JUAN REYES
Especialistas recomiendan salidas para evitar el conflicto en la casa
Cómo vivir con un del orden: fije tareas y defina una zona de caos
En los conflictos de convivencia el ordenado cree tener la razón y el problema es que sólo una cuestión de estilo, dice un terapeuta.
Javiera Leal dice que es más higiénico secar los platos con este sistema, olvidándose del paño de cocina que acumula microbios.
MELISSA FORNO
| problema del desorden de la cocina de los Leal Vera se acabó en febrero. La madre decidió ins- talar un mueble donde estilar la loza sin indisponerse ante el desorden que dejaba la hija después de los carretes. La única diferencia con el resto de los enseres es que tiene una especie de bandeja que estabiliza los platos y recoge las gotas de agua. Lo importante es que no se ve la ruma de platos, vasos o tazas al costado del lavaplatos”, dice Javiera Leal, la menor del clan, quien provocaba dolores de cabeza a su disciplinada madre. El otro inconveniente es que Javiera trabajaba en su casa, ubicada en Quinta Normal, donde funcionaba su taller de diseño de uniformes institucionales y trajes típicos. Muchas veces acumulaba loza por quedarse toda la tarde cosiendo. Muy buena para tomar té y cuando me acordaba, bajaba todas mis tazas a la cocina, pero como ya había recipientes limpios estilando, no había dónde dejarlas. Nuevamente, comenzaban los problemas con mi mamá”, agrega. El arquitecto Matías Araos vive en Viña del Mar junto a su pareja. Se declara ordenado, pero su esposa le mostró que se puede ser aún más pulcro. Araos se acostumbró a ser más disciplinado con la vida en pareja. "Tengo que acordarme de no salpicar el espejo del baño cuando me lavo la cara o los dientes porque le molesta mucho que esté sucio”, detalla. Las reglas de su esposa no terminan ahí. "Tampoco dejo los alimentos en cualquier lugar del refrigerador. Por ejemplo, los huevos se tienen que poner de tal forma que sea fácil sacar los más viejos, para ocuparlos primeros. Además, todo tienen que estar guardado en recipientes plásticos con tapa para evitar la mezcla de olores”, cuenta. Lo que más molesta a su pareja es que olvide que el perchero que está ubicado justo a un costado de la entrada del departamento no debe ser ocupado como clóset. A veces no dejo sólo la chaqueta que me saqué al entrara la casa, también el chaleco y se acumulan prendas porque no las guardé en su lugar”, explica.
Ponerse tareas Para Walter Kuhne, psicólogo de la U. De Santiago, generalmente se asocia el orden con un valor positivo. Para el terapeuta, en los conflictos de convivencia el ordenado cree tener la razón y el problema es que sólo una cuestión de estilo. “En una pareja puede que uno de los dos tenga como rasgo de personalidad ser ordenado y muy preocupado por la limpieza doméstica. En ese caso, si el otro es más desordenado, recomiendo establecer tareas claras sobre quién limpia una determinada área de la casa en un contexto de conversación, no de pelea. También que el más preocupado por el aseo permita que un determinado lugar esté más desordenado porque lo ocupa el que más relajado en ese tema”, aconseja María Elena Montt, sicóloga y terapeuta familiar de la Clínica Psiquiátrica de la U. De Chile. Kuhne concuerda con Montt en que establecer zonas de caos es la solución. La profesional agrega que es distinto cuando una persona tiene un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), que se manifiesta cuando esta necesita tener todo bajo control. En ese caso, el orden doméstico no es un medio para estar satisfecho en la casa, más bien es un fin y se debe pedir ayuda psiquiátrica. “Puede manifestarse una gran ansiedad por el orden, pero se transforma en algo preocupante si es persistente en el tiempo”, describe Montt. “La gente con TOC sufre mucho porque terminan sola”, agrega Kuh-