¿TIENE SENTIDO ABANDONAR FACEBOOK?
SEÑOR DIRECTOR Cuando usamos un servido gratis pasamos a ser el producto, no el cliente.
Quienes usan Facebook tienen que entender que su privacidad está siendo usada en favor de intereses comerciales válidos. Gracias a nuestra información los algoritmos de la principal red social mejoran nuestra expertencia y pueden ofrecemos ofertas comerciales o electorales interesantes.
Cada uno debe definir los niveles de privacidad que está dispuesto a compartir. El problema viene cuando se violan los límites que definimos. Incluso Marc Zuckertoerg asumió su responsabilidad en la protección de nuestros datos, "si no podemos hacerlo, no merecemos servirte"; es decir, si usan mis datos cuando yo no los habla compartido ni autorizado, como sucedió en el caso de Cambridge Analytlcá por un error grave de Facebook.
Un grupo de 210.000 norteamericanos aceptaron hacer un test de personalidad que parecía tener fines académicos. Lo hicieron usando una aplicación que permitía acceder a los perfiles y a la actividad de sus amigos.
De esta forma obtuvieron Información de 50 millones de norteamericanos que aprovecharon con fines electorales en campañas que todavía no se han identificado. Lo que hay que tener claro es que Facebook es una herramienta que entrega un tipo de con versaciones publicadas que ha mejorado nuestra capacidad de comunicarnos.
Hay mecanismos para controlar qué información es privada y cuál es pública. Nos conviene fomentar que tanto los empresarios como los políticos aprovechen mejor estas redes para oír nuestras demandas y comunicarse mejor. Y debemos educar a los usuarios no para desconectarse, sino para aprender a usarlas y a no dejarse usar. También debemos exigir el autocontrol de las plataformas, mejorar las leyes que defiendan nuestros datos personales y un trabajo informativo para enfrentar las mentiras que en este nuevo entorno son más rápidas y eficientes a la hora de promover pasiones.
El peligro de este entorno es el aprovechamiento que hacen los populistas y que nos ha llevado al mundo de las noticias falsas o fake news. En este escenario, los medios tienen que asumir un trabajo más activo de fiscalización de lo que está pasando en las redes. Estas son tareas fundamentales; está en juego nuestra democracia.
Eduardo Arriagada Decano de Comunicaciones Pontificia Universidad Católica de Chile