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Un estudio calculó ganancias de empresas en más de US$ 3 mil millones
Una imagen del colapso vial del domingo.
Estiman que el hastío es sólo un elemento. Faltan otros, como la recepción entre gobierno y élite.
Por Catalina de Améstica y Patricio Pino Lejos de apaciguarse, durante las últimas horas se acrecentó en las redes sociales la molestia contra las concesionarias de carreteras.
Eso, porque a los problemas que tuvieron el domingo los conductores que volvían a Santiago por la Ruta 68, se sumaron hoy las críticas de los usuarios tras la información de en los últimos siete años las autopistas urbanas aumentaron sus utilidades en 507%. De hecho, un estudio del profesor de la Usach Juan Pedro Sepúlveda cifra en US$ 3.118 millones las ganancias de las autopistas entre 1995 y 2014, con un retorno sobre el capital de 26%. "El sistema de autopistas en Alemania y Reino Unido es gratuito. Chile es el más caro de Sudamérica", dice el académico.
¿Estos cuestionamientos se pueden traducir en un movimiento de los ciudadanos? Entre los analistas sociales es difícil que ese estado de ánimo conduzca a una movilización social mayor.
El profesor de la Facultad de Comunicaciones de la UC Sebastián Valenzuela cree que "el tema está medio verde. La memoria de la opinión pública es corta.
Depende de cuánto se mantenga el tema en agenda y cuánto lo discuta la élite", explica el académico, con un Ph.D. de la Universidad de Texas.
De hecho, para Valenzuela no es muy distinto del descontento que ha habido otras veces pese a que ahora incluso existe un movimiento anti-tag que logró hacer una marcha. "No es una cosa automática.
Lo que está pasando no garantiza que esto derive en un gran movimiento social, podría ocurrir en tanto pasen un montón de eventos. Además, aquí no hay una base fácil de congregar como en la educación".
Movimientos son la excepción Un juicio parecido tiene de la directora de Psicología de la Universidad de Chile, Claudia Zúñiga, para quien "el surgimiento de un movimiento social no es la regla, sino la excepción". Aunque añade que "la mala gestión de las autopistas concesionadas afecta a un grupo a mi parecer bastante minoritario. No es un problema para quienes no tienen recursos para ir a la playa el fin de semana, pero parece llamar bastante la atención de los medios y, por tanto, podría incentivarse el surgimiento de protestas y movilizaciones porque los organizadores podrían contar con audiencia asegurada".
Mientras que el director de la Escuela de Sociología de la Universidad Central Emilio Torres, indicó que "existe un riesgo relativamente mediano a alto de que puedan surgir manifestaciones y movimientos ciudadanos en contra de las autopistas, debido a que se le ha cargado la mano a los consumidores (...) ya hemos visto los primeros brotes de molestia a través de la manifestación del movimiento anti-tag pero es difícil predecir si serán permanentes". Torres dijo que depende de contextos como la desregulación de los contratos con las autopistas y la frecuencia de colapsos viales como el del domingo.
Para los próximos fines de semana largo Tres medidas para evitar el caos vial Anticipándose al colapso vial que podría producirse en las autopistas durante los próximos fines de semana largo, el académico y doctor en Tránsito de Universidad de los Andes Rodrigo Fernández plantea una serie de medidas de contingencia y gestión que debería adoptar la autoridad y las concesionarias, tomando como ejemplo lo que se ha hecho en Estados Unidos y España "Las carreteras deberían ser sobrevoladas por un helicóptero, conecto con una radioemisora para monitorear e informar a los usuarios de las condiciones del tránsito y así advertir con tiempo qué rutas y sectores tienen problemas y qué rutas alternativas se pueden tomar". Otra alternativa es "abrir retornos en los bandejones centrales de las autopistas, para impedir que los autos queden atrapados en un taco de horas, y habilitar un corredor exclusivo para vehículos de alta ocupación, como buses y autos con más de 4 pasajeros".
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