Los padres de la generación Z leen menos a sus hijos y preocupa el impacto en los niños
Los padres de la generación Z leen menos a sus hijos y preocupa el impacto en los niños L eerles a los hijos es aburrido. Al menos eso dicen los padres de la generación Z (aquellos nacidos a partir de 1997), según una nueva investigación de la editorial HarperCollins UK.
El análisis arrojó que el número de padres que les leen en voz alta a sus hijos está en su nivel más bajo: a menos de la mitad (41%) de los niños de 0 a 4 años se les lee con frecuencia, lo que representa una baja significativa comparada con el 64% en 2012.
Los nuevos datos también revelan que muchos padres no disfrutan leyéndoles a sus hijos, ya que solo el 40% afirma que es "divertido". Pese a eso, el 34% de los padres de niños de 0 a 13 años desearía tener más tiempo para leerles.
Otros apoderados dijeron que era difícil leer porque sus hijos no se quedaban tranq u i l o s o p o r q u e "siempre me interrumpe" o que el niño "solo quiere saltarse todas las páginas". A otro le pareció muy tedioso porque, aunque le encanta leer, le pide "el mismo libro una y otra vez". El fenómeno no es ajeno al país. Susana Mendive, académica de la Facultad de Educación de la U.
Católica, explica que en Chile "se ha evidenciado que es una práctica poco frecuente leerles a los niños tempranamente en los distintos niveles socioeconómicos y una hipótesis era que es una práctica poco valorada socialmente". De hecho, hace un par de semanas, el INE y el Ministerio de las Culturas presentaron la Encuesta Nacional de Participación Cultural y Comportamiento Lector 2024 en hogares donde hay menores de 15 años. El sondeo arrojó que solo en un 48,6% de los hogares se lee al menos varias veces a la semana.
Mendive indica que pese a los esfuerzos de fomento lector en los hogares, "este nuevo resultado más generacional y que los jóvenes lo estén haciendo menos (con sus hijos), es algo interesante de explorar en Chile". El poder de la lectura Constanza Ponce (28) es Gen Z y tiene un hijo de 15 meses.
Dice que "el estudio puede estar un poco en lo cierto", pero lo atribuye a que actualmente hay "más métodos, más conocimientos, más juegos y actividades variadas y entretenidas". Y añade que en su caso lee un par de veces por semanas: "Si bien a su edad es muy difícil hacerlo concentrarse en una lectura, hay que hacerlo paso a paso y lo quiero mantener (... ). Trato de incorporar la lectura a libros que él pueda entender por ahora, más visuales y con sonidos". Ponce detalla que además de la lectura, incorpora actividades motrices y "todo con imágenes y sonidos, porque a él todavía no le llama tanto la atención la lectura y escuchar (... ). El acceso a la información te permite hasta inventar juegos para los niños que quizás reemplacen un poco la lectura, hasta los celulares, los videos. Es una ayuda para quienes maternamos 24/7". Sin embargo, leer a los niños es valioso porque "es una puerta que se les abre para favorecer el vocabulario, el conocimiento del mundo en general. Y, además, la misma práctica lectora", explica Mendive. Y tiene resultados positivos a largo plazo: "Les va permitiendo a ellos comprender el lenguaje oral.
Y eso es un pilar muy importante, que es el recurso de lo que más tarde es la comprensión lectora". Entre las causas de este bajo interés, la experta plantea que el uso de la tecnología y los constantes estímulos pueden ser factores que inciden. Leonie Kausel, investigadora del Centro de Neurociencia Humana y Neuropsicología (CENHN) de la U.
Diego Portales, indica que "leerles a los niños en voz alta los ayuda a desarrollar el lenguaje, a estimular la imaginación y la creatividad; genera un vínculo afectivo entre los padres y los niños", y recalca que fortalece funciones cognitivas esenciales para el aprendizaje, como la atención y la memoria a corto plazo.
La especialista reconoce que es más sencillo que los niños vean un video a sentarse a leer con ellos, principalmente por el cansancio de la jornada laboral y la crianza, pero insiste en la relevancia de la lectura, "independiente si es un libro, o por ejemplo quizás en un iPad o Kindle, pero que sea una actividad lúdica y no una lata para todos". Constanza Mekis, presidenta de la Fundación Palabra y directora de la Biblioteca Interactiva Latinoamericana Infantil y Juvenil (BILIJ), dice que "la etapa de la primera infancia es crucial en el desarrollo de las personas". Y explica que en este período "se desarrolla el cerebro en cuanto a conexiones neuronales, lo que influirá en el desarrollo de habilidades cognitivas, afectivas y sociales; la adquisición de vocabulario y comprensión del entorno". Mekis agrega que en la BILIJ observan "cómo los cuidadores, padres y madres muy jóvenes asumen un rol activo en la participación cultural y fomento lector de sus hijos e hijas, desde los primeros días de vida". Sin embargo, concluye: "No cabe duda de que hay mucho que hacer". Si cuesta mantener al niño interesado, Kausel sugiere contar la historia más que solo leerla, o si el niño pide el mismo libro a diario, "quizás podemos hacer que ya se empiece a aprender los diálogos, o como una obra de teatro". Y concluye que la rutina es fundamental para lograr el hábito: "Nadie espera que te sientes media hora a leer. De repente, cinco minutos pueden ser suficientes, pero idealmente que sea todos los días, porque si no, no se hace el hábito. Debe ser como lavarse los dientes.
Y siempre es bueno tener algo físico como un libro, y también que sea un diálogo y una real interacción entre la vida de padre e hijo". En el país, solo en un 48,6% de los hogares se realiza esta práctica varias veces a la semana: Los padres de la generación Z leen menos a sus hijos y preocupa el impacto en los niños MANUEL HERNÁNDEZ Se trata de progenitores menores de 30 años que lo consideran "aburrido" o "complejo", según sondeos extranjeros. Esta realidad, también presente en Chile, a largo plazo puede tener consecuencias a nivel infantil, como falta de comprensión lectora y menor vocabulario, advierten expertos.
Rutina Ya sean cinco minutos o media hora, con un libro o una tablet, las especialistas sugieren leerles a los niños a diario para crear el hábito. "Que sea como cepillarse los dientes", dice Leonie Kausel, académica de la UDP. La tecnología podría ser un factor que incide en el menor interés de los jóvenes por fomentar la lectura a sus hijos. FREEPIK / CREATIVE COMMONS.