Chile registra 33,8 % de pérdidas en sus redes de agua potable. Manejo inteligente de los sistemas y reposición de infraestructura, surgen como medidas para reducir esa cifra.
País no llegaron a los usuarios finales, o bien no fue facturada por razones diversas. En efecto, de acuerdo a cifras de la Superintendencia de Servicio Sanitarios (SIS5), Chile en el período anterior registró un promedio de 33,8 % de pérdidas en las redes de distribución de agua potable de los sectores urbanos.
E n 2018, tres de cada 10 litros de agua potable producida en el
El agua que se pierde en el camino se denomina técnicamente "agua no facturada” (ANF) o "agua no contabilizada”. Según la SISS, esta expresión es de amplio uso en el mundo y se emplea para caracterizar la eficiencia de los servicios de agua potable en la utilización del recurso hídrico. El agua no facturada, precisan en el ente fiscalizador, “está constituida
Principalmente por las pérdidas fisicas en la red (por roturas, filtraciones, etc. ) pero incluye otros como errores en las mediciones, conexiones clandestinas, fraudes y también usos no facturados: lavados de redes, extinción de incendios, etc.”.
INDICADORES OCDE
Las empresas operadoras de redes de distribución de agua potable en Chile en su mayoría se agrupan en la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (ANDESS). Actualmente, sus afiliados prestan servicios a 5, 5 millones de hogares en todas las zonas urbanas del país, por medio de una red de distribución que en total supera los 40 mil kilómetros lineales. Patricio Herrada, Gerente de Estudios de ANDESS, explica que el agua no contabilizada en zonas urbanas corresponde a dos causas de origen: mermas aparentes y otras que son reales. “Las primeras que alcanzan a aproximadamente un tercio del totalse relacionan con las de tipo comercial (hurtos y consumos autorizados no facturados) y las segundas, con fugas en las redes de distribución”, sostiene. En términos geográficos, Herrada señala que las pérdidas se distribuyen de manera diversa a lo largo del territorio nacional. Al respecto, comenta: “Efectivamente, hay matices según zona geográfica. Nuestro país, dada su sismicidad, en aquellas zonas donde las redes se han visto sometidas a ese tipo de eventos, presentan indicadores mayores de agua no contabilizada.
Así también sucede con aquellos sectores donde el agua debe ir a mayor presión para subir cerros”. Por otra parte, los índices exhibidos por la OCDE también son un referente para contextualizar la situación de Chile. El Gerente de Estudios de ANDESS precisa que la media de los países miembros de ese organismo internacional en materia de pérdida en sus redes sanitarias es de alrededor del 21%. De igual modo, Herrada, al apreciar la información de la OCDE sobre ANF, destaca que se observa una alta dispersión entre ciudades y países. Así, es posible encontrar lugares con bajo nivel de agua no contabilizada, como Amsterdam (Holanda), inferior al 10%, como también el caso de Tuxtla (México), que supera el 60% de agua no contabilizada. "Para la OCDE, el nivel óptimo económico de agua no contabilizada es entre un 10% a 20%, entendiendo éste como el punto en que el costo de reducir las mermas de agua es igual al beneficio obtenido por tal reducción”, añade el representante gremial.
