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CUIDADO DEL AGUA
Hace dos años, el camino estaba abierto para llegar a una resolución entre los usuarios del sistema Laja —lago y río— que apuntaría a hacer un uso racional del agua disponible. Sin embargo, estudios de último momento y la nueva visión de las autoridades que asumieron en 2018, causaron demoras que derivaron en un decidido retroceso en lo realizado hasta ese momento. No se prevé solución en el
corto plazo.
Prensa(Dlatribuna. cl
n 2018 parecía que el ÉE acuerdo para formar una junta de vigilancia sobre el río y el lago Laja sería una realidad. Que solo sería cuestión de afinar algunos detalles para dar el vamos a la puesta en marcha de uno de los instrumentos contempladosen el Código de Aguas para hacer uso racional de un recurso cada vez más escaso. Es que fueron más de cinco años de intensas negociaciones, en que se debieron compatibilizar losintereses de todos los usuarios del sistema Laja, desde las compañías hidroeléctricas, las organizaciones de regantes (grandes y pequeñas), las empresas sanitarias y las fábricas que extraen sus aguas para sus procesos, hasta los empresarios turísticos que desarrollan sus emprendimientos en torno
a la popular cascada ubicada a un costado de la carretera. Como en toda negociación, hubo concesiones y conquisras que se reflejaron en un borrador de junta de vigilancia que recogía el consenso después un lustro de sostenido trabajo. Pero todo serrabó aprincipios de 2018. ¿Qué sucedió? Según Héctor anhueza, de la Asociación de Canalistas del Laja, se explica de lasiguiente manera: “Por cinco años, trabajamos muchos paraformarlajunta de vigilancia, pero llega el 2018, donde coindicen varias cosas. Ahíseordenó un estudio para capacidad de canales que fue financiado por los privados y que no se alcanzó a terminar en esa temporada. "También asumió un nuevo gobierno, con nuevos personeros en la Dirección de Obras Hidráulicas, la Dirección General de Aguas y el Ministerio de Obras Públicas, que se tomaron un tiempo para entender
este proceso”. Ese tiempo, añadió, “causó distanciamientos y el abandono de los acuerdos de algunos usuarios que, en ese afán de volver a estudiar el tema, influyeron sobre las nuevas autoridades y generaron incertidumbre. Eso derivó en un estancamiento que generó la posibilidad de que algunos queno quisieron los acuerdos previos, ganaran espacio y paso alas incertidumbres que fueron acogidas por estas nuevas autoridades”. En resumidas cuentas, volvieron los temores cuando se iniciaron las conversaciones para formar la junta de vigilancia, hecho marcado por la sequía del 2013, una de las
peores delas que registrocnlazona. Esecpisodio fue el detonante de los primeros acercamientos entrelosdistinros usuarios del sistema Laja. “Se ha retrocedido”, se lamentó Sanhueza porque “en estos dos años afloró de nuevo la conflictividad y porque ahora el escenario es mucho más complejo. En estos momentos existela convicción de que la disponibilidad teníamos décadas atrás, nunca más la vamos a volver a tener”. En el mismo tenor, vislumbró que un acuerdo definitivo no será posible en el corto plazo porque “de nuevo, tenemos visiones distintas entre algunos usuarios y también tenemos diferencias con respecto de la visión de las autoridades”, Á su juicio, “todo instrumento que construyamos de vigilancia con sus respectivos debe ser acorde con las circunstancias que hoy tenemos de estrechez hídrica, y porlo tanto, se debe promoverel uso eficiente de las aguas. Si hay que darle una interpretación A hay que hacerlo, pero no podemos seguir promoviendo la tenencia de derechos de agua que nunca han sido utilizados y que si se emplearan, no tendrán un uso eficiente”, Parael representante de los Canalistas del Laja, una delas mayores organizaciones de usuarios de las aguas del sistema, el borrador elaborado en los cinco años de negociaciones no se puede modificar porla simple intervención de la autoridad del ramo. “Le tengo que advertir (a la autoridad) que no pueden tomar el borrador de estatutos que acordamos entre todos y eliminar algunas partes que ellos interpretan que no corresponden, porque ese borrador es una negociación en sí misma, y sialguien quiere modificar solo una parte, se tiene que modificar el todo. Cada parte, cada artículo, es un convenio, es una negociación en que uno concedió porque logró otra cosa en otra parte de los estatutos”, dijo.
Juvenal Rivera
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