La antología del antologador
UNIVERSIDAD DE CHILE
“La poesía tenía cierto carácter colectivo. Eramos menos individualistas tal vez. Venía del ámbito político, la mayor parte eran poetas comprometidos”
NAÍN NÓMEZ ES MASTER OF ARTS DE CARLETON UNIVERSITY Y PH. D DE LA U. DE TORONTO. ACTUALMENTE ES ACADÉMICO DE EXCELENCIA DE LA USACH Y PROFESOR DE FILOSOFÍA DE LA U. DE CHILE.
Por Cristóbal Gaete
¿Cómo sobrevive la poesía en tiempos de mercado? En antologías. Algunos poemas, sin ellas, estarían perdidos. Entonces estas publicaciones se convierten en brazos que rescatan obras literarias del subterráneo de las bibliotecas. Naín Nómez ha estado en ambos lados, como antologador y antologado. Primero, estirando los brazos hacia Pablo de Rokha (de quien escribió varios libros) y luego hacia casi todos los poetas chilenos en los cuatro tomos de la "Antología Critica de poesía chilena" (1996-2007). Ahora le toca a él ser rescatado en "Historias del reino vigilado".
El libro fue editado por primera vez en 1981 en Canadá, en una serie de ediciones bilingües que consideraban otros autores entonces en la diáspora, como Gonzalo Millán. Ya no era la obra que originalmente pensaba publicar en Chile con Quimantú, bajo el título "Los nuevos mitos". Ese proyecto compilaba su obra desde los sesenta, cuando comenzó a escribir siendo estudiante de Filosofía. El Golpe Militar impidió que ese libro saliera y Nómez siguió engrosando a mano su escritura inédita.
Así, las páginas de esta flamante antología editada ahora por LOM nos dirigen a varios momentos creativos distintos.
A veces hasta se acerca a la prosa, como explica Nómez: "Leíamos prosistas como Samuel Beckett o poetas que eran también de una poesía vehicular como el caso de T. S. Eliot, o Ezra Pound. Nosotros hicimos el grupo poético Escuela de Santiago y publicamos un manifiesto en 1968 en la revista Orfeo. Ese grupo no estaba de acuerdo con la generación que se dividía entre las tendencias de la poesía lárica siguiendo a Jorge Teillier y la antipoesía de Nicanor Pan a. Nosotros éramos poetas urbanos, defendíamos escribir del mundo de la ciudad latinoamericana, a partir de ahí hacíamos una poesía muy prosaica".
-En la Escuela de Santiago, ¿eran poetas de una misma generación autoformándose? -Sí, exactamente, de la misma generación. Éramos todos estudiantes universitarios, la mayor parte de la generación del sesenta lo era y funcionaron cerca de la universidad, como también en Valdivia, Concepción. Oscar Hahn estaba en Arica en ese tiempo. Nosotros funcionábamos en el Pedagógico éramos poetas del Pedagógico de la Universidad de Chile.
•También participó en el Grupo América. ¿Cómo era la reacción de la gente en las poblaciones cuando ustedes iban a leer poesía? -Era muy entusiasta, a veces coincidíamos con el Quilapayún por ejemplo, o íbamos con ellos también. El grupo América hacía una poesía más realista, más directa, más vinculada a lo que estaba ocurriendo en la sociedad en los años sesenta. Era un mundo bastante convulsionado. Lo que leíamos en las poblaciones era diferente a lo que hacíamos en la Escuela de Santiago, que era más elitista, más para especialistas, más vinculado al esteticismo. Con el grupo América íbamos también a colegios ya otras universidades. Los públicos eran muy diversos.
-¿Cómo fue formarse poéticamente en los sesenta? -Había mucho grupo, Trilce en Valdivia, Arúspice en Concepción, Tebaida en Arica y Antofagasta; América, la Tribu No de Cecilia, y Claudio Bertoni en
Valparaíso y Viña del Mar. Por allá también estaba el grupo Amereida, con el que nos contactábamos por el tema latinoamericanista, mucho con Godofredo lommi, que hacía poesía también. La poesía tenía cierto carácter colectivo. Éramos menos individualistas tal vez. Eso venía del ámbito político, la mayor parte eran poetas comprometidos, pero la poesía no necesariamente reflejaba lo político sobre todo en el caso nuestro. Nosotros decíamos que la poesía tenía que innovar desde la poesía y lo político era otra cosa distinta. Entonces a veces coincidían, a veces no. Hacíamos ambas cosas y podían estar relacionadas o podían estar no relacionadas.
