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"The alienist", en Netflix, trata de un médico que busca a un asesino en serie en el siglo XIX
Daniel Brühl (al medio) dirige el equipo. A su lado Luke Evans y Dakota Fanning Una siquiatra responde por qué se llamaba "alienistas" a sus colegas y un doctor en sicología cuenta cómo evolucionó el análisis criminal.
Fernando Marambio Ambientada a fines del siglo XIX en Nueva York, la serie "The alienist" presenta la historia de un médico que investiga el asesinato de un niño de 14 años descubriendo que otros chicos han muerto en similares circunstancias, por lo cual presiente que está en presencia de un asesino en serie. La producción, que está en Netflix hace una semana, tiene como protagonistas a Daniel Brühl ("Goodbye Lenin") como el doctor Laszlo Kreizler, Luke Evans en el rol del retratista John Moore y Dakota Fanning como una joven miembro de la policía, desplazada por el machismo de sus compañeros.
La serie deriva de los libros de Caleb Carr un escritor que en un comienzo presentó su trabajo como "basado en hechos reales" para luego reconocer que inventó el argumento. ¿Pero por qué se llama "alienista" a este antecesor de los miembros de "CSI"? Primero, el nombre viene de la forma en que se conocía a los primeros siquiatras, que trataban a personas con enfermedades mentales a los cuales se consideraba "alienadas de su verdadera naturaleza".
"Más bien a principios de 1800 se hablaba de alienistas. Antes de eso los enfermos mentales crónicos que presentaban alucinaciones, como esquizofrénicos, eran vistos como delincuentes, así que eran encerrados en cárceles", cuenta Tamara Galleguillos, siquiatra de la Universidad de Chile.
A finales del siglo XVIII y principios del XIX, los médicos Phillipe Pinel y Jean-Etienne Dominique Esquirol permitieron hacer la distinción y organizar hospitales siquiátricos.
Por esa época el anatomista Franz Joseph Gall instaura la frenología, que asume erróneamente que los criminales son resultado de la persistencia de rasgos primitivos humanos. "El italiano Cesare Lombroso, en el siglo XIX, hizo una relación entre ciertos rasgos físicos y el crimen", agregó Galleguillos, lo que sólo conducía a estigmatizaciones.
Con el cambio de siglo el tema del crimen siguió preocupando a los siquiatras, también a los norteamericanos. Carlos Ramírez, doctor en sicología y profesor de sicopatología en la Usach y la U. Central, cuenta que el estudio de la conducta permitió entender que el criminal puede ser alguien que se mueve dentro de la normalidad pero que tiene muy desarrollada conductas antisociales y perversas, provocadas también por su entorno.
"Se otorga importancia a la capacidad de adecuación de los individuos. Aparece el diagnóstico de trastorno de personalidad antisocial", asegura. Así entra al terreno la pregunta si un delincuente nace o se hace.
Con el tiempo, aparecen los cuestionamientos a la idea del antisocial pues "aún si cumplen su condena jurídica quedan sujetos a una condena social disfrazada como diagnóstico médico", sostiene Ramírez. La antisiquiatría, apoyada entre otros por el sicólogo y filósofo Michel Foucault, cuestiona que se expresen como problemas médicos conflictos de índole social. En el cine, dice Ramírez una expresión de esto aparece con "Atrapado sin salida".
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