Campañas en los partidos
Señor Director: La UDI está en proceso de renovación de su directiva. Otros partidos la seguirán el próximo año. Nunca se exagera al repetir que los partidos son esenciales para la democracia. Para que lo sean deben tener democracia interna y la renovación de sus directivas es condición necesaria de esta. Asegurar este principio fue uno de los principales objetivos de la reforma a la ley de
partidos en 2016. Ella introdujo la obligación de elecciones periódicas, la posibilidad de que todos los candidatos pudieran acceder al padrón de militantes y la obligación de darse normas "sobre propaganda y publicidad electoral” para las elecciones internas. Los partidos se han dado estas normas y el Servel las ha aprobado. Sin embargo, lama la atención que, salvo casos excepcionales como el del PPD, el resto de los partidos principales omite en ellas un aspecto undamental de la propaganda y publicidad electoral: el financiamiento de las elecciones internas. Las campañas, sabemos, no son gratis. La en que se regule su financiamiento es para la competencia electoral y, por lo mismo, para la democracia interna de los partidos. ¿Cómo financian sus elecciones los partidos? La ley es demasiado parca en este aspecto y el Servel no ha suplido esta parquedad. El punto es doblemente preocupante, ya que los partidos reciben hoy financiamiento público, del que hemos sido promotores. Si la ley restringe st uso a ciertas actividades, en la práctica estas pueden ser una oportunidad para la promoción de la directiva de turno. Si esta quiere reelegirse, como hoy en la UDI, corre con la ventaja propia de todo incumbente. La falta de reglas sobre financiamiento perjudica a quienes uscan competirle. Las reformas legales sobre probidad y transparencia para la política en 2016 ocurrieron en un ambiente sospechoso de la relación entre dinero y política. Lamentablemente, esa sospecha tuvo el efecto de
oscurecer el hecho de que la democracia no es gratis, y de que la forma en que se regulen los recursos que necesita determina la diferencia entre una aspiración y la realidad. ISABEL ANINAT LUCAS SIERRA CEP