-Destaca en "Historias del reino vigilado" la presentación de sus poemas.
-Sí, claro, había esta idea de continuidad. Pablo de Rokha era uno de los poetas que nos habían influido, pero nuestras fuentes eran muy distintas, por ejemplo los poetas beatniks, como Alien Ginsberg, pero también Walt Whitman, que es uno de los primeros en realizar esa especie de poesía de las gl andes oleadas, que a nuestro juicio debía seguir su propio ritmo, y se repetían ciertos elementos. Era una poesía un poco turbulenta desde algún punto de vista.
También hay cierto barroquismo, porque a pesar de que hay un elemento narrativo, también hay un elemento metafórico muy fuerte. Es una mezcla. Un poco como hacía Gonzalo Rojas mezclando lo metafórico y lo narrativo también, pero también hay un cierto retomo a las vanguardias que hacían poemas largos, que a veces adquirían carácter narrativo, como el caso de "Altazor" de Vicente Huidobro, "Alturas de Machu Picchu" de Pablo Neruda o algunos poemas del ya mencionado Pablo de Rokha.
-Hay un elemento con la memoria en su poesía, más evidente mientras pasan los años en esta antología. ¿Cuál cree que es la función de la poesía? -Es complicado definirla. Puede que haya muchas funciones, pero de algún modo la poesía, a propósito de la memoria, nos remite al pasado.
Nos devuelve al pasado desde un presente que también se proyecta al futuro. O sea los tres tiempos funcionan en la poesía. Y eso es muy interesante porque desde ese punto de vista también se conecta con la historia y por supuesto que se conecta con la memoria que es fundamental para el poeta. Pe
ro es la memoria inventada, una memoria que tiene elementos de realidad pero en general es lo que pudo ser o lo que el poeta quiere que sea. El poeta ve el pasado mitificado. -Usted es clave en la relectura contemporánea de Pablo de Rokha por su trabajo antológico. ¿Lo conoció? -Fui muy amigo de su hija mayor, Lukó de Rokha, y de su yerno Mahfúd Massís, pero no lo conocí. Y si tuviera la oportunidad de tener una conversación con Pablo de Rokha, ¿cómo la empezaría?-Alo mejor me quedaría en silencio y solo lo escucharía. Usted realizó importantes rescates de escritores casi olvidados en los tomos de la “Antología Critica de la poesía chilena”. ¿Cree que hay un destino común para los poetas chilenos o son vidas disímiles? uno de los trabajos importantes que hacen las antologías es juntar a los poetas, ponerlos en acción y hacerlos dialogar. Eso es fundamental, porque muchas veces los poetas están separados, fragmentados cuando viven. Y también se estudian por separado. El trabajo de una buena antología (no hay ninguna antología perfecta), pero digamos que las mejores antologías, es hacer dialogar incluso a los poetas después de muertos. Eso es
bien interesante, porque así el lector puede establecer nuevas relaciones con los poetas. -Con ese trabajo usted recupera el concepto de antología. -Las antologías en general no son perfectas, hay mejores, hay peores, hay regulares, pero de algún modo te permiten que la gente conozca a los poetas sin tener que estar leyendo los libros completos. Esa es una buena manera de entra en la poesía, porque así el lector puede elegir los poetas que le interesan más, los que son más cercanos a su propia percepción, y luego creo que es una buena manera de hacer leer poesía, porque leer poesía es una de las cosas más difíciles del mundo, debido a que no es un lenguaje directo. Y las antologías permiten eso. -¿ Piensa realizar nuevas antologías?
-Tengo la idea de realizar antologías más populares, que sean para gente que no ha leído nunca poesía, es fundamental hacerlas. -¿ Con qué autores haría esas antologías?-Con poetas que son más fáciles de escuchar, que pueden ir de Carlos Pezoa Véliz, Diego Dublé Urrutia, poetas muy antiguos hasta poetas muy actuales. Pero en este momento no puedo especificar, porque pueden ser cincuenta o sesenta nombres.
ARCHIVO DEL ESCRITOR
Historias del reino vigilado
Primera antología poética 1964-1980 Naín Nómez LOM Ediciones 146 páginas $8400
NÓMEZ PARTICIPÓ EN EL CONSEJO EDITORIAL DE VARIAS REVISTAS.