Colaborar, confiar, influir
Colaborar, confiar, influir Ignacio Sánchez D. Rector, P. U. Católica de Chile a semana pasada, en la Universidad Católica, se realizaron las VII Jornadas Interamericanas de Dirección y Liderazgo Escolar, en el contexto del Summit Internacional de Educación. Esta iniciativa busca aportar al debate y reflexión en torno a la gestión, dirección y liderazgo en la educación escolar, la que reúne a profesionales, investigadores, académicos y a estudiantes.
Este año, las palabras claves fueron “colaborar, confiar, e influir en la práctica”. Contamos con figuras internacionales, que han dedicado gran parte de su trayectoria a cultivar las capacidades de los equipos escolares, de los líderes pedagógicos y educadores, para hacer de la organización escolar un buen lugar para crecer en comunidad. Además, destaco la participación de académicos nacionales, que han generado evidencia local en los últimos años, quienes aportan desde varias universidades proyectos de alcance nacional. Se incorporó también la experiencia de directores, directivos y profesores de escuelas y organismos públicos de Chile y Latinoamérica. Al final de la última sesión pudimos escuchar iniciativas de liderazgo y mejora educativa en diversos casos y contextos. Actualmente existe una convergencia global respecto al impacto que la dirección y el liderazgo escolar tienen en los procesos de enseñanza y en los resultados de aprendizajes de los estudiantes.
La investigación internacional ha mostrado cómo directores y directivos, a través de sus diversas funciones, pueden asegurar condiciones para entregar a los profesores y a sus estudiantes múltiples oportunidades de desarrollo y logro en los aprendizajes. Nuestro sistema educativo tiene una dimensión de amplia escala que requiere dirección y herramientas de gestión, pero al mismo tiempo su principal activo son las personas, lo que implica liderazgo y herramientas de coordinación interpersonal.
Nuestros ejes centrales en el área de la dirección y el liderazgo escolar han sido la formación continua de profesionales, la investigación independiente y conectada con la evidencia global, y la transferencia de modelos y prácticas efectivas que aporten a los esfuerzos de mejora educacional en el país. A futuro, una de las aspiraciones es expandir el enfoque del liderazgo educacional a diferentes agentes del sistema educativo, aportando evidencia y nuevas posibilidades de desarrollo profesional, basados en investigación y experiencia entre pares.
Esta mejora debiera reflejarse en una respuesta efectiva de lo que las personas esperan de la educación, creando ambientes escolares que fomenten el crecimiento y sean más sustentables; con programas enfocados a lograr altos niveles de excelencia académica y con un involucramiento de directores y profesores que mejoren el desempeño estudiantil. “El principal activo de nuestro sistema educativo son las personas, lo que implica liderazgo y herramientas de coordinación interpersonal”.