ANTIGUEDAD DE LAS REDES
ANDESS, además, hace hincapié en otros factores que pueden influir en los indicadores de la OCDE: “Uno de ellos es el estado o antigúedad de la infraestructura, pero también inciden los tamaños o extensiones de las redes. Asimismo, la OCDE identifica diferencias entre ciudades de distinto PIB per cápita y el nivel de pérdidas en cada caso”. Por su parte, para Gerardo Ahumada, Director de la División Agua Potable de la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental - Capítulo Chileno (AIDIS Chile), la cifra de 33,8 % es muy alta: "Pero hasta cierto punto se entiende, por ciertas condiciones como la antigúedad de las redes. No olvidemos que en Santiago hay tuberías de 100 años en todo el sector céntrico de la ciudad, lo cual se suma a que somos un país sísmico”, sostiene. En su opinión, lo anterior deriva en problemas que explican directamente las pérdidas: errores de medición —en los macromedidoresy fugas en la red. Asimismo, Ahumada recuerda que en el país la mayor parte de las redes de distribución de agua potable todavía son de asbesto cemento: “El gran desarrollo de las ciudades en Chile fue cuando las cañerías que
se ocupaban eran de asbesto cemento, las que hoy están prohibidas por la
En Uniones y Arranques
En cuanto a los puntos de la red donde se producen las mayores pérdidas, Gerardo Ahumada dice que a nivel mundial existe una estimación -aunque no comprobada para el caso de Chile-, de que aproximadamente el 50% de las pérdidas en los ductos de asbesto cemento se produce en los arranques. “Es decir, en el tramo de la red pública de distribución comprendido desde el punto de su conexión a la tubería de la red de distribución, hasta la llave de paso colocada después del medidor domiciliario inclusive”, explica. Y añade el ingeniero que otro porcentaje importante de fugas está localizado en las uniones regulares de las tuberías de la red de distribución.
50.000 Metros cúbicos posee aproximadamente el estanque de reserva ubicado en calle Pocuro, entre Antonio Varas y P. De Valdivia, en la comuna de Providencia. Es el más grande de la capital.
1 1 % De toda el agua dulce disponible en el país es ocupada por las empresas del sector sanitario.
3 toxicidad de ese material. Se trata de una tubería muy frágil, de modo que
claramente con los sismos que se producen de manera periódica en nuestro país se van produciendo fisuras, a través de las cuales se pierde agua”.
¿ REEMPLAZO O REHABILITACIÓN?
El experto de AIDIS sugiere dos posibles formas de renovación de la infraestructura: reposición y rehabilitación de las tuberías. ¿Pero cuál correspondería en cada caso? El ingeniero comenta que las primeras tuberías en Chile, instaladas hace más de 100 años, eran de hierro fundido. Pese a su antigiedad, el profesional destaca la calidad y resistencia de dicho material. Debido a ello, se inclina por extender su vida útil a través de rehabilitación. Este procedimiento, también conocido como relining, consiste en instalar ductos de menor diámetro al interior de aquel que se desea
restaurar, lo que permite alargar su vida útil en alrededor de 40 años. "Lo que se ha hecho con los ductos de hierro fundido es rasparlos y colocarles un revestimiento de distintos materiales, tales como mortero”, sostiene. En el caso de las líneas de asbesto cemento, el experto recomienda su reemplazo por motivos de salud pública: “Claramente, es el costo más alto que habría que afrontar, pues aún tenemos muchas de esas tuberías en Chile”. A renglón seguido, explica que hay dos tipos de tuberías que se han empleado para sustituir al asbesto cemento: HDPE (polietileno de alta densidad) y PVC (policloruro de vinilo). “Usualmente, este último resulta más económico, pero tampoco es bueno desde el punto de vista de las pérdidas. Por ello, a nivel local se ha insistido en privilegiar, como muchos países ya lo han hecho, el HDPE sobre el PVC”. Entre las ventajas que tiene el HDPE destaca menor costo de
Experiencia Israelí
"La clave básica es la concientización”, dice Hadar Shor, Jefe de la misión comercial de Israel en Chile. El representante agrega que todas las empresas sanitarias de abastecimiento residencial de ese país —referente mundial en gestión del recurso hídricoestán obligadas a reportar sus porcentajes de pérdida y tomar las medidas necesarias por reducirlo. "La clave principal es detectar las fugas de forma lo suficientemente temprana, junto con tener la capacidad para gestionar su solución cuando se producen en los sistemas de distribución", agrega. Otro punto que subraya es contar con tecnología de detección permanente de fugas y también con sistemas de gestión que permitan supervisar la mayor proporción posible de las redes de distribución. Jerusalén destaca en la implementación de este tipo de tecnologías. Mediante su uso, el índice de agua no contabilizada de la capital israelí hoy es de solo 6%. Mientras que el resto del país oscila entre 8%-11%.
