La práctica, que surgió en Europa, en pleno siglo XVIII, cada día suma más adeptos. Aquí, tres radiestesistas chilenos relatan cómo llegaron a la disciplina y adoptaron su propia especialidad.
Or cada metro que E cavaban para construir una noria en su parcela de El Tabo, a Manuel Rojas Caldera le cobraban $200 mil. Por eso, cuando ya llevaba 8 metros y todavía no salía agua, se preocupó. “Era mucha plata ya”, dice. Una tarde, hablando del tema con sus cercanos, uno de ellos le comentó que en la zona había “un señor que buscaba agua con un palito”. Le pareció extraño, pero lo contactó. “Lo llevé al lugar en donde estábamos haciendo la noria y me pareció muy simpático porque llegó con un serrucho. De ahí cortó una ramita de árbol, con forma de “Y”, una horcaja y la tomó con las dos manos. Avanzó y cuando la horcaja bajó me dijo que había agua. Le pregunté que a cuántos metros y me dijo “ah, no sé, pero de que hay agua, hay””, recuerda Rojas Caldera. Sorprendido, le preguntó si lo podía intentar por su cuenta. Le contó que a veces sentía un poco de electricidad en el cuerpo por sus camisas y que quizás “tenía talento” para buscar agua. El hombre accedió y le pasó la horcaja. “Me puse a caminar por la orilla y se bajó. Me dio cosa y se lo entregué. De ahí nos fuimos y le pagué”, afirma.
UN ZAHORÍ CHILENO Esa fue la primera vez, hace 30 años, que Manuel Rojas Caldera tuvo contacto con la radiestesia, una actividad pseudocientífica que consiste en percibir las radiaciones mediante unas varillas metálicas o un péndulo. Hoy, a partir de libros, diversos viajes a Europa y otros radiestesistas, el hombre se ha potenciado a tal nivel que no solo encuentra dónde hay agua, sino que también sabe a cuántos metros, cuánta anchura, cuántas napas y a qué velocidad corren los litros por segundo. “El boom fue en el siglo XVIII, en España, Francia. Allá buscaban agua y los que lo hacían se llamaban zahoríes. En ese siglo se cultivó harto este arte y se las dieron de adivinadores también. Por eso, la idea derivó a muchas otras más como buscar enfermedades en el cuerpo humano”, explica. Luego de vivir la experiencia con la noria en El Tabo, Manuel Rojas Caldera se animó a intentarlo por sí mismo. Se hizo su propia horcaja de madera y le pidió a una persona que lo acompañara a otra de sus parcelas. “Para verificar si era real lo que sentía, me vendaron los ojos. Era una zona llena de árboles así que caminé con cuidado. De pronto, la horcaja bajó y le dije a la persona que iba conmigo que apunta-
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Para verificar si era real lo que sentía, me vendaron los ojos. Era una zona llena de árboles así que caminé con cuidado. De pronto, la horcaja bajó”. Manuel Rojas Caldera,
contando sus primeras experiencias como radiestesista
Cinthia Matus O.
Ra. Me di cuenta de que había un caminito, un río, porque en la misma línea seguía la presión”, detalla. En el lugar, Manuel Rojas Caldera hizo otra noria y de nuevo gastó bastante dinero. “La verdad es que íbamos en 7 metros y todavía no salía agua. Pero nos dimos cuenta de algo: que cuando íbamos llegando a los 14 metros, empezaba a florecer la humedad y que a los 17, se humedecía más, hasta que a los 21 o 22 metros salía el agua”, sostiene entusiasmado. A partir de ese momento, el hombre se graduó como radiestesista y tras convertirse en el presidente de la Sociedad de Radiestesia de Chile, su fama se extendió por el país. “Me empezaron a llamar de distintas partes, como de Coca Cola, en San Antonio. Empecé a contratar gente para hacer norias, pero después lo dejé porque tiene su complicación. Ahora solo me dedico a buscar agua en diferentes partes de Chile.. . o del mundo. Una vez, busqué en las pirámides de Egipto”, afirma.
