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El glaciar Amalia, en Campo de Hielo Sur, en Magallanes, está en retroceso.
En tanto, la Cámara aprobó proyecto que impide otorgar derechos de agua sobre estos hielos:
Tras retirar su patrocinio a una ley específica y optar por incorporarlos a la de biodiversidad, el Ejecutivo convocará a nivel regional a representantes del mundo académico, ONG, servicios y a diversos sectores.
NIEVES ARAVENA E Los hielos vuelven a asomar en la escena política.
Ayer, la sala de la Cámara de Diputados aprobó en general y por unanimidad un proyecto de legisladores de la ex Nueva Mayoría que modifica el Código de Aguas y prohíbe otorgar derechos sobre glaciares.
La iniciativa, que ahora seguirá su trámite en la Comisión de Medio Ambiente, fue objeto de una serie de indicaciones que el Ejecutivo seguirá atento para que estas no desvirtúen el “espíritu del proyecto” aprobado en la sala, explica la ministra de Medio Ambiente, Marcela Cubillos.
Esto no interfiere con la reciente decisión gubernamental de retirar el apoyo a un proyecto de ley de protección de glaciares que se tramitaba en la Cámara desde 2014, La opción, según precisa la secretaria de Estado, fue no apoyar una ley específica, sino apurar la que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Silvestres Protegidas (SBAP), que se tramita en el Senado y a la cual el Ejecutivo puso urgencia simple el 3 de julio.
Además, los glaciares serán incorporados a un proyecto de ley marco de cambio climático que se comienza a elaborar con participación ciudadana y que se espera tener listo en un año.
Pero, además, surgió otra fórmula: Cubillos anuncia que su ministerio creará comisiones a nivel regional, con expertos, académicos y representantes de servicios públicos y organizaciones no gubernamentales, entre otros, para definir “el modo más eficaz de proteger los glaciares” y contribuir con sus recomendaciones a la Ley de Biodiversidad (SBAP), que los protegerá como ecosistemas, En paralelo, el senador Guido Girardi (PPD), miembro de la comisión de Medio Ambiente del Senado, lidera una ofensiva legislativa para que en el corto plazo se declare a los glaciares como “bienes nacionales de uso público”, con restricciones que solo permitan labores científicas y el turismo, y se les dé un estatus equivalente al delos parques nacionales.
A su juicio, lo que hizo el Ejecutivo, al retirar su apoyo a una ley específica, fue una “mala señal”, pues al elegir legislar sobre glaciares en el proyecto de biodiversidad el efecto es dilatar por años la decisión de protegerlos, lo que en su opinión respondería a presiones del sector minero.
Girardi presentó el proyecto —que no requiere del apoyo de La Moneda— el miércoles pasado.
Dice que apoyan la idea de legislar los senadores Isabel Allende (PS), Ximena Órdenes (ind.
), Rafael Prohens (RN) y Manuel José Ossandón (RN), y que será puesto en tabla lo antes posible.
La senadora Allende, quien preside la comisión de Medio Ambiente, cree que “si bien los glaciares son ecosistemas, es un tema políticamente complejo y requieren una regulación propia, distinta a la de regular biodiversidad”.
Agrega que se necesita una ley de biodiversidad en forma urgente y que añadirle una regulación especial sobre los glaciares “va a dificultar la tramitación”.
Zonas protegidas La ministra Cubillos tiene otra visión: “El 83% de estas masas de hielo ya se encuentran dentro del sistema de áreas silvestres protegidas.
Hoy, el mínimo porcentaje está fuera de las áreas protegidas, y el SBAP tiene herramientas para otorgar también protección con instrumentos de conservación fuera de las áreas protegidas, por lo tanto hay que legislarlo dentro del proyecto del SBAP.
No hay ningún inconveniente”, Y rechaza que la decisión del Ejecutivo de retirar su apoyo al proyecto específico se deba a presiones de la industria minera, como acusan grupos ambientalistas.
Monitoreo vigente Expertos de la Unidad de Glaciología y Nieves de la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas están participando en una mesa de trabajo con Medio Ambiente.
Su red glaciológica, de 30 estaciones, busca detectar señales del cambio climático global en el largo plazo.
Entre 2009 y 201, la Unidad de Glaciología, ahora a punto de convertirse en una división del MOP, elaboró un catastro de las áreas cubiertas por hielos en todo el país y concluyó que abarcaban 23.641 kilómetros cuadrados, equivalentes al 3% de la superficie mundial de zonas heladas, descontando las zonas polares y Groenlandia, En Chile, el 76% corresponde a Campos de Hielo Norte y Sur.
Según estudios científicos, los glaciares andinos son muy sensibles al cambio climático y a la contaminación (ver recuadro).
MAYOR ÁREA El 76% de la superficie glacial está en los campos de hielo patagónicos.
Experto suizo de la UC: “Ayudan a combatir el cambio climático” "Hay tres factores que contribuyen a la pérdida de masa de un glaciar: El calentamiento por (alza en) temperaturas, la disminución de precipitaciones, y la contaminación atmosférica”, explica el climatólogo suizo Fabrice Lambert, académico del Instituto de Geografía de la U.
Católica, quien investiga los glaciares de los Andes.
Los dos primeros, detalla, obedecen al cambio climático y requieren medidas globales, pero el tercero es a nivel local y se puede enfrentar reduciendo la quema de leña y de diésel, los incendios y el polvo de la actividad minera.
Es clave proteger los glaciares, dice, porque son reservas de agua dulce.
"Chile central es seco y se hace más seco con el cambio climático.
El suministro de agua dulce en primavera, verano y otoño depende de la disponibilidad de reservas de nieve y hielo en las montañas, que crecen en invierno y se derriten en la temporada seca.
Si los glaciares desaparecen, perdemos una fuente de agua dulce para el verano para la ciudad y especialmente la agricultura”, señala.
Y, sobre todo, advierte, si se suma el hecho de que la cobertura de nieve superficial también está disminuyendo en los Andes.
"Hay que preguntarse para qué queremos proteger los glaciares.
Desde un punto de vista puramente nacionalista y práctico, la protección de glaciares sirve para asegurar el suministro de aguas dulces a las regiones secas de Chile.
Desde un punto de vista humanista y global, la protección de todos los glaciares andinos ayuda a combatir el cambio climático y el aumento del nivel del mar con efecto en la Tierra entera”, plantea Lambert.
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