Marzo, punto de inflexión
E Después de que la actividad económica del país se viera severamente afectada a partir del estallido social del 18 de octubre, vivimos un período veraniego de relativa calma, ya que hechos de violencia han seguido ocurriendo en casi todas las principales ciudades de Chile. Nos viene marzo, con el amenazante anuncio de múltiples convocatorias a manifestaciones de diversos orígenes y propósitos, las cuales, como bien sabemos, habitualmente terminan en graves desmanes y destrucción de la propiedad pública y privada, impidiendo además el normal funcionamiento de las ciudades y sus habitantes. Como es de conocimiento público, en el caso del comercio, los servicios y el turismo, hemos sido severamente damnificados por los saqueos, incendios, robos y destrucción ocasionados a partir de este fenómeno social. De este mismo orden de cosas se han aprovechado inescrupulosos para invadir las calles de las principales ciudades del país, con la nefasta práctica del comercio ilegal. Todo ello ha provocado daños irreparables, no sólo en la infraestructura de nuestra actividad, sino también en ventas y empleos del sector. En cualquier país democrático, donde las autoridades velan responsablemente por la legalidad y el respeto al Estado de Derecho, resultaría inaceptable la prolongación por tantos meses de una situación como la
Que estamos viviendo en Chile, donde se ven permanentemente vulnerados tales principios sin que se adopten las medidas necesarias para asegurar una vida en paz y seguridad. Como empresarios y trabajadores del ámbito formal, que desplegamos día a día nuestros mejores esfuerzos para atender a los consumidores, reclamamos enérgicamente de las autoridades que de una vez por todas hagan respetar la ley en cuanto a la seguridad pública y la protección de la actividad económica formal. Si no retomamos pronto la senda de crecimiento económico, de inversión y trabajo sistemático, podemos caer en una espiral de pobreza, desempleo e informalidad económica de la cual será muy difícil recuperarse. Por lo mismo, esperamos que a partir del mes de marzo, todos los chilenos podamos ejercer nuestro legítimo derecho a trabajar y emprender en un clima de seguridad, confianza y estabilidad, y que las autoridades, junto con seguir impulsando la agenda social anhelada por todos, sean también capaces de garantizar el orden público y la paz social en beneficio de todos los ciudadanos de nuestro país.
Manuel Melero, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo