¿ POR QUÉ LOS HOMBRES CHILENOS
son invisibles
EN LAS ENCUESTAS?
La focalización de beneficios económicos en mujeres jefas de hogar vulnerables estaría promoviendo indirectamente la “desaparición estadística” de los hombres. “Si en la antigua ficha CAS se ocultaba la TV o la lavadora, ahora se subdeclara la presencia de la pareja”, dice el investigador del CEP Slaven Razmilic.
Por CLAUDIA GUZMÁN V. Llustración: FRANCISCO JAVIER OLEA.
A asistente social llegaba de sorpresa a la casa y mi pareja se iba a esconder altiro, debajo de la cama”, cuenta Elizabeth de la población 23 de enero, de Macul. Su forma de recibir a la visitadora municipal que suele encuestarla sobre su situación socioeconómica no es extraña, cuenta, Dice que muchas de sus amigas se hacen pasar por mujeres solas a cargo de sus hijos para recibir los beneficios que les ofrece el Estado y el gobierno local. —Acá todas nos tiramos al suelo —dice Elizabeth—. Lo hacemos para no perder los bonos por hijo, que son como 5 mil pesos todos los meses, las cajas de mercadería, las cajas navideñas, las ayudas escolares. Porque somos personas vulnerables, todas mamás solteras. Elizabeth, asesora del hogar, con un hijo de 10 y otra de 18, admite que a veces ha escondido a su pareja. Pero agrega que hace más de un año está sola otra vez. —Las parejas que tenemos nosotras son buenas para el trago o no trabajan. Además, aunque trabaje, el hombre siempre se deja la mayor cantidad de plata para él. Entonces, es como que no está. Historias como las de Elizabeth son comunes en las poblaciones del país. Eso explica el aumento de las jefaturas de hogar femeninas que han venido registrando las diversas mediciones. Sin embargo, en esos mismos catastros ha empezado a surgir otro indicador demográfico preocupante: que los hombres empiezan —estadísticamente— a “desaparecer”. “¿ Dónde están los hombres?” fue lo que se preguntó el economista del Centro de Estudios Públicos (CEP) Slaven Razmilic después de analizar los resultados de evaluaciones como el Censo, la encuesta que mide la pobreza Casen y el Registro Social de Hogares (RSH), que reemplazó a las antiguas fichas FPS y CAS como instrumento de focalización de beneficios del ahora Ministerio de Desarrollo Social y la Familia. Así lo explica: —Si yo agarro la foto de la población completa, encuentro más mujeres que hombres no porque nazcan más mujeres que hombres, sino porque las mujeres demoran más en morirse. Entonces, es normal que haya más mujeres que hombres, pero no 20 puntos de diferencia, que es lo que se contabiliza, por ejemplo, en el Registro Social de Hogares de 2017 en el tramo de 30 a 60 años, que es el más gordo y que corresponde a la población laboralmente activa. Ahí la relación está en 80%. Es decir, hay 80 hombres por cada 100 mujeres. Sin embargo, en el censo del mismo año, donde no hay incentivo de esconder a nadie, aparece 95%, lo que es lo normal. Para el economista, la “desaparición” masculina comenzó a darse a partir del año 2007, cuando se implementó la Ficha de Protección Social (FPS) en reemplazo de la CAS, entonces se dejó de otorgar puntaje en función de los bienes que tenía la gente y se empezó a puntuar la capacidad económica de los inte-
grantes del hogar. Hoy la FPS es reemplazada por el Registro Social de Hogares.
“La
—A riesgo de hacer generalizaciones injustas, si en la contracara antigua ficha CAS se ocultaba la TV o la lavadora, a ahora se subdeclara la presencia de la pareja, o bien de de este hijos mayores u otros integrantes en edad de trabajar supue sto que aporten a la capacidad generadora de ingresos de 5 la familia —dice el investigador. Te no meno Razmilic cuenta que una de las primeras alarmas de seria el este fenómeno la dio el fracasado Censo de 2012, que , t. arrojaba una fuerte caída de población masculina. Así continuo quedó al descubierto en la auditoría técnica que se aumento de realizó tras su suspensión. Para el investigador la razón A es clara: como la medición no se realizó en un solo día, hogare S sino en un período más extendido, la pregunta no fue mon Oparenperentoria —“¿ quiénes pernoctaron aquí anoche?”—, te ] sino que fue más del tipo de las que se hacen en las a es encuestas de caracterización social, donde se tiende a lide rados esconder a los integrantes del hogar: “Quiénes residen. habitualmente en esta vivienda”. Po 1. 5 —Es consistente que las familias tiendan a responder ujeres. de la misma forma a preguntas de estructura similar —opina Razmilic, sobre una encuesta que mayoritaria-
mente fue contestada por quienes estaban en casa el día que se censó (día hábil, horario laboral). Elizabeth, de Macul, dice que la práctica de las mujeres de esconder a sus parejas de los encuestadores es tan extendida, que ella supone que las visitadoras sociales están al tanto del engaño. —La visitas a domicilio duran como una hora, y preguntan de todo: cuánto gas se gasta, que cuántas :amas hay, que cuánto baños hay, que cuánto pan se compra. Como que a una la quieren embolinar. Una vez se había quedado un desodorante de hombre en el living y me preguntó de quién era, y yo le dije que de mi hijo (de 10 años). Y me dijo “¿ tan chiquitito y usa?”. Yo le dije que le gustaba, pero me puse colorada. Para el investigador del Centro de Estudios Públicos y máster del MIT en Desarrollo Urbano, las consecuencias del fenómeno de subrepresentación de integrantes del hogar puede terminar permeando la focalización de otras políticas públicas, por ejemplo, vivienda. —La contracara de este supuesto fenómeno sería el continuo aumento de la proporción de hogares monoparentales liderados por mujeres. Ciertamente, este fenómeno tiene base real e incide en los ingresos de las familias, pero de nuevo en este caso dicho fenómeno podría estar sobreestimado —dice Razmilic. Es por esto que desde la Subsecretaría de Evaluación Social, del Ministerio de Desarrollo Social y la Familia, explicaron que desde 2016 el Registro Social de Hogares es complementado con un “test de medios” con información respecto a los bienes y servicios a los que accede el hogar y que dan cuenta de un estándar de vida alto. Ahí se consideran registro de vehículos, bienes raíces, mensualidades educacionales y cotizaciones de salud. “Ello permite controlar familias que pudieran esconder algún integrante del hogar, ya que el test de medios afecta su calificación socioeconómica aun cuando no se vean ingresos”, explican. M