Desarrollo y Liderazgo Motivación y confianza, claves para al máximo
Las probabilidades de éxito pueden mejorar gracias a la retroalimentación, el reconocimiento y el apoyo oportuno. Quienes han vivido un proceso de coaching lo saben, pues han logrado salir de su zona de confort para lograr grandes cambios.
Por Fabiola Romo P,
La noción de “coaching” como método para ayudar a otra persona se remonta a casi dos siglos, cuando se utilizó por primera vez a principios del siglo XIX para describir a un tutor de la Universidad de Oxford que preparó a un estudiante para un examen. Aunque tradicionalmente el concepto se ha asociado a los deportes, hoy día son muchas las áreas en las que las personas pueden mejorar gracias a distintos tipos de entrenamiento. “La esencia del coaching consiste en ayudar a una persona a cambiar y a desarrollarse en la dirección que él desea. El coaching busca apoyar a una persona en distintos niveles para llegar a ser quien quiere ser. El coaching crea una conciencia que permite elegir y conducir al cambio”, explica el académico del Departamento de Administración de la Universidad de Santiago (Usach), Sergio López Bohle. Tras la el coach y quien recibe el entrenamiento, se crea una metodología que puede ayudar a alcanzar metas personales, laborales e, incluso, organizacionales. “El coach ayuda al cliente a lograr el mejor rendimiento personal en su vida personal y profesional, garantizando que el cliente pueda dar lo mejor de sí mismo, aprender y desarrollarse de la manera que lo desee”, agrega.
Confianza y motivación El constructor civil Julio Barrales, que actualmente es gerente comercial de DRS
Ingeniería, vivió este proceso que considera una herramienta fundamental en un mundo globalizado y cada vez más competitivo. “Lo que se busca es identificar debilidades y problemáticas, ayudándote a enfrentar los problemas, analizar sus causas y evitar que se expandan”, afirma. En este contexto, Barrales explica que la metodología de trabajo debe tener una finalidad y considerar a los participantes. De este modo, se ayuda a las personas a que mejoren sus competencias. “En el entrenamiento de equipo uno logra ver muchas capacidades que no se han desarrollado por diversos motivos, como, por ejemplo, foco en temas más operacionales que comerciales, en donde la zona de confort impide muchas veces el cambio”, señala. A su juicio, se trata de generar paulatinamente cambios culturales que perduren en el tiempo y se traduzcan en el logro de sueños individuales y grupales. Pero eso sí, el entrenamiento —dice— requiere constancia para que unos en menos tiempo y otros en más puedan desarrollar sus talentos. “Siempre debe estar presente la confianza, la motivación, un código de ética que debe ser transmitido”, acota.
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ETAPAS DEL COACHING
” Identificar un tema o problema: El entrenador ayudará a definir lo que quiere lograr.
Explorar ideas: El coach lo probará, desafiará, escuchará y cuestionará hasta que haya desarrollado una visión clara y convincente y un objetivo para avanzar.
Eliminar barreras: El mentor y su pupilo identificarán barreras y descubrirán puntos de influencia.
Tomar medidas: El entrenador ayudará a desarrollar un plan de acción claro para avanzar hacia las metas.
Refinar y reflexión: El coach apoyará y motivará a través del proceso para lograr los objetivos.
En el proyecto Dicyt Regular “Expresión de descontento y silencio organizacional como consecuencias inmediatas de la inseguridad laboral”, el investigador del Area de Gestión de Recursos Humanos de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago de Chile, Sergio López, analiza cómo la incertidumbre en el trabajo puede afectar negativamente el cumplimiento de las actividades laborales. “Estos impactos negativos que tiene la inseguridad laboral, en áreas como el desempeño laboral, pueden ser amortiguados a través de intervenciones de coaching, particularmente aquellas que fortalecen el capital psicológico”, afirma. Esto consiste en que el trabajador desarrolle cuatro factores de personalidad: autoeficacia, esperanza, resiliencia y optimismo para enfrentar situaciones altamente estresantes. “Al mejorar los niveles de capital psicológico de los trabajadores, éstos podrían amortiguar las consecuencias negativas de la inseguridad laboral en el bienestar físico, psicológico, actitudinal y de conductas laborales. Lo interesante es que el capital psicológico puede ser entrenado para desarrollar su potencial en las personas, de manera que la inseguridad laboral deje de ser un constante temor entre los chilenos”, afirma.