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A las bajas temperaturas del invierno las siguen esos pequeños antojos de comer alimentos más calóricos como sopaipillas, con y sin zapallo, calzones rotos o incluso picarones pasados. Todo bajo la premisa que con el frío necesitamos comer alimentos que nos aportes más energía, pero ¿ Qué tan cierto es ese argumento?
Según una encuesta realizada por Cadem en junio pasado, las comidas favoritas de los chilenos en invierno son la cazuela de vacuno, porotos con riendas, carbonada y lentejas con longanizas. Sobre el consumo de sopaipillas, un 74% de los encuestados afirmó que las prefieren cuando llueve. Las favoritas son pasadas con chancaca, con pebre o solas.
La nutricionista y académica de la Escuela de Tecnología Médica UDP, Lidia Paz Castillo, explicó a The Clinic que “ no es necesario aumentar la cantidad de alimentos en invierno para la mayoría de las personas. El requerimiento energético diario no cambia significativamente si el nivel de actividad física y el entorno se mantienen constantes. Sin embargo, en climas muy fríos, sin calefacción adecuada, el cuerpo puede gastar más energía para mantener la temperatura corporal (termogénesis), pero en contextos urbanos como el chileno, esto suele compensarse con ropa térmica, calefacción o menor exposición al frío”.
“ Estudios demuestran que el apetito puede aumentar ligeramente en invierno, no por necesidad fisiológica directa, sino por factores psicológicos, ambientales y culturales, como menor exposición a la luz solar, cambios en el estado de ánimo (ej. trastorno afectivo estacional) y búsqueda de alimentos reconfortantes”, agrega.
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El mito de cambiar la dieta en invierno y qué alimentos privilegiar
La académica recalca que “ es más mito que verdad que se deba comer más durante el invierno. El cuerpo no necesita aumentar la ingesta calórica si la actividad física no se incrementa. Lo que sí puede modificarse es el tipo de alimentos y preparaciones, priorizando aquellos que fortalezcan el sistema inmunológico (vitaminas A, C, D, zinc, hierro) y aporten calor interno mediante preparaciones calientes y densas en nutrientes, por ejemplo, legumbres “.
“ La dieta sí puede adaptarse en invierno en función de la prevención de infecciones respiratorias, el aumento de enfermedades estacionales y aumentar el consumo de frutas y verduras frescas por el contenido vitamina C o ácido ascórbico”, añade.
La nutricionista recomienda priorizar alimentos que fortalezcan el sistema inmune y que sean ricos en micronutrientes. Entre ellos pueden ser:
Fuentes de proteínas y hierro : carnes magras, legumbres, huevos, pescados, mariscos. También lentejas, garbanzos, arvejas y porotos. Legumbres en guisos o sopas calientes mezcladas con quinoa.
Frutas y verduras de temporada : naranjas, kiwis, mandarinas, brócoli, repollo, acelga, zanahorias, y zapallo (ricas en vitamina C y A).
Preparaciones calientes y caseras : caldos de ave sin piel, sopas de verduras, guisos con cereales integrales y legumbres.
Grasas saludables : frutos secos como nueces, almendras, avellanas, por su aporte en omega-3. Aceite de oliva por su ácido graso omega 9 y efecto antiinflamatorio. También se debe asegurar un consumo adecuado de líquidos calientes como infusiones, agua con limón o té de hierbas para mantener la hidratación.
¿ Por qué nos gusta comer sopaipillas con lluvia?
A juicio de la académica, el que se nos antojen alimentos calóricos como sopaipillas en el invierno o con la lluvia corresponde “a una combinación de factores neurobiológicos, emocionales y culturales”. Junto con eso, recalca que “alimentos ricos en carbohidratos simples y grasas generan una respuesta placentera en el cerebro al activar la liberación de dopamina y serotonina, neurotransmisores asociados al bienestar”.
“En invierno, con menor exposición solar, el cuerpo produce menos serotonina, por lo que buscamos alimentos que generen confort emocional”, indica. En ese sentido, las “sopaipillas, calzones rotos y picarones son tradicionales del invierno chileno, asociados a la cocina hogareña, la niñez y la vida familiar. Lo que refuerza su consumo desde lo afectivo y social, más que desde la necesidad nutricional”.
Sopaipillas, picarones y cazuelas: ¿Tengo que comer más en invierno por las bajas temperaturas? 17-05-2025 The Clinic Con las lluvias y las bajas temperaturas en invierno, los chilenos prefieren el consumo de sopaipillas y otros alimentos calóricos. Sin embargo, se trataría más de un comportamiento emocional y ... |
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