"Mi sello será ser intransable en buscar la transversalidad de acuerdos de la oposición y el diálogo con la derecha"
O
habla de su carrera y el ser mujer en el mundo de la política.
Cuando le preguntan por sus referentes políticos, casi sin pensarlo nombra a Michelle Bachelet. La senadora Adriana Muñoz también fue pionera en llegar a un cargo de alta relevancia al ser la primera mujer en presidir la Cámara de Diputados y, de aprobarse en marzo lo acordado en la oposición, será la segunda en alcanzar la testera del Senado luego de Isabel Allende. La dirigenta PPD llegó al Parlamento desde el movimiento feminista y reconoce lo difícil que ha sido ser mujer en política. “Yo era el arroz, el acompañamiento”, dice al recordar su campaña senatorial por Coquimbo en 2013, donde salió elegida con casi el 31% de los votos. La legisladora cuenta que no buscaba presidir la Cámara Alta, aunque valora la declinación del senador Felipe Harboe, quien, al igual que el actual presidente del Senado, Jaime Quintana, milita en el PPD, por lo que organizaciones de mujeres solicitaron públicamente que se aplique ahí también la paridad. Y La senadora asegura que, de convertirse en presidenta del Senado, espera ser recordada por buscar el diálogo con el Gobierno, la transversalidad de los acuerdos en la oposición y quiere que su legado sea el haber impulsado las agendas de género, laboral y de recursos hídricos.
—¿ Cómo analiza la declinación del senador Felipe Harboe y cómo emergió su candidatura? —Estos son tiempos de mujeres. El movimiento feminista irrumpió con mucha fuerza y no solamente este año. Hay una fuerza de mujeres que tiene una fuerte impronta social que gravita hoy en los movimientos sociales. Que es una diferencia respecto al feminismo del siglo XX, de donde yo emerjo. Nosotras estuvimos en muchas organizaciones, organizadas en la lucha contra la dictadura. Nosotras pedíamos democracia en el país y democracia en la casa. Planteamos muchas cosas las feministas de la época, pero no con la fuerza que tiene hoy el movimiento. Es ese movimiento el que instala la paridad, y por cierto eso empieza a extenderse en otros espacios. Agradezco públicamente a todas instalar con fuerza que la testera fuera liderada por una mujer. Por eso he valorado el gesto humano y político del senador Harboe, que sintonizó con esta situación.
—¿ Usted buscó llegar a la presidencia de la testera? —No, no lo busqué. No me postulé como candidata; sin embargo, esto se instaló por esta movilización de mujeres. He luchado toda mi vida para que las mujeres seamos visibilizadas en nuestras capacidades, en nuestra inteliGencia, lo que tenemos que aportar, además de que lleguemos a cargos de toma de decisiones, por eso fui una gran luchadora por las cuotas. Cuando se propone mi nombre, por mi trayectoria y convicciones, no puedo renunciar. Al igual que Felipe, yo leo lo que está sucediendo y las mujeres no nos podemos restar de estos liderazgos.
—¿ Ha visto dificultades en su carrera política por ser mujer? —Muchísimas. María Antonieta Saa y yo llegamos al Parlamento desde el movimiento feminista con una agenda de género, por eso peleamos por nuestros escaños, nos costó. A mí
Me costó una interna, no ha sido fácil ser candidatas, nuestra lucha fue contra viento y marea, frente a la barrera interna particularmente dentro de nuestros partidos.
—Se habla de que la disputa en el PPD tenía que ver con un conflicto entre el senador Guido Girardi y Harboe. ¿Qué hay de cierto en eso? —Por cierto que en todos los partidos hay liderazgos que se contraponen, pero de verdad yo me quiero negar a ser parte de una decisión así, de venir a resolver una tensión y situación de conflictividad. Es verdad que yo no postulé a ser presidenta del Senado, no estaba en mis intereses. Entiendo que ha habido una tensión, que de alguna manera se resolvió con el gesto de Felipe.
Espera que sea su sello de llegar a la testera? Hay que armar una mesa de trabajo colectiva: presidente, vicepresidente y bancadas. Aquí se requiere mucho colectivo, romper de alguna manera esta lógica muy personalista que de repente surge. Hacer que ese colectivo tenga peso en las decisiones sobre la agenda. Hay, además, que poner énfasis en la agenda social, abrir un debate serio y en diálogo con todos. Eso es lo más complejo.
—¿ Su gestión será de apertura al diálogo?—Nosotros queremos hablar con el Gobierno, con los parlamentarios de derecha. Tenemos que buscar que el Gobierno se allane a entender que aquí si no hay diálogo con la oposición, si no logramos trabajar propuestas conjuntas apegadas a la profundidad de la demanda de transformaciones, no vamos a poder avanzar. Mi sello será ser intransable en buscar la transversalidad de acuerdos de la oposición y el diálogo con la derecha y el Gobierno. Si no es posible, votaremos divididos, y lamentablemente seguiremos dando una señal muy mala a la ciudadanía.
—¿ Y qué proyectos busca priorizar? —En materia de género, hay que hacer ley pronto el derecho a las mujeres a la vida libre de violencia. En temas laborales es muy importante avanzar en 40 horas. En aguas, me he dedicado mucho al tema hídrico, voy a ponerle mucho énfasis al tema de la desalinización de agua de mar. También conversar con las colegas diputadas y diputados, porque hace más de dos años duerme el proyecto de seguimiento telemático a las medidas cautelares en denuncias de violencia hacia las mujeres. Y otros proyectos que yo quisiera hacer emblemáticos, ojalá lo más vinculada a la demanda social.
