Opinión
Héctor Canales Cabezas
Presidente de la Cámara de Comercio de Coyhaique
Pare, Mire, Escuche.. .y Actúe
En diversas ocasiones hemos referido a las actividades económicas que nos permiten generar condiciones para un desarrollo económico y social en nuestra Región de Aysén, entre ellas, el sector silvoagropecuario, el turismo, para otros la minería y la industria pesquera y acuícola. Aysén -sostienen muchos especialistas- tiene el privilegio de disponer de diversos recursos naturales que nos abren espacios al desarrollo y contribuyen a la economía nacional de manera importante, sin embargo, hasta ahora muchos de esos recursos se consideran como “potenciales” y lo que queremos los es que sean una realidad ahora. Cuando se revisan las estadísticas económicas y vemos que nuestra región contribuye con alrededor de medio punto porcentual al PIB nacional, obviamente, no podemos dejar de pensar que algo no funciona bien en Aysén. Lo sabemos y por eso decimos que necesitamos leyes especiales para Aysén, no nos sirven las leyes nacionales para un territorio especial, no se puede legislar igual para todo el país, solo hemos avanzado cuando un Jefe de Estado nos mide con parámetros distintos. Veamos...
Ibáñez dijo: “Aysén requiere un plan de colonización o si no perderemos ese territorio” y fue un paso importante para los pioneros. Luego, otro militar -Pinochet- señaló: “Tenemos que hacer un camino que conecte con lo existente” y nació la Carretera Austral, claro fue una decisión geopolítica en medio de un conflicto con nuestros vecinos. Exitoso fue el primer Plan Aysén impulsado -a mediados de los *90- por el Presidente Frei-Ruiz Tagle y el entonces Ministro Lagos Escobar, con quienes avanzamos en conectividad, y más tarde con la Presidenta Bachelet, quien nos dio el Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas (PEDZE) que permitió, entre otros avances, instalar una Universidad, inversión extraordinaria en Conectividad, mejores Viviendas e inversión pública, que si hubiésemos competido en el Banco Integral de Proyectos con las otras regiones del país, pues nunca habrían tenido financiamiento. Hoy cuando se discute nuevamente la Ley de Pesca, que para Aysén es un sector significativo de nuestra economía (representa un 31,5 % del PIB regional), la modificación de los Servicios de Evaluación Ambientales o un nuevo Código de Aguas, decimos que esas normas pueden servir desde Arica a Puerto Montt, pero no necesariamente en la Patagonia. ¿Que sería lo pertinente? Primero escuchar a la gente de Aysén. Eso significa a la ciudadanía, a sus asociaciones gremiales, a sus trabajadores y a sus empresarios. Entonces si se modifica un cuerpo legal- como la Ley de Pesca- que como señalé, representa casi un tercio de nuestra economía local, no solo el Ejecutivo debe hacer ese ejercicio, sino que también las y los parlamentarios. Echamos de menos ese empuje político. La invitación que hacemos desde Aysén es a conversar antes de tomar decisiones que después debemos lamentar. La Patagonia requiere de normas especiales, los beneficios están a la vista, al menos, hasta que tengamos las mismas condiciones que el resto del país.