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El ladrido de un perro, el llanto de una guagua, la juguera y el secador de pelo también están presentes en la vida doméstica r.vjv.>K&j cu i a viud aomestica
III |-|-| III Los ruidos más típicos en un hogar Aspiradora; 75 decibeles Juguera: 25 decibeles Secador de pelo: 84 decibeles llanto de guagua: 20 decibeles Ladrido de perro: 20 decibeles * Una conversación normal entre dos personas es de 50 decibeles i
El Laboratorio de Acústica Ambiental y Ruido de la Universidad de Santiago los midió y aclaró cuándo pueden provocar daño auditivo.
Melissa Forno Escena típica: domingo en la mañana y necesita dormir después de una semana de trabajo y de una noche de carrete. Pero su hacendoso vecino del piso de arriba no da tregua con la aspiradora. Luego, decide preparar pisco sour para el almuerzo familiar y comienza el amable sonido de la juguera. Resultado: se tuvo que levantar a las 9.00, cuando sus planes eran flojear hasta las 12.00 y, para más remate, en el único día que podía dormir hasta tarde.
En el Laboratorio de Acústica Ambiental y Ruido del Departamento de Física de la Universidad de Santiago se midió con un sonómetro el nivel de presión sonora de tres artefactos que usualmente se utilizan en una casa: la aspiradora, la juguera y el secador de pelo. Ricardo Pesse, académico a cargo del laboratorio, indica que el máximo permitido para no tener riesgo de pérdida auditiva son 85 decibeles (dB). Esa referencia se utilizó al hacer la prueba en la casa de estudios.
Ladrido de un perro Matías Zañartu afirma que el ladrido de un perro, "sin problema puede llegar a los 80 decibeles".
-¿Cuáles son los niveles adecuados de ruido? -El perjuicio que generan estos electrodomésticos es que su ruido altera las actividades cotidianas. Por lo tanto, aumenta el nivel de estrés y tiene consecuencias en la salud mental. No provocan sordera, pero sí pueden entorpecer el quehacer cotidiano. La pregunta es cuál es el nivel adecuado para cada función.
Por ejemplo, los trabajadores entienden que en el comedor de la empresa habrá ruido, pero no esperan el mismo en el comedor de su casa ya que les generaría estrés. Estas situaciones repentinas, como personas gritando en una calle de noche o los ladridos de un perro, justo abajo en el edificio, son las más perjudiciales, a diferencia de los ruidos constantes, como el de una autopista que se termina transformando en un zumbido", cuenta Zañartu.
Así lo confirma Carlos Stott, jefe del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile: "No solo importan los decibeles, también influye mucho el tiempo de exposición. Un ruido de 50 decibeles durante todo el día genera el mismo daño que uno de 80 decibeles durante una hora. El trauma acústico crónico, producido por la exposición constante a ruido (como el que se genera por la utilización de audífonos y en ambientes laborales) es irreversible". Comenta que al comparar habitantes de Isla de Pascua con los de Santiago, de similar edad, los primeros tienen mucha mejor audición, precisamente por la contaminación acústica constante que enfrentan los capitalinos.
Aspiradora "Puse el sonómetro usando como referencia la altura de mi oído como operador de aspiradora, ya que si nos alejamos la medición cambia. Este último marcó un nivel continuo equivalente de 78 decibeles. En este caso, se podría utilizar 24 horas en forma continua este electrodoméstico sin riesgo de pérdida auditiva.
Sin embargo, antes de ese tiempo, el ruido genera efectos anímicos y físicos como estrés y aumento de la presión arterial", dice Pesse.
Secador de pelo Daniela Briceño cuenta que "el secador de pelo marcó 84 decibeles. Lo que significa que un usuario de este artefacto puede estar expuesto a su ruido por 10 horas, antes de correr el riesgo de pérdida auditiva".
Para dormir bien Matías Zañartu, del Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la U. Técnica Federico Santa María, detalla que usualmente para dormir se necesitan del orden de 40 decibeles en una habitación. Si en el mismo espacio se quiere descansar y vertelevisión se recomiendan 50 decibeles. Para hacer la comparación con valores de referencia típicos, hay que considerar que en una calle tranquila, no muy importante, se registran 60 decibeles; en una avenida importante, 70 decibeles, aunque varía según la distancia y el impacto acústico de micros o bocinazos.
¿Por qué algunos son más sensibles al ruido? Carolina Der otorrinolaringóloga de Clínica Alemana y del Hospital Luis Calvo Mackenna, detalla que "la algiacusia es una condición que se caracteriza por producir gran incomodidad, incluso dolor. Son intensidades de sonidos que al común de la gente no le molesta".
Juguera "En el caso de la juguera el sonómetro marcó 85 dB.
Un usuario podría ocuparla 8 horas y no tendrá daño auditivo", dice Daniela Briceño, ingeniera física, jefa de Metrología Acústica del Laboratorio de Acústica Ambiental y Ruido de la Universidad de Santiago.
Llanto de una guagua "Es del orden de 80 decibeles, aproximadamente" dice Matías Zañartu, académico del Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad Técnica Federico Santa María.
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