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INTELIGENCIA /MACARENA SOLER, MONTI AGUIRRE Y JUAN PABLO ORREGO
Losríos de la Patagonia chilena caen en cascada desde montañas coronadas de nieve através de paredes deroca escarpadas y colinas ondulantes, irradiando turquesa brillante, azules profundos y verdes vívidos.
El Puelo.
El Pascua.
El Futaleufú.
Cada uno estanimponente y único comoel paisaje cuya sed apagan.
Peroestos ríos, como muchos a nivel mundial, han sido amenazados por proyectos de represas que pretenden proporcionar energía aciudades y operaciones mineras distantes.
Sólo una tercera par177 ríos más largos del mundo sigue fluyendo libremente, y apenas 21 ríos de más de mil kilómetros de largo conservan una conexión directa con el mar.
Sivamos afrenar el cambio climático global, impedir el envenenamiento de fuentes de agua dulce y hacerlo correcto los que dependen delos ríos para su supervivencia, debemos devolver asuestado natural.
Durante décadas, los ríos han sido un tema secundario en las pláticas globales sobre el clima, que concluyeron en Madrid el mes pasado.
Nuevos flujos de financiamiento climático, como la Iniciativa de Bonos Climáticos, pronto podrán estar disponibles para proyectos de energía hidráulica a gran escala.
Aunque la energía renovable y su financiamiento son una parteimportante delas soluciones climáticas, las represas hidroeléctricas no son respuesta.
La energía hidráulica no es una tecnología verde y limpia.
Los ríos ayudan aregular un ciclo de carbono global cada vez más volátil altransportar materialorgánico en descomposición de la tierra al mar, donde se asienta en el fondo delocéano.
Esto saca del aire casi 200 millones de toneladas de carbono cada año. Como ha documentado Philip Fearnside, un científico del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, las represas grandes, especialmente en ríos tropicales como el Amazonas, son “fábricas de metano” que emiten en algunos casos más gases de efectoinvernadero quelas plantas eléctricas alimentadas con carbón. El mes pasado en Madrid, 276 grupos de la sociedad civil que asistían alas pláticas climáticas de la ONU hicieron un llamado a La Iniciativa de Bonos Climáticos para excluir la energía hidráulica del financiamiento climático.
Las presas hidroeléctricasinundanextensas áreas de vegetación.
Esto estimula la descomposición y libera dióxido de carbono, metano y óxido nitroso.
Consideradas en conjunto, las represas hidroeléctricas emiten mil millones de toneladas de gases de efectoinverNadero al año.
Esto es comparable conlaindustria dela aviación.
Más de 60 millones de personas enlos países en vías de desarrollo dependen y ríos para su sustento.
Aproximadamente 80 millones de personas han sido desplazadas por proyectos de presasa nivel mundial. La ONU calcula que alrededor de un millón de especies de plantas y animales están en peligro de extinción, al menos en parte a causa de la construcción de Represas, la contaminación fluvial, la desviación para la agricultura industrial y la sobrepesca.
Durante más de una década, ambientalistas chilenos han luchado proyectos de represas. En el 2006, la corporación de energía chilena Endesa propuso construir cinco represas grandes en la región de Aysén, un área escasamente poblada en el sur de Chile donde se encuentra uno de los campos de hielo más grandes del mundo fuera dela Antártida y Groenlandia. Este proyecto de presa, llamado Hidro Aysén, habría inundado unas 6 mil hectáreas de bosques energía a ciudades distantes y alimentar la industria de cobre del País, que representa hasta un 10 por ciento del PIB de Chile.
Pero ¿ a qué costo? Un estudio del 2009 de la Universidad de Chile encontró que los grandes proyectos de presas soninnecesarios para satisfacer los futuros requisitos energéticos del país.
Las comunidades amenazadas por Hidro Aysén se organizaron.
Por todo Chile, miles de personas salieron alas calles.
Los ambientalistas impugnaron las presas propuestas en los tribunales. Pese al afán inicial del Gobierno para darle luz verde a Hidro Aysén, el Comité de Ministros echó por tierra el proyecto en el 2014, de los efectos significativos que el proyecto habría tenido sobre una delas regiones más icónicas de Chile. El actual movimiento para proteger los ríos de Patagonia que fluyen libremente descansa sobre los hombros de la Ley de Ríos Salvajes y Escénicos de Estados Unidos, aprobada en 1968, que protege 21 mil 586 kilómetros de flujo libre de 226 ríos en 41 Estados y Puerto Rico.
Varias organizaciones chilenas trabajan en la Ley Ríos Salvajes, una campaña para crear una ley paraproteger estos ríos.
Esto coloca a Chile ala vanguardia delos países que protecciones delos ríos como una manera de compensar y adaptarse al cambio climático.
Los primeros países en participar en el auge de construcción de presas han empezado a desmantelarlas.
En EE.
UU, más de mil 600 presas obsoletas han sido eliminadas. El actual plan de cinco años para el desarrollo económico y social de China incluye un esfuerzo para reconectar los ríos, dando marcha atrás a años de construcción descontrolada de presas que ha contribuido ala desaparición de más de la mitad delos 50 mil ríos del país.
Protecciones para ríos deben ser parte del plan de acción.
Macarena Soler es fundadora de Geute Conservación Sur.
Monti Aguirre es coordinadora del programa de América Latina de International Rivers.
Juan Pablo Orrego es presidente de Ecosistemas.
Comentarios a intelligence(Onytimes.
Com.
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