Tabla 1: Ranking de empresas en función del porcentaje de aguas no facturadas
Ranking 2017
COOPAGUA 5, 4% 3 2 SELAR 8, 1% 2 3 Melipilla Norte 13,4 % 11 4 Aguas Magallanes 13,8 % 1 5 Aguas Décima 16,5 % 7 6 SEMBCORP Aguas Santiago 16,8 % 20 7 Aguas Cordillera 16,9 % 10 8 ASP 17,0 % 6 9 COSSBO 18,7 % 10 Aguas Manquehue 19,5 % 11 Novaguas 20,4 % 8 12 Aguas San Pedro 24,6 % 17 13 Aguas del Valle 27,3 % 13 14 Aguas del Altiplano 27,6 % 21 15 Aguas de Antofagasta 29,0 % 12 16 Aguas Patagonia 29,9 % 18 17 Aguas Andinas 30,3 % 14 18 SEPRA 30,3 % 9 19 Aguas Chañar 34,1 % 16 20 ESSBIO 34,4 % 22 21 SEMBCORP Aguas Lampa 35,0 % 15 22 ESSAL 35,3 % 25 23 ESVAL 35,5 % 24 24 Aguas Araucanía 36,0 % 26 25 ESSSI 36,6 % 28 26 SEMBCORP Aguas Chacabuco 36,8 % 19 27 Nuevosur 40,7 % 27 28 SMAPA 64,8 % 23 Total 33.8 %
Fuente: Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS).
Instalación y de mantenimiento y larga vida útil; bajo peso, flexibilidad y resistencia química. Con relación al destino para las tuberías de acero -material de las alimentadoras más Ahumada señala que debiera depender del grado de daño que evidencien para evaluar si la mejor opción es rehabilitarlas o reemplazarlas.
METODOLOGÍA DE DISTRITOS
Para poder seleccionar los lugares dónde es prioritario hacer mejoras, Gerardo Ahumada afirma que la metodología más óptima dentro de la literatura de la ingeniería sanitaria es la de los distritos. “Cada estanque de reserva y regulación alimenta a un sector; a su vez, cada sector está dividido en subsectores. Luego, hay que crear distritos, que consisten en pequeños microsectores”, explica. Y agrega el ingeniero: “En cada uno de ellos hay que hacer mediciones de caudal. Por lo tanto, si en cada distrito realizamos esto y también controlamos la presión, sabremos de inmediato cuando se produzca una rotura como las que salen en la prensa”. Esto último, en alusión a incidentes como las roturas de matriz de la envergadura de las que se han producido en la esquina de Providencia con Seminario, en Santiago, en 2016 y 2019. El ingeniero añade que este método permite comparar de forma periódica la entrada de caudales en cada distrito, con el agua facturada a los clientes, arrojando así las eventuales pérdidas en la red. “Al hacer esa comparación podemos tener un plano de la ciudad en que tendremos
-usando la regla del semáforodistritos verdes, con bajas pérdidas; amarillos, con pérdidas intermedias, y rojos, con pérdidas altas”. Dado lo anterior, el reemplazo de tuberías como también otros mejoramientos posibles entonces debieran priorizarse en los distritos rojos. Actualmente, añade Ahumada, a nivel de subsectores hay estimaciones que permiten caracterizar, aunque aún en líneas muy generales, el mapa de Santiago. “Por ejemplo, la zona nororiente, alimentada por Aguas Manquehue, es una de las zonas con menos pérdidas en Santiago. Mientras que el sector poniente, que es abastecido por SMAPA, registra los mayores índices de ANF”, sostiene. Aunque el especialista estima que la cifra de 64,8 % que este operador registra (ver tabla 1) no es exacto, sino que estaría aumentada debido a errores de medición.
