Si no llueve en invierno podríamos tener racionamiento del agua potable
Ya sabemos que no se trata de una sequía sino de un cambio climático instalado entre nosotros. Todas las mediciones indican que si no llueve lo suficiente en inviemo podríamos tener racionamientos de agua potable en muchas ciudades del país. Se puede pensar que viviremos esta compleja situación a partir del informe que entrega todos los meses la Dirección General de Aguas, (DGA) dependiente del Ministerio de Obras Públicas, que revisa el estado de los 12 principales ños para el abastecimiento del consumo de agua potable y para el regadío agrícola. Lo que se constata en el informe es que todos los ríos exhiben caudales por debajo de sus mínimos históricos, lo que representa un grave déficit en la cantidad de agua para ser usada en consumo humano. Esto ha sido una constante en los últimos diez años, lo que se puede certificar gracias a que los registros de la DGA comenzaron a realizarse el año 1981. Revisemos algunos casos. Nuestro río Aconcagua registra en enero un caudal de 19,5 metros cúbicos por segundo, lo que significa un déficit respecto de su promedio histórico del 71%. La única forma de revertir esta situación es con lluvias y nevadas entre abril y agosto del presente año. Hay casos más dramáticos, como por ejemplo el río Alicahue de Petorca, que tiene un déficit del 97% o el río Sobrante de La Ligua con un 95% de déficit de agua. Por eso en la provincia de Petorca la situación es tan dramática. Estas cifras son las que anuncian posibles racionamientos en zonas urbanas. Hay que considerar que ya hay poblados que viven del abastecimiento de camiones aljibes, así como en muchas parcelas de agrado (sitios urbanos encubiertos en zonas rurales) los pozos se han ido secando. Muchas comunidades rurales pidiendo a Esval tener agua potable, muchos particulares haciendo pozos profundos para salvar sus propiedades
Y muchos APR (Agua Potable Rural) tratando de conseguir que el Estado mejore sus pozos. Las empresas de agua potable están proyectando grandes inversiones para asegurar el consumo humano, ya sea ampliando las plantas de agua potable, construyendo nuevas plantas desalinizadoras o profundizando sus pozos de captación. La situación del agua potable podría llegar a ser un problema muy complejo para miles de habitantes de las ciudades de nuestra zona, pero la crisis no ha llegado todavía porque el caudal se ha visto favorecido por el derretimiento de glaciares en las llamadas crecidas de Navidad. Cuando escasean las precipitaciones las masas de hielo representan una reserva de agua, pero algunos glaciares han perdido hasta el 70% de su superficie, según informe de la DGA. Todo esto obliga a un uso más racional del agua que consumimos y usamos en nuestras casas, sin embargo, la experiencia indica que ello solo será valorado y puesto en práctica una vez que comiencen los racionamientos. Lamentable, pero real. Para el mundo agrícola (y también para el minero) la situación es todavía más compleja, debiendo muchos agricultores cortar sus árboles o disminuir la zona de riego de sus plantaciones. En una encuesta realizada por Fedefruta entre 375 productores desde Coquimbo al Maule, cerca del 60% ha dejado de regar el 20% de su superficie cultivada. Recordemos que estos agricultores son productores de alimentos, la mayor parte de ellos a través de árboles pero hay también un número significativo de hortalizeros, que han visto mermadas sus cosechas. La sequía ya está instalada entre nosotros, hay que aprender a vivir con ella y no mirarla en menos, porque sin agua no somos nada.
“Todo esto obliga a un uso más racional del agua que consumimos y usamos en nuestras casas, sin embargo, la experiencia indica que ello solo será valorado y puesto en práctica una vez que comiencen los racionamientos”
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Roberto Silva Bijit