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Competirá contra Alberto Undurraga La oferta Chahín: Ser presidente DC f ull time, con disponibilidad inmediata
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El lunes puede confirmarse un tercer postulante para elección del 27 de mayo: Francisco Huenchumilla.
Por Viviana Candía Es el único candidato que en la práctica está en carrera a la presidencia de la Democracia Cristiana. Oficialmente, no se ha inscrito (hay plazo hasta el 27 de abril, sin embargo, la tradición en la DC es hacerlo a última hora), pero Fuad Chahín dice estar "activamente en campaña", a diferencia sus eventuales contrincantes.
La semana pasada fue a La Serena ahora va a Valdivia para participar en la junta regional y luego irá a Aysén para un encuentro similar.
Chahín (la principal figura del ala colorína, que fundó Adolfo Zaldívar) y el ex ministro Alberto Undurraga (que representa a los Príncipes) son los dos nombres que se barajan, hasta ahora, como postulantes a conducir la DC. Aunque el lunes el escenario puede cambiar si es que el senador Francisco Huenchumilla acepta la petición de sectores "progresistas" para competir en las elecciones programadas para el 27 de mayo (ver recuadro).
La ventaja de no ser parlamentario En los últimos 15 años, la DC siempre ha elegido presidentes que simultáneamente ocupaban cargos en el Parlamento.
Aquello permitía tener un doble control: en el partido y en el Parlamento. Pero según Bernardo Navarrete, académico de la Usach, "finalmente se convirtió en uno de los elementos del alejamiento de militantes, que se dieron cuenta que quienes llegan al Congreso no se van y además tienen el control en las dos dimensiones". Y de paso explicaría el mal resultado en la parlamentaria y la presidencial del año pasado.
Hoy los dos más interesados en dirigir la DC no están en el Legislativo, pero enfrentan el desafío de tener que controlar a sus diputados y senadores, cada vez más díscolos. Tarea que deberán resolver antes de dos años cuando tendrán que definir el tipo de alianza para las próximas municipales y la elección de los gobernadores regionales.
Ricardo Hormazábal —ex diputado ex senador y ex embajador— fue el último que sin estar en el Congreso asumió la presidencia de la falange entre 2000 y 2001. Asegura que "no es imprescindible ser parlamentario para ocupar un cargo como éste, pero reconozco que es un factor que puede ayudar. A veces se facilita la pega porque la política se lleva en el Parlamento, donde se hacen proyectos de ley".
Hormazábal tuvo una relación difícil con sus bancadas: Luego de pasar al tribunal de disciplina a los entonces diputados María Rozas, Jaime Jiménez y a Gabriel Ascencio por votar en contra de la Mesa de Diálogo enfrentó "una rebelión de 25 diputados".
Después "me llamó Lagos por ocho senadores que no quería votar la reforma laboral. Le dije que me dejara a mí esa tarea, por amistad o respeto al partido, salvo Boeninger y Foxley, los otros estuvieron de acuerdo. Es decir, uno puede ejercer su rol, sin ser parlamentario".
Fuad Chahin —que fue diputado hasta el 11 de marzo— cree que "si bien es relevante tener en la mesa a parlamentarios hoy día el partido requiere un presidente que se dedique tiempo completo y que entienda la lógica parlamentaria. Yo tengo esa ventaja. No quiero ser presidente del partido para ocuparlo de trampolín para una eventual candidatura, no. Quiero serlo para dedicarme a las tareas pendientes del partido, que tienen que ver con modernización institucional, la reconstrucción de la fraternidad y el Congreso Programático. Tenemos que demostrar, de aquí a la elección municipal que el partido vuelve a despegar, que revierte la situación electoral de la última elección parlamentaria y presidencial".
—¿Cómo se relacionará con las bancadas parlamentarias que son bastante díscolas? —Teniendo procedimientos claros legitimados y acordados, de manera que las decisiones no sean cuestionables, arbitrarias y que sean producto de diálogo.
—¿A quién le será más difícil convencer?¿A los senadores de su partido? —Primero déjeme ganar la presidencia del partido, pero tengo plena confianza en la madurez política para enfrentar la situación en la que estamos y ser capaces de dejar atrás gustitos personales, dejar atrás el ego y un conjunto de elementos que hoy debilitan nuestra institucionalidad. Aquí nadie se va a salvar solo. O entre todos salvamos a la DC o nadie se salva.
Cambiaría el escenario La irrupción de Huenchumilla "Una candidatura de Huenchumilla favorecería a Undurraga, que es el fiel representante del sector denominado «principes». Esto, porque hay mayor congruencia entre los adeptos de Huenchumilla y Chahín en comparación con los de Undurraga, lo que implicaría dividir sus votos", plantea Mauricio Morales dentista político y académico de la U. de Talca.
Eso se daría en particular entre los diputados de la disidencia, como Gabriel Silber, que si bien apoya a Chahín podría estar tentado a cambiar de postulante si Huenchumilla ingresa a la pelea.
Por su parte, el ex ministro del MOP (que cuenta con los diputados DC más conservadores como Jorge Sabag y Miguel Ángel Calisto) está buscando ser "candidato de consenso", lo que a juicio del cientista político Bernardo Navarrete "es un error histórico de la DC, sobre todo de los barones, creer que hay que lograr un acuerdo por aclamación cuando lo que le hace bien es competir".
15 mil de los 31 mil militantes inscritos participarían en las elecciones internas.