Emprendedores Paolo Colonnello y Alvaro Portugal, ingenieros civiles de la Usach
Inversionistas ángeles de Cornershop: “e Chile hay que hablar menos y hacer 1 más”.
Oskar Hjertonsson, socio de la app chilena, los invitó a entrar. “Le pregunté por las proyecciones y con su humor sueco respondió considéralo plata perdida”, cuenta Colonnello.
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Ximena Pérez Villamil
omo dice la publicidad del Kino, Paolo Colonnello (46) y Alvaro Portugal (46) son los felices ganadores. Fueron dos de los inversionistas ángeles que pusieron dinero en Cornershop cuando era un incipiente proyecto con otro nombre. Y recibirán su premio.. . Compañeros de Ingeniería Civil en informática de la Usach, cuentan con cuatro emprendimientos tecnológicos, tres de los cuales ya no existen y uno, Blue Company, que sigue en pie. Conocían de tiempo atrás a Daniel Undurraga (37) y al sueco Oskar Hjertonsson (38), socios fundadores de la ahora muy famosa plataforma de compras, junto a Juan Pablo Cuevas (38), por la que Walmart pagará US$ 225 millones. “A Daniel y a Oskar los conocimos en 2006 o 2007 cuando estábamos armando Bligoo. Com, una plataforma de blogs, y ellos, Needish, plataforma donde las personas publicaban sus necesidades. Nos topábamos en encuentros de emprendedores, salíamos a carretear. Dimos charlas con Oskar en Webprendedor”, cuenta Paolo Colonnello, gerente general y socio de Blue Company, nacida en 2002, que se dedica a diseñar sitios web con alto tráfico de visitas como el del Registro Civil. —¿ Como se gestó la invitación para entrar a Cornershop? —Yo viajé a San Francisco a ver potenciales proveedores de servicios y Oskar me contó que estaba en algo nuevo. Le dije que, en lo que fuera, participaría con Alvaro, mi socio, porque todos los proyectos los vemos juntos —recuerda Colonnello. Seis meses después recibió el llamado de Oskar. “Me explicó el modelo. Tenía un formato inicial de software que yo ubicaba, porque es parecido a Instacart, una plataforma de compras en Estados Unidos. Y me acuerdo que se llamaba Super-
pal (pal es amigo en inglés coloquial), no Cornershop”, agrega el ingeniero. Alvaro Portugal, su socio y gerente comercial de Blue Company, complementa: “Tenían una versión de prueba en Santiago y usamos el servicio. Dijimos esto es como el Uber de las compras. Nos hizo mucho sentido, porque ellos seleccionan a los compradores o shoppers igual que Uber. Están dentro de los supermercados o a una cuadra, lo que lo vuelve muy eficiente. Una mezcla de algo que estaba funcionando súper bien como Uber y una nueva tendencia, que es que los comercios vayan a los clientes”. A pesar de lo bien que se veía, Colonnello acota: “Le pregunté a Oskar por las proyecciones de crecimiento. Con su humor sueco respondió “considéralo plata perdida”, en el sentido de que ellos iban a dejar todo en la cancha pero no podían asegurar nada. Más allá del negocio en sí, confiábamos en los socios y su equipo, porque tienen estándares gringos. Si dicen 60 minutos y no cumplen, reintegran
el valor del servicio, si pides leche descremada y te traen otra, la cambian”.
“Súper buena inversión” ahora son millonarios gracias a Cornershop? —Portugal: Fue una súper buena inversión, pero no quedamos millonarios. No como para dejar de trabajar. —Colonnello: Vamos a estar más cómodos. Explica que un inversionista ángel pone plata —entre mil y US$100 mil— cuando la empresa aún no tiene valorización. Lo que recibe son notas convertibles; es decir, el derecho a tener una participación accionaria cuando la naciente compañía levante dinero de los fondos de capital de riesgo. “Ellos siempre están pensando en la salida, en la venta de la empresa para recibir su retorno, y fijan el valor de la empresa”. Curiosamente, hay un detalle no menor que desconocen. “Hasta el día de hoy no sabemos qué participación tenemos.
Oskar nos mandó un correo a los inversionistas ángeles contando que habían vendido a Walmart, el precio, y nos dijo que en algunas semanas nos iban a contactar los abogados para ver los detalles”, precisa Colonnello, que no revela cuánto aportaron. El asunto no les preocupa. Son amigos y consideran que Cornershop es el “unicornio” chileno, como se conoce a las startup que logran ser un éxito único, lo que en Estados Unidos se traduce en un valor de US$1. 000 millones
Hogs e imanes médicos Lo que sí le ha llamado la atención a Colonnello son las columnas analizando la venta de Conershop. “Cuando se estaba armando nadie estuvo presente. Después de la guerra son todos generales, ahora en versión emprendimiento. Todos tienen opinión respecto de lo bien que lo hizo Cornershop, pero nosotros pusimos plata que podíamos no volver a ver. En Chile hay que hablar menos y hacer más”. Cornershop es su tercera inversión. Antes fueron Hogs, la cadena de hot dogs gourmet, que no tuvo un buen desempeño, y Levita. Com, el emprendimiento del médico chileno Alberto Rodríguez en San Francisco, que consiste en utilizar imanes para mover órganos facilitando cirugías laparoscópicas.
Mezcla algo que estaba funcionando súper bien como Uber y una nueva tendencia, que los comercios vayan a los clientes”. Alvaro Portugal