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Tienen derecho a 200 litros de agua al día por persona, pero solo en teoría
El 10% de la población depende de camiones aljibes para sobrevivir. "Tenemos que lavar la ropa una vez al mes y darnos duchas de dos minutos”, cuenta una dueña de casa.
IGNACIO MOLINA
argarita Prado recuerda que antes era una joven que de lu- nes a sábado lucía un delantal blanco impecable. Que trabajaba de sol a sol sacando naranjas, mandarinas y arándanos para poder criar a sus tres hijos. Ahora, esta ex temporera de 57 años, cuenta que con suerte puede lavar su ropa una vez al mes. "Es por la sequía”, dice fuera de su casa ubicada en Valle de los Olmos, 14 kilómetros al noreste de Petorca. Gustavo Valdenegro, alcalde de la comuna, afirma que los cauces están secos debido a la falta de lluvia y la explotación de las napas subterráneas por parte de las productoras de palto. La escasez hídrica es tan grande, dice (hay sequía desde 1997) que casi el diez por ciento de los habitantes (952 personas) dependen de camiones aljibe para abastecerse de agua potable. Cada vez que Margarita lava los platos, cuenta, el agua sucia la reutiliza para regar las escasas rosas y laureles que tiene afuera de su casa. "Solo sirve para rociarlas”, dice. “Antiguamente tenía un jardín: plantaba lechugas, tomates, cebollas y papas. Ahora todo hay que comprarlo.. . Y no alcanza”, dice. La sequía, tal como al resto de los habitantes, la forzó a cambiar su estilo de vida. "Antes iba al río Petorca, me bañaba, me tiraba unos buenos piqueros, pero ahora no pasa nada: están solo las piedras”, lamenta. Tamara Tapia, funcionaria de la oficina de Asuntos Hídricos de la Municipalidad de Petorca, asegura que como municipio entregan gratuitamente 200 litros de agua por persona a diario. Si en una casa hay cuatro personas, serían 800 litros diarios”, dice. Esto no significa que los camiones pasen todos los días por cada hogar. “Hay casas que se entrega una vez a la semana, otras dos, depende de la capacidad del estanque que tengan”, dice.
Solange Díaz es una dueña de casa, de 32 años, que vive en el sector Llano de Cáceres, en Chincolco, 11 kilómetros al noreste de Petorca. Afirma que el camión aljibe de la municipalidad pasa una vez a la semana. "Los puros días viernes”, dice Solange, acompañada de su marido y dos hijos. Como familia cuentan con dos estanques: uno con capacidad para 500 litros y otro de 1. 300. "Los 1. 800 litros semanales no nos abastecen. Tenemos que medirnos con el agua”, dice. Según lo que asegura Tamara Tapia, de la oficina de Asuntos Hídricos, a Solange y su familia les corresponderían 800 litros diarios, es decir, 5.600 litros a la semana. Pero recibe solo el 23% de esa cantidad. "Tenemos que lavar menos la ropa, una vez al mes, y darnos duchas súper cortitas, de dos minutos. Tampoco podemos tener arbolitos o animales”, cuenta Solange. Sergio Bruna es un ex minero, de 50 años, que vive con su señora y tres de sus cinco hijos en el sector Nueva Espe-
ranza, en Chincolco. A su familia le corresponderían 7. 000 litros semanales, pero asegura que solo reciben 3. 400. A saber: tiene dos estanques que suman una capacidad de 1. 700 litros. Y el camión aljibe de la municipalidad, dice, pasa dos veces por semana a llenarlos: lunes y viernes. Ruperto López es uno de los conductores contratados por la Municipalidad de Petorca. Dice que tres días a la semana le toca trabajar distribuyendo agua en uno de los tres camiones aljibes con los que cuenta el municipio. A las 8. 30 horas comienza a distribuir en la entrada de Hierro Viejo. “Después
voy a Chincolco, Chalaco, Quebrada de Castro, atodos los sectores”. Su jornada suele terminar a las 17 horas. El camión -con capacidad para 10.000 litros de agua- lo carga en una Asociación de Agua Potable Rural (APR) ubicada en Hierro Viejo. Una APR, explica Ruperto, es un comité que se constituye en los lugares donde el agua no la abastece una empresa de servicios sanitarios. Más del 70% del agua en la comuna de Petorca viene de una APR. Ruperto se demora 20 minutos en cargar su camión. Pero luego tiene que volver a llenarlo. “Lo cargo cuatro veces al día. Reparto 40.000 litros diarios”, cuenta. En su labor lo acompaña, José Alfaro, de 50 años, quien conecta las mangueras a la bomba y los estanques particulares. “Lo más jodido de este trabajo es el sol. Y también ver tanta sequía. Las personas están desesperadas”, dice.
Zona de escasez hídrica
La sequía afecta a Petorca desde 1997. Desde 2012 que el Ministerio de Obras Públicas declara a la comuna como una zona de escasez hídrica. Esto significa que la municipalidad y la gobernación tienen que hacerse cargo de la entrega de agua a los habitantes que no cuentan con abastecimiento. Antes de 1997, cuenta el alcalde Gustavo Valdenegro, algunos petorquinos tenían vacas y cabras para hacer su propia leche y queso. Ahora no tienen agua para alimentar animales ni trabajar sus tierras.
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Antiguamente tenía un jardín: plantaba lechugas, tomates, cebollas y papas. Ahora todo hay que comprarlo.. . Y no alcanza
Margarita Prado, vecina de Valle de los Olmos
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