La arquitectura sustentable llegó para quedarse
¿ Se puede seguir construyendo y aportar a la ciudad a la vez? La tendencia es la eficiencia energética, bloquear la radiación solar, climatización amigable, uso de luz natural, calidad de los espacios e incorporar áreas verdes. Lisa
Muebles de cartón
Hasta hace poco, la gente que utilizaba pallet para hacer sus casas o muebles obedecía a razones más económicas que ecológicas: la disponibilidad y gratuidad del material permitía que los habitantes de villas y favelas en América Latina se construyeran sus mediaguas con este material. Esta realidad coexiste hoy con tendencias más glamorosas que lo utilizan para decorar espacios y para el diseño de muebles que no son necesariamente baratos. Lo mismo ocurre con el mobiliario de cartón; hasta hace poco una rareza desarrollada por el arquitecto Frank Gehry entre 1969 y 1972; en la actualidad existen tiendas de diseño especializadas, incluso en Chile (por ejemplo: www.karton.cl).
El arquitecto Rodrigo Searle, junto a su colega Marcela Puga, estuvo detrás del proyecto ubicado en Providencia que utilizó plástico para las celosías.
La esquina de Willie Arthur con Diego de Almagro, a pocas cuadras del metro Inés de Suárez, en Providencia, no pasa inadvertida. En medio de una zona de casonas y edificios de mediana altura, el proyecto W A 78 destaca por armonizar con el entorno, ampliar las veredas, incorporar áreas verdes y un particular material negro en las celosías que le da un sello. lis plástico reciclado y permite aislar desde afuera y proteger, a la vez, de los rayos UV, además de aportar luminosidad al interior. "Se destaca la integración del edificio al tejido urbano, entregando áreas verdes e iluminación a los peatones. Los jardines exteriores, sin rejas, se vinculan al espacio público con un paisajismo basado en especies nativas y de poco recurso hídrico, aportando a la sustentabilidad", destaca el premio otorgado por la Cámara Chilena de la Construcción A.G., el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, el Colegio de Arquitectos, la Asociación de Oficinas de Arquitectos A.G. y la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios en su cuarta edición. Desde el 2015, el concurso busca premiar los buenos ejemplos que el sector privado puede producir en el desarrollo de las ciudades.
Diseñado por Searle Puga Arquitectos, el edificio dispone de 78 departamentos en siete pisos, y se ubica en pleno barrio residencial de Pedro de Valdivia."Toda construcción que utilice materiales reciclados hace un aporte evidente a la sociedad. En cuanto a infraestructura y diseño, el edificio está muy bien integrado en relación al paisaje", dice Maurizio Garibaldi, uno de los propietarios. Le atrajo la disposición de los espacios, una de las características con que la inmobiliaria Surmonte ha intentado destacar desde que comenzaron a hacer edificios de pocos departamentos hace 10 años, en oposición a la corriente de meter al máximo de gente en el mínimo de metros cuadrados. La diferencia se siente desde el frontis, con un espacio de transición entre el afuera y el adentro, entre lo publico y lo privado, en vez de la clásica reja con el estacionamiento. Al ingresar al edificio, un jardín con rocas traídas del Cajón del Maipo y el sonido del agua de una pileta que se activa cada tanto invitan a la contemplación. Este es el segundo premio que la inmobiliaria se adjudica. Antes obtuvieron el Premio ISU (Innovación, Sustentabilidad y Aporte Urbano) en 2013 con el Edificio Pocuro Mirador como mejor Vivienda en Altura, con los mismos arquitectos más la oficina Ossa Arquitectura. En la oportunidad se resaltó la "gran delicadeza estética" del proyecto, y la armonía con el entorno a través de espacios recreativos y verdes. Actualmente, la inmobiliaria trabaja en otro edificio en el casco histórico de Ñuñoa, siempre respetando las características del barrio.
Claudia Salazar, gerente comercial de Surmonte, relata que cuando los arquitectos Rodrigo Searle y Marcela Puga les hablaron del plástico para las celosías, se pusieron un poco ansiosos.
"Era sumamente inusual. Además, esto no era un producto que se estaba usando en edificios, entonces era apostar a lo desconocido. Bajamos todo esto a miles de preguntas de usabilidad para nuestros clientes, y cuando todas esas inquietudes nuestras fueron resueltas por la empresa proveedora, dijimos 'vamos, creemos en este producto'. Y efectivamente, está instalado hace ya dos años y medio, y está en perfectas condiciones", relata.
Reciclar "es una cosa que llegó para quedarse, cada vez los arquitectos y los productos están en sintonía con eso. Todos tienen ese tema presente, que sean carbono negativo o que, en este caso, estén reciclando un material que no tiene mucho uso después y que ojalá le encontremos uso, porque sino nos vamos a llenar de plástico", dice el arquitecto Rodrigo Searle. Descubrieron el material en una empresa que desarrollaba muebles de jardín a partir de un material elaborado con unos 20 tipos de plástico fundidos. "Nos dimos cuenta de que existía este material y que ocupado en gran escala podía significar varias ventajas. Primero, la posibilidad de reciclar. En este caso, terminamos reciclando 26 toneladas de plástico. Los países escandinavos están mucho más adelante que nosotros en esto; aquí recién estamos empezando a incorporar los estacionamientos de bicicletas, pensando que los vecinos van a andar más en bicicleta y menos en auto".
Al arquitecto le preocupan las modificaciones a los planes reguladores de Ñuñoa y Providencia, que buscan que no se construya en altura. "Producto de algunas inmobiliarias inescrupulosas que han hecho edificios muy grandes con poco cuidado, pero también producto de unos pocos vecinos organizados que no quieren que se hagan edificios. No quiero decir que se hagan torres, pero edificios de altura media permiten ocupar la ciudad, que más gente viva en Providencia y Ñuñoa; pensando en que la ciudad no se siga expandiendo, porque si no haces edificios aquí, tienes que construir en la periferia. Creo que hay que densificar bien".