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||ji shudu.gram Siguiendo o Shudu Gram tiene 115 mil seguidores en Instagram y ha modelado labiales de la marca Fenty Beauty, de la cantante Rihanna (a la derecha.).
Tanto Ronald como Miquela fueron creados por la startup de inteligencia artificial Brud, con sede en Los Angeles. En la imagen, el equipo junto a su director Trevor McFredies (segundo de izq.
a der.), ingeniero experto en robótica y productor musical.
Modelos creados a partir de imágenes computarizadas:
Solo existen virtualmente, pero suman miles de seguidores y trabajan para firmas de moda.
Sus misteriosas identidades muestran que el límite entre lo real y lo falso en internet es cada vez más difuso.
lilmiquela » # • Miquela Sousar la modelo virtual más popular, tiene un millón de seguidores en Insta gram y trabaja para reconocidas firmas de ropa.
¡yX Xvííi: i blawko22 • blawko22 real kingnosoulS Ugh i wouid pay for one these _baadhombre Why would you wear ihat sfcírt... why.
degan.said u a robot? whoatemyricekrispies u aint real ího...
frank.o06 Are you a robot like !¡l Miquela mdsnnoelle are you an Al?? mdsnnoelle Caín ¡nteíligence postetí a picture of you & mentioned something about niquela... you think & feel íike a human but you are just an ai mdsrmoeite pretty fascinating shlne.hab A hoechell2 "r u sure abt tftat" Ronald, modelo digital conocido en Instagram como @Blawko22, es la única versión masculina conocida hasta ahora.
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JANINA MARCANO FERMÍN
Lil Miquela tiene 20 años y vive en Los Angeles (EE.UU.).
Además de ser modelo, comenzó este año su carrera como cantante y tiene un millón de seguidores en Instagram. También es defensora del movimiento que apoya a las personas afroamericanas (Black
Lives Matter) y del programa DACA que protege a los conocidos como dreamers. El detalle es que Lil Miquela no es real. Es un personaje creado a través de un computador y trabaja como modelo virtual, un nuevo concepto para definir a personajes que, pese a existir solo en lo digital, suman miles de seguidores en redes sociales y son contratados por marcas para mostrar sus productos. Un caso parecido es el de Ronald (blawko22 en Instagram), que tiene 23 mil seguidores. Ambos aparentan tener vidas bastante reales: publican selfies, visten según las tendencias e incluso envían e-mails y responden solicitudes. Cuando "El Mercurio" intentó contactar a las personas detrás de estos influenciadores digitales a través de sus cuentas de Instagram, ellos mismos respondieron de inmediato. "Gracias por comunicarte. Lo discutiré con mis publicistas. Besos", contestó "Lil Miquela". Posteriormente, estos se negaron a dar una entrevista.
"Todo eso construye un relato y engancha a las personas", opina Gianluigi Pimentel, profesor de publicidad de la U. Católica. "Dentro de lo cibernético, ellos son súper de verdad, lo cual es clave en el márketing: conectar y empatizar. La gente los sigue porque están construidos a partir de información de los consumidores y así crearon algo que gusta a muchos", explica. ¿Robots? Desde que aparecieron hace dos años, sus perfiles instalaron la duda de si eran individuos reales o ficticios, hasta que la empresa Brud, en Los Angeles, California, y especializada en robótica e inteligencia artificial, emitió un comunicado en abril en el que se atribuían su creación y los describían como "robots sintéticamente conscientes". Contactada por "El Mercurio", la empresa no accedió a responder preguntas.
"Que sean los personajes los que respondan es altamente posible. Uno puede hacer programas que aprendan a responder a través de inteligencia artificial, pero dudo que este sea el caso", dice Jorge Pérez director del Instituto Milenio de Investigación sobre los Fundamentos de los Datos.
"Lo más seguro es que alguien maneje sus redes. La tecnología para
que un programa no se equivoque al responder no existe todavía y si el sentido es hacer márketing, nadie se arriesgaría a fallas", añade el académico.
Ronald y Lil Miquela no son los únicos influenciadores digitales.
Shudu Gram es una mujer de piel negra que se describe en Instagram como "la primera modelo digital del mundo" y fue diseñada por el fotógrafo británico Cameron JamesWilson.
"Ella abre el debate sobre muchos temas como diversidad, qué es la realidad y qué significa ser un influenciador hoy. Estos temas prevaue nunca", dice JaMercurio". lecen ahora más c mes-Wilson a "E Aspecto real Parte de los atractivos de estos avatares es la calidad de sus fotos y su apariencia "real", que en el caso de Shudu se acentúa por su piel.
"Tengo la suerte de tener 10 años de experiencia en fotograba, donde retoco mucho mis imágenes. Esto es eso a la inversa. Estoy desaprendiendo todos los malos hábitos que aprendí en la última década", bromea el fotógrafo sobre cómo ha trabajado la piel de Shudu al punto de que esta parezca real. Según explica Sebastián Pagueguy, especialista en animación 3D y académico de la U. de Chile, esto se logra a través del modelado 3D, proceso que permite "mezclar modelos digitales 3D con imágenes reales, de modo que ellos luzcan materiales (como ropa o piel) que simule propiedades reales", explica. Un ejemplo, dice, son las fotos de Lil Miquela en las cuales su rostro y manos lucen computarizados, pero su ropa tiene mucha más textura, lo que aporta realismo a su perfil en las redes. Su hito más reciente fue en febrero, cuando la firma Prada recurrió a ella para que luciera prendas de su colección de otoño en Instagram. Shudu ha trabajado con marcas de maquillaje como Fenty Beauty, de la cantante Rihanna.
"Habrá que ver si son tomados en serio por la gente", dice a "El Mercurio" Richard Hanna, especialista en márketing digital y académico del Babson College de Massachusetts. "Hoy existe un desafío claro sobre discernir entre lo que es real y lo que es falso en internet. Siempre que quede claro que son digitales, ellos podrían representar una fantasía ideal. Crear un misterio genera curiosidad, lo que puede llevar a mayor fidelización del público. Sin embargo, eso también puede ser contraproducente si el espectador se siente traicionado. Por lo tanto, las marcas deberán tener cuidado con lo lejos que juegan con los nuevos modelos digitales" concluye.
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