Contaminación intradomiciliaria
Pocos datos hay sobre lo que se respira al interior de los hogares osorninos. De ahí la relevancia de un estudio que lidera la Usach en la ciudad.
Rácticamente toda la discusión sobre la contaminación del aire en las ciudades del sur de Chile y sus subsecuentes planes de descontaminación atmosférica (PDA) ha girado en torno a las partículas tóxicas que se liberan al exterior, producto de la incorrecta combustión de la leña en las estufas y cocinas que utilizan tal recurso dendroenergético.
Ciertamente, para la propia comunidad, salir a la calle y respirar un aire saturado de partículas contaminantes del 2,5 constituye desde hace años una situación impresentable para ciudades que antaño gozaban de muy benignas condiciones atmosféricas, ensombrecidas por el desarrollo urbano, el crecimiento poblacional y, por supuesto, la inacción de un Estado que tardó demasiado tiempo en advertir el problema, asumirlo y generar una política pública (los PDA) tendiente a reducir la contaminación.
Pero tal como se ha venido afirmando desde hace un tiempo, la contaminación afuera de los hogares no es el único riesgo al que están expuestas las familias, tanto en Osorno como en las otras ciudades en las que se usa masivamente leña húmeda. Hay otro tipo de contaminación, igual de relevante, que se da al interior de las viviendas por el uso de calefactores que abarcan un amplio espectro de combustibles. La gran dificultad para comprender este fenómeno pasa porque, a diferencia de la contaminación exterior, no hay estudios confiables que hayan medido su origen y consecuencias.
Por esto es que resulta tan relevante la inédita investigación que está realizando un equipo de la Universidad de Santiago de Chile (Usach) y que tiene a Osorno como la primera ciudad en la que se desarrolla, para posteriormente replicarla en Temuco y Rancagua.
Con el fin de medir la contaminación intradomiciliaria, se seleccionó a 30 casas con determinados requisitos y se les instaló un dispositivo que medirá la presencia, en su interior, de material particulado, monóxido de carbono y dióxido de carbono. Es muy probable que los resultados confirmen lo que todos sospechan: que al interior de los hogares también se está respirando un aire contaminado por el uso de tal o cual estufa. Esa ratificación, esta vez con datos objetivos, obligará a las autoridades y comunidad enfrentar de manera seria la contaminación intradomiciliaria, un fenómeno igual de complejo que enfrentar que la que se da en el exterior. Lo más probable es que el estudio arroje resultados alarmantes sobre la calidad del aire que las familias están respirando dentro de sus viviendas.