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Editorial
Una inversión de $7. 000 millones es la considerada este año para la construcción de obras vinculadas a sistemas de Agua Potable Rural (APR), como también para diseños de ingeniería, faenas de conservación, mantención y ampliación de estos serviciosen la Región del Biobío. Se trata de un monto que si bien en un principio puede parecer elevado, resulta todavía insuficiente para las múltiples necesidades de contar con este vital elemento, lo que evidentemente se asocia al prolongado periodo de sequía que ha afectado al país ya por más de una década y que afecta especialmente a las zonas rurales. Para tanto, se proyecta un monto de inversión de $8. 200 millones, en dondese prevé que se beneficiará alascomunas de Laja, Nacimiento, Santa Juana, Tomé, Tirúa, Cañete, los Ángeles, Florida Curanilahue, entre otras. De acuerdo a las cifras que maneja la Dirección de Obras Hidráulicas, en la Región existen 113 sistemas vigentes de Agua Potable Rural construidos con fondos públicos, a los que se suman unos 260 que han sido desarrollados por particulares o municipios, éstos últimos con recursos de fuentes como la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) o el Fondo Regional de Iniciativa Local (FRID), entre Otros. Para enfatizar la importancia de este tipo de proyectos se debe recordar que a comienzos de la década de 1960 tan sólo el 6% de los habitantes rurales contaba con agua potable. Una de las dificultades en ese entonces era la insuficiente calidad sanitaria del vital líquido, lo que traía consigo distintos tipos de enfermedades entéricas. De hecho, La tasa de mortalidad en menores de un año en Chile era de 120 por cada mil nacidos vivos, una las más altas de América Latina. Frente a esta situación, en 1964 el gobierno adoptó el Plan Básico de Saneamiento Rural, a partir de la resolución aprobada en la
XII Asamblea Mundial de la Salud de 1959, tras suscribir el acuerdo de la “Carta de Punta del Este”, en la reunión de los ministros de salud de América Latina. El programa contó en una primera fase con el financiamiento conjunto del Estado de Chile y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para posteriormente ejecutarse con fondos estatales. El año 1964, se encomendó al Servicio Nacional de Salud, por Decreto Supremo N*82, del MINSAL, la ejecución y responsabilidad técnica del Programa de APR, La recomendación de la OMS fue entregara la propia organización comunitaria la explotación del sistema, con el fin de utilizar el modelo cooperativo, por lo que la Oficina de Saneamiento Rural procedió a la creación de cooperativas de servicios de agua potable rural. En el año 1968 se promulgó la primera ley de Juntas de Vecinos, que permitiría la existencia de los comités de agua potable rural. Fue el año 2001 cuando las autoridades ministeriales de la época resolvieron que sea la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) la que asuma todas las funciones inherentes al programa, a través del Departamento de Programas Sanitarios. Unlevantamiento hecho en 2014 por el MOP, en el marco del programa de Agua Potable Rural, identificó la necesidad de construir APR en 82 localidades concentradas (densidad habitacional quesobrepasa las 15 viviendas por kilómetro de red) y semiconcentradas (entre 8 y 14 viviendas por kilómetro de red) de la Región. Yase a abordar soluciones para un 70% deestas localidades, pero evidentemente el cambio población de último quinquenio amerita una actualización, asícomo porsobretodo considerar la altísima relevancia que este tipo de organizaciones tiene para una labor tan relevante como essuministrar agua potable para los habitantes de nuestras zonas rurales.
Para enfatizar la importancia de este tipo de proyectos se debe recordar que a comienzos de la década de 1960, tan sólo el 6% de los habitantes rurales contaba con agua potable. Una de las dificultades en ese entonces era la insuficiente calidad sanitaria del vital líquido, con el consiguente impacto en la salud humana.
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