—¿ Hace alguna autocrítica desde su
sector por la crisis social del 18 de octubre?—Es imposible no hacer una autocrítica. Yo valoro muchísimo, y creo que todo Chile valora, lo que se ha hecho en 30 años. Se hizo un gran avance, se consolidó la democracia, se avanzó a pasos bien agigantados en los niveles de pobreza. Pero por cierto que también tenemos errores bastante grandes, los que iban siendo planteados al interior de la coalición. No nos olvidemos de los autoflagelantes y los autocomplacientes.
—¿ A qué errores se refiere? —Un error garrafal fue el CAE, uno se pregunta cómo fue posible que fuéramos parte de diseñar esa política. Se abrió la educación para muchos más, pero a un costo de un endeudamiento. Fue irresponsable. Hemos cometido errores, no tuvimos fuerza para profundizar cambios en el modelo, pero tampoco tuvimos fuerza parlamentaria, porque los quórums son altos. Puede parecer un pretexto, pero no lo es. Aquí pagamos todos, todos somos responsables, pero la derecha ha sido muy responsable, que se ha parapetado en la Constitución para defender el modelo.
—¿ Cómo observa al Gobierno? —No puedo decir que el responsable del estallido social es la derecha, es un cúmulo. Le tocó a un Gobierno de derecha porque creo que la gente puso mucha expectativa en que con el Presidente Piñera iba a llegar un gobierno donde todos los errores de la Nueva Mayoría se iban a corregir. Entonces, estalla cuando muchas promesas programáticas no se pudieron ver. Ahora, creo que frente al estallido el Gobierno no se ha manejado bien, están desvinculadas sus propuestas con el movimiento.
—¿ Cree que el Presidente puede remontar ese 6% de aprobación dado por la encuesta CEP? —Es muy complejo el escenario con un Presidente del 6%, pero la única manera es que el Presidente y su gobierno sintonicen con lo que está pasando y que se decidan a ser un gobierno en diálogo y no en imposición.
—Personalidades de la oposición tampoco tienen buena aprobación. ¿Cree que podrían liderar una alternativa distinta en estos momentos? —Hay una carencia de liderazgos en todos los sectores. La encuesta intenta poner liderazgos. Yo entiendo que esté Lavín, que está todo el día en la televisión, que administra una municipalidad millonaria y que además tiene esta capacidad de hoy transformarse en socialdemócrata, pero en la oposición hay buenos nombres. Heraldo Muñoz, Lagos Weber en mi partido, está Bea Sánchez. Hay muchos liderazgos, pero hay que ver de qué manera se desarrollan.
Pero evidentemente no tenemos una situación como la del 2013 con Michelle Bachelet. Hoy no tenemos ese liderazgo indiscutible.
—¿ La dispersión en la oposición y los desmarques de la DC en votaciones clave perjudican al sector? —En la DC hay un sector que está liderado por el actual presidente, que tiene esta postura bastante desvinculada del resto de la oposición, pero convivo permanentemente con senadores y dirigentes que están en otra posición. Todos los partidos tenemos que pasar por definiciones internas también, en la DC se ha notado más porque su presidente se ha encargado de visibilizar el camino propio, que no sé para dónde va.
—¿ Cree en alianzas desde la DC al Frente Amplio o más acotadas a lo que fue la ex-Concertación? —Estoy por las alianzas lo más amplias posibles. Dentro de un arco de la centroizquierda y la izquierda, por cierto con el FA, con el PC, yo creo que todos somos necesarios hoy día para Chile, y tenemos que construir alianzas.
—Se rechazó paridad en el Senado. El proyecto vuelve a la Cámara sin mecanismo. ¿ Está por encontrar una fórmula intermedia con la centroderecha? —_La paridad se instaló, y en lo que sí tenemos diferencias, derecha y centroizquierda, es en el mecanismo, y son bastantes las antípodas. En la mixta va a ser el espacio para buscar algún punto de acuerdo, porque tenemos que tener un acuerdo, vamos a estar obligados a eso si no existen los quórums.
—La Cámara ha iniciado varias acusaciones constitucionales e interpelaciones. ¿ Comparte esa estrategia fiscalizadora de diputados de oposición? —Estoy de acuerdo en que en casos que amerite se levante una acusación constitucional, que no se transforme en una cuestión cotidiana, porque es un esfuerzo, requiere formar comisiones aparte, que se destinen diputados a esas funciones, pero hay casos en que amerita. Y desde el estallido social ha habido casos bien relevantes en que ha sido pertinente ejercer esta facultad constitucional que tienen los diputados.
—La centroderecha acusa que se está dejando de lado el impulso de la agenda social por hacer ese rol fiscalizador. —Ese es un titular malo. Quien desatiende la agenda social es el Gobierno. Porque nos han mantenido entretenidos con algunos temas que le han puesto el rótulo de agenda social. ¿Quién va que pagar un bono como ingreso mínimo va a ser abordar de fondo el tema de desigualdad de ingreso? Que no jueguen con esos titulares, porque son poco creíbles.
De Hemos cometido errores, no tuvimos fuerza para profundizar cambios en el modelo, pero tampoco tuvimos fuerza parlamentaria, porque los quórums son altos. Puede parecer un pretexto, pero no lo es. Aquí pagamos todos, todos somos responsables”.
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