DETECCIÓN BASADA EN ACÚSTICA
Gerardo Ahumada explica que cuando se tiene un distrito en rojo, recién entonces hay que chequear dónde puede haber fuga. “No se puede hacer control de fuga en distintos sectores en forma aleatoria, sino que hay que enviar a los equipos técnicos especificamente a los distritos rojos”, afirma. Una de las tecnologías que de utilizan para este propósito es Echologics, desarrollada por la estadounidense Mueller Company. Esta solución permite evaluar las condiciones de los sistemas de redes de agua compuestos por una gran variedad de materiales, incluyendo hierro dúctil, asbesto y cemento (AC), hierro fundido, plástico, hormigón pretensado cilindro (PCCP) y cloruro de polivinilo (PVC), en diversos diámetros. La tecnología base de Echologics consiste en un sistema de detección de fugas de agua basada en la acústica, acústica inducida y en una base de datos propietaria integral correlacionada. "Esta tecnología ha permitido a las empresas distribuidoras de agua a través de América del Norte, Europa, África del Sur, Singapur y Australia, entender mejor su infraestructura de agua para reducir los costos, priorizando correctamente sus esfuerzos de mantenimiento, sin la necesidad de romper el suelo o interrumpir el servicio a sus clientes”, afirma Cristian Balázs, Gerente de Ingeniería de Biix Ingeniería.
TAREAS GREMIALES
De acuerdo a Patricio Herrada, ANDESS sigue trabajando en la dirección de impulsar iniciativas con miras a reducir los índices de pérdida en las redes. En la actualidad, como parte de sus definiciones estratégicas para 2030, el gremio se impuso la meta de reducir en un 20% el agua no contabilizada en promedio en todo el país. Es decir, llegar a un 25% aproximadamente. “Estamos conscientes de que el camino para alcanzar mejores estándares en esta materia es avanzando hacia el manejo inteligente de las redes y a la reposición de infraestructura”, afirma el representante gremial. Respecto al primer punto, precisa que “hay que continuar con los programas de microsectorización y dotar a las redes de sensores y válvulas que permitan regular presiones nocturnas y en el segundo, continuar con la reposición de aquellas redes que lo requieran”. Y subraya que desde 2012 a nivel gremial se han invertido más de US$230 millones de dólares por concepto de reposición de redes y se ha ido incorporando el monitoreo de ellas en tiempo real. Gerardo Ahumada, por su parte, coincide con ANDESS y señala que la meta de Chile debiera ser llegar a un índice de pérdida en sus redes de agua potable de entre 20% y 30%.
Gestión de Integridad
Pero no todo se reduce al uso de tecnologías y equipos. La gestión tiene un lugar importante en la solución. En 2016, la SISS solicitó a la industria sanitaria estudios de riesgo y diagnóstico sobre sus operaciones. Esto, debido a una seguidilla de incidentes registrados en ese entonces, tales como una rotura de matriz de grandes proporciones en Providencia (similar a un incidente registrado este año casi en el mismo lugar) y en otras localidades del país. En ese sentido, la incorporación de los principios de la denominada gestión de integridad, surge como un buen complemento, según expertos. Enrique Acuña, Gerente General de Dandilion Ingeniería, es un referente técnico en el área y quien asesoró a la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) en la implementación del Sistema de Gestión de Integridad de Redes (SGIR) para las empresas de transporte y distribución de gas por redes. Esta herramienta, obligatoria desde 2012, ha permitido reducir los incidentes en las redes de gas. “Contar con técnicas y equipos para detección y control de fugas por sí solos no resuelven la pérdida de agua en redes. Lo importante es tener una sistematización que permita utilizarlos dónde, cuándo y cuánto sea necesario, de modo que la gestión de fugas sea efectiva y al mismo tiempo eficiente”, afirma. Y añade el ingeniero: “La denominada “gestión de integridad” apunta a ese fin, tal como lo hace cualquier sistema de gestión de activos enfocado en el cumplimiento de los objetivos corporativos”.