La arremetida ambientalista en el proceso constituyente
Organizaciones sociales y científicas claman porque la catástrofe ambiental no quede en segundo plano.
Buscarán escaños para eliminar la privatización del agua y declarar la naturaleza como un “sujeto de derecho”. www.publimetro.cl Pensiones, salud, salarios y educación.
Esas son las principales demandas que el estallido social ha puesto sobre la mesa y que se ven en las pancartas de las miles de personas que llegan a Plaza Italia a manifestarse.
Sin embargo, poco antes de que todo cambiara el pasado 18 de octubre, el foco era otro: la catástrofe ambiental y la crisis hídrica.
Rodrigo Mundaca, vocero de Modatima y condecorado ambientalista a nivel internacional, lo deja en claro. “Si bien en el estallido social la Región Metropolitana instaló el debate por pensiones, salud y educación; desde la quinta región al norte y la sexta región al sur, la demanda más acariciada de los territorios es recuperar el agua y hacer de ella un derecho humano”, dice. Algunos incluso hablan de consagrar a la biosfera y los ecosistemas como “sujetos de derecho”, Sólo entre según plantea de sea unos 12 millones de del STAR San de la población Para distintos -unas 12 millones de personas viven en zonas declaradas en emergencia hídrica producto de la megasequía que viva en el país.
Mientras, en la cordillera los glaciares pierden cerca del 40% de sus cuerpos de agua en los últimos 20 años; y en el mar, varios bancos naturales de especies, como las almejas en Ancud, desaparecen.
Es por eso que los ambientalistas arremeten de nuevo y apuntan a que en el proceso constituyente sus demandas deben tener cabida a como dé lugar.
Representantes de movimientos sociales y la comunidad científica, serán los escaños para independientes en la convención constituyente el principal mecanismo para hacerse escuchar.
Leandro Carreño, investigador del ICBM de Medicina de la U. De Chile, aclara que “la oportunidad científica es única, serán muchos los colegas interesados en presentarse como candidatos”. Desde Modatima, confirman que ya se dio la discusión interna de llevar representantes a la convención, gracias a que cuentan con presencia en 11 regiones.
Eso sí, aún sin definir nombres.
Lo mismo debería ocurrir con el Movimiento por el Agua y los Territorios y la Coordinación de Territorios en Defensa de los Glaciares.
Felipe Espinosa, director de la Fundación de Glaciares Chilenos, aclara que “no puede ser que haya recursos vitales como el agua en manos de privados.
Y que decir de los glaciares, donde la Constitución debería decir explícitamente que son un recurso sujeto a protección del Estado”.
“Desde la Quinta Región al norte y de la Sexta al sur, la demanda más acariciada es recuperar el agua”. Rodrigo Mundaca Vocero de Modatima “Es necesario que el Estado se establezca como un protector del medio ambiente en general”. Juan Diego Maya Director del Instituto de Ciencias Biomédicas “Serán muchos los colegas interesados en presentarse como candidatos”. Leandro Carreño Investigador de la U.
De Chile “No puede ser que haya recursos vitales como el agua en manos de privados”. Felipe Espinosa Director de la Fundación Glaciares Chilenos
Las cuatro demandas para la nueva carta fundamental 1 Consagrar el agua como “bien natural común”. Movimientos sociales y científicos coinciden en la necesidad de suprimir el artículo 19, numeral 24, de la Constitución, donde se declara explícitamente al agua como bien privado. Rodrigo Mundaca y Rodrigo Faúndez dicen que la nueva carta debe consagrarla como “bien natural común”. Eso, para asegurar que ninguna localidad sufra problemas de acceso al agua mientras industrias y privados sí la disponen para bienes extractivos.
“Es curioso que ministros como Moreno y Walker hablen de la posibilidad de racionar el agua potable pero no se refieran con la misma fuerza al consumo de la industria extractiva”, critica Mundaca.
A la naturaleza como sujeto de derecho.
Bien podría nacer una figura especial que incluso reforme el Código Penal. Ambientalistas y expertos proponen no sólo que el artículo que consagra el derecho a vivir en un medio ambiente sano sea más preciso, y que se refiera a océanos y glaciares, sino que se le otorgue a la biosfera y los ecosistemas la calidad de “sujeto de derecho”. Faúndez dice que sería “una figura muy interesante para el derecho moderno, que mejoraría su protección”. En lo práctico, esa consagración permitiría que medidas legales, como recursos de protección por daño ambiental, no se presenten solo para defender a particulares o grupos, sino que también a territorios.
Rol protector. Juan Diego Maya, director del Instituto de Ciencias Biomédicas, dice que es necesario que la nueva Constitución “cambie el rol del Estado como un administrador de recursos, y se establezca como un protector del medio ambiente en general, incluyendo los recursos naturales explotables o no”. Eso pemitiría que el Estado disponga de mayores facultades de resguardo a zonas en peligro, aún cuando afecte recursos e intereses privados.
Felipe Espinosa, director de la Fundación de Glaciares Chilenos, dice que los cuerpos de hielo son el mejor ejemplo.
“Son esenciales para los ecosistemas y la sociedad.
La Constitución debería definirlos como un recurso sujeto a protección”, aclara.
Fin al Estado subsidiario.
Aún cuando la Constitución no acuñe el término de manera textual, el capítulo 3 establece una serie de facultades en cuanto a recursos y desarrollo de privados.
Eso, dicen los ambientalistas, debe eliminarse.
“Las bases del modelo de desarrollo deben cambiar.
Que la mayoría de los recursos naturales y las posibilidades de levantar infraestructura esté en manos de empresarios o compañías, no permiten una economía sustentable”, dice Faúndez. La explotación de los recursos marinos es también un gran tema y según Maya, “debe quedar sellado el deber del Estado de garantizar el desarrollo tecnológico y de las ciencias, además de su acceso como un derecho”.