Minneboo, por otro lado, destaca que en el proyecto de ley para limitar los productos plásticos de un solo uso se señala que un bioplástico con características positivas en términos de compostaje debiera degradarse biológicamente en un período corto de tiempo. “Eso es, para nosotros, el escenario ideal. Lamentablemente, un estudio reciente publicado en Europa dice lo contrario”, advierte el experto. Aludiendo a dicho reporte, comenta que investigadores europeos enterraron bolsas de bioplástico que, según datos de fabricación, debían biodegradarse en tres años. No obstante, al cabo de ese período las extrajeron de la tierra y constataron que aún era posible utilizarlas como bolsas de forma normal. “Tres años igual es mucho tiempo porque, aunque una bolsa sea biodegradable, puede generar mucho daño en la vida marina o en cualquier tipo de vida silvestre. Por ello, tendría que estudiarse si existen bioplásticos que se degradan más rápido y ver si éstos pueden producirse en Chile o bien hay que importarlos”, agrega Mark Minneboo. En todo caso, precisa el directivo de Plastic Oceans, lo que sí se sabe es que ya están disponibles tecnologías para desarrollar plásticos biodegradables a nivel internacional. Así también, dice que actualmente se da una discusión en torno a los
plásticos oxo-biodegradables. Es decir, una mezcla entre plástico convencional, fabricado partir de petróleo, y los categorizados como biodegradables: “Lo que pasa con los productos oxobiodegradables es que se elaboran a partir de una mezcla, de manera tal que su material se fragmenta en el tiempo. Entonces, por un lado, el componente natural se biodegrada rápido, pero la parte de petróleo no se biodegrada y queda fragmentado en el medio ambiente, contaminando todo. Por lo tanto, creemos que tampoco es una solución viable, porque, aunque sea 50% y 50%, al final igual es petróleo que termina en el medio ambiente”.
CAMBIOS GRADUALES
Magdalena Balcells reconoce el aporte potencial de los bioplásticos, sin embargo pone el acento en que su incorporación en el país se haga de modo paulatino: “La idea es fomentar más posibilidades de reciclaje en Chile y modelándolo de la mejor manera posible, pero para eso hay que respetar ciertas gradualidades”. En ese sentido, hace un llamado a abordar este tema con una mirada proporcional a la realidad local: “El plástico puede llegar a ser compostable, pero las soluciones que existen para hacerlo hoy son caras y, por otro lado, en Chile aún no son masificables. Este es, por lo tanto, un mercado que se tiene que ir generando”. En esa dirección, subraya que el plástico si bien es muy criticado por ser durable, eso es justamente lo que lo hace un material virtuoso al momento de ser reciclado: “Es 100% reciclable, entre otros motivos, gracias a su durabilidad y composición, y para poder incorporarlo exitosamente en el ciclo de reciclaje es muy necesario que ese flujo no se contamine”. Por eso, advierte que cuando se incorporan opciones de composición híbrida y que no son masificables, como el bioplástico, “al final del día lo que se genera es basura, porque no se puede compostar ni tampoco reciclar”. En lugar de ello, Magdalena Balcells sostiene que el camino que han tomado los países que llevan ventaja en este ámbito es la reciclabilidad: “Es decir, tomar ese residuo como la materia prima que es, para luego generar materia prima reciclada e incorporarla en nuevos productos”.
Aguas Arriba
Tri Ciclos hace 10 años instala y opera estaciones de reciclaje con especial foco en envases y embalajes, siendo las primeras unidades en el país que incorporan segregación in situ de varias categorías de plástico e incluso diferenciadas por color. “Todo esto con el fin de tener el máximo aprovechamiento económico de los plásticos y permitir un subsidio cruzado para aquellos materiales que no son costo-efectivos después de toda la cadena de valor”, explica Verónica de la Cerda, Gerente General de la firma. Y añade: “Estos plásticos son enfardados y enviados a nuestros clientes transformadores finales que los convierten en materias primas para nuevos productos”. En la actualidad, la compañía participa en el comité técnico del Pacto Chileno de los Plásticos y efectuó las primeras gestiones para replicar esta experiencia en Chile. En línea con la frase de su sitio web “la basura es un error de diseño”, la compañía desarrolla asesorías aplicando un enfoque “aguas arriba” en materia de residuos. “La opción más costosa y alejada de la economía circular es el reciclaje. Trabajamos con nuestros clientes en innovar en modelos de negocios que eliminen el concepto de residuo desde el comienzo”, precisa la ejecutiva.