LE DIO TRABAJO Uno de los trabajos más significativos que ha hecho el radiestesista fue en el 2000, cuando el ministerio de Obras Públicas (MOP) lo contrató para buscar agua en la Región del Maule. “En ese tiempo ellos se dedicaban a ayudar a las poblaciones sin agua, construyéndoles pozos. Le conté a uno de los ingenieros lo que
hacía y me dijo que era imposible, que ellos llevaban mucho tiempo haciendo inspecciones y que no salía agua. Le pedí que me llevara al lugar más difícil para demostrarles y encontré”, relata. Manuel Rojas Caldera dice que el agua salió a 45 metros y que le iban a hacer una estatua. “Nunca me la hicieron, pero bueno”, bromea. Por esto, el MOP buscó la forma de contratarlo. “Estaban complicados porque ¿ cómo le explicaban al Gobierno que tenían a un tipo que buscaba agua con un palito? Así que les dije que me hicieran un contrato como experto radiestesista. Hicimos hartos pozos, es lamentable que no siguieran con esa labor”, manifiesta. Por la sequía, el radiestesista aclara que no hay
problema. “No es algo que uno haga todos los días, a lo más una o dos veces al mes y siempre se encuentra agua”, afirma.
INTERÉS Joaquín Muñoz, secretario de la Sociedad de Radiestesia de Chile, cuenta que se interesó por el asunto porque siempre le han atraído los temas místicos y ufológicos. Él también se fabricó sus propias varillas de madera y ocupa la radiestesia para percibir las vibraciones de las personas. “Uno, como en cualquier disciplina, va teniendo un grado de especialidad. En el caso mío, sin querer, me especialicé en temas de salud y también con las energías provocadas por el cerebro humano, de forma voluntaria o involuntaria, por el magnetismo de la tierra”, expone. Por esto, ha logrado detectar enfermedades graves como el cáncer, acota. “Con cinco meses de anticipación, le dije a una persona que estaba enferma antes de que presentara los síntomas. Le dije que era algo muy grave, pero no me hizo caso y después apareció con las molestias y era cáncer”, comenta. Para lograr un pronóstico certero, el radiestesista indica que se instruyó con el “Método Silva”, creado por el parasicólogo estadounidense José Silva, para desarrollar habilidades mentales como la clarividencia o la sanación. “Lo más importante es poner la mente en blanco, porque sino, puede incidir en el resultado. Si usted me pide que la revise y me dice que lo haga en cierta parte que le duele, obviamente no quiero que tenga un tumor y me predispongo. Entonces, con el Método Silva he aprendido a bloquear esos sentimientos e intenciones y dar un resultado mejor”, asegura. Joaquín Muñoz agrega que además de las varillas y el péndulo, también trabaja con sus manos. “Complemento con la imposición de manos. Me ha tocado revisar casas donde ha habido alguna energía negativa y sólo con las manos las percibo”, acota. CUESTIÓN DE ENERGÍA Juan Guillermo Prado, director y fundador de la Sociedad de Radiestesia de Chile, cuenta que como periodista conoció a unos radiestesistas que lo invitaron a participar y que así se introdujo en la disciplina. “Hay gente como Manuel Rojas Caldera que es experto en buscar agua en el campo y otros, como yo, que vamos y decimos las cosas buenas o malas que hay en las casas. Hay lugares donde la gente no
quiere entrar porque se siente mal, hay peleas, enfermedades, hay una serie de elementos que de alguna manera pueden perturbar la vida hogareña”, explica. Con los péndulos, Prado determina cuáles son los espacios buenos que hay en las casas y los malos, los “neutraliza”. Respecto de las habilidades que deben tener las personas, el periodista sostiene que cualquiera puede ser un radiestesista. “No hay que tener talento, esta no es una cuestión mágica, porque las varillas y los péndulos funcionan como antenas y se mueven de acuerdo a la pregunta que uno haga”, precisa. Y
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Uno, como en cualquier disciplina, va teniendo un grado de especialidad. En el caso mío, sin querer, me especialicé en temas de salud”. Joaquín Muñoz,
secretario de la Sociedad de Radiestesia de Chile
ANIMALES
Manuel Rojas Caldera dice que si bien el agua es el vital elemento, también puede ser mortal para los seres humanos. “Siestá durmiendo en una napa de agua debajo de su cama, los primeros años no va a pasar nada, peroal tercero cuarto año, seva aempezara enfermar porque la radiación le va a afectar. Así de potente es el agua”, afirma. Por esta razón, aclara la fuente que es importante observar el comportamiento de las mascotas. “El perro, cuando detecta las napas de agua, se aleja. En cambio el gato queda fascinado con el agua. Hay que tener cuidado si le gusta acostarse en la cama de los amos, porque quiere decir que siente las radiaciones y está a gusto”, argumenta.