Autor: C. GONZÁLEZ
Hoy, Senda da a conocer los resultados de encuesta realizada en estudiantes chilenos:
Patrón de consumo de alcohol entre alumnos de educación superior es de alto riesgo
Dos de cada tres jóvenes reconoció haber bebido en el último mes; de ellos, dos tercios se embriagaron en al menos una ocasión en igual período, lo que los expone a situaciones y conductas de mayor peligro, advierten los especialistas.
Una alta prevalencia de ingesta de alcohol entre los estudiantes universitarios y un patrón de consumo de alto riesgo, que los expone a conductas y situaciones que pueden afectar su integridad y salud, son dos situaciones que destaca el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), a partir de los resultados de una encuesta realizada a nivel nacional en este grupo de la población.
Los resultados del II Estudio de Drogas en Educación Superior, que se dan a conocer hoy (disponibles en senda. gob. cl) y al cual "El Mercurio" tuvo acceso de manera exclusiva, muestran que seis cada 10 estudiantes (60,8% ) reconoce haber ingerido alcohol en el último mes; de ellos, dos tercios (62,9% ) se embriagaron en al menos una ocasión en igual período.
Una cifra superior a la de la población general (50,2% ). El peak de consumo entre los jóvenes, según el estudio, se alcanza entre los 23 y 24 años. "Esto muestra una alta prevalencia de consumo y que hay un patrón de uso de alto riesgo", enfatiza Francisca Oblitas, vocera de Senda. "Más que alarmar, lo que buscamos con este estudio es dimensionar el fenómeno, conversar sobre el tema y generar acciones preventivas". El informe -hecho en base a encuestas online a 26.155 estudiantes universitarios, de institutos profesionales y centros de formación técnica de todo el país, entre agosto y septiembre de 2021 también considera el uso de otras drogas, como cannabis: uno de cada tres estudiantes reconoció haberla consumido en el último año y casi la mitad (45%) declara que le ofrecieron marihuana en igual período (ver recuadro) En el caso del alcohol, llama la atención el alto porcentaje de jóvenes que reconoce embriagarse, comenta Álvaro Castillo, director del Núcleo Milenio para la Evaluación y Análisis de Políticas de Drogas (MEAD), quien no participó del estudio. Esto supone tomar, en una sola jornada, cinco o más tragos en el caso de los hombres y cuatro o más tragos entre las mujeres. “Aunque se trata de un dato de un momento determinado (último mes), se entiende que es un patrón actual y es razonable pensar que es una conducta recurrente. Además, la brecha de género se ha ido estrechando”, advierte Castillo, quien además es académico de la U. Mayor.
Esto, agrega, “lamentablemente, no es porque ellos hayan reducido su consumo, sino porque ellas han tendido a igualar el consumo masculino". Por ejemplo, mientras el 64,6% de los hombres reconoció haberse embriagado en el último mes, lo mismo hizo el 62% de las mujeres. "La prevalencia de consumo y embriaguez es prácticamente similar entre hombres y mujeres, lo que resulta preocupante porque ellas tienen una tolerancia menor a los efectos negativos del alcohol y a partir de un menor consumo", advierte Carlos Ibáñez, académico del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, al analizar los resultados.
El estudio también deja en evidencia que solo uno de cada 10 (13,9% ) de los estudiantes considera riesgoso tomar tres o más tragos en una ocasión. "La evidencia muestra que como es una sustancia legal, hay una mayor aceptación social y una normalización de su consumo, sobre todo a nivel de ocio y tiempo libre en la juventud", comenta Oblitas.
El problema está, agrega Castillo, en que el consumo de alcohol, y en particular la ingesta excesiva o binge drinking, "se asocia a mayor probabilidad de lesiones, accidentes y exposición a conductas y situaciones de riesgo". De hecho, datos de la OMS muestran que alrededor del 13% de las muertes en población joven se atribuyen al alcohol. "Es importante reforzar la idea de que el alcohol es la sustancia más consumida y la que genera más problemas de salud en el país", comenta Ibáñez. Junto con ayudar a generar políticas de prevención, Oblitas precisa que estos resultados pueden ser usados por los centros de educación superior para tomar acciones a nivel local. Para ello, Senda ofrece asesorías y cursos de orientación. "Hay dos grandes líneas de intervención, por un lado, las medidas centradas en la persona y, por otro, las intervenciones a nivel ambiental. Ahí es donde las casas de estudio pueden intervenir, generando instancias de contención y educación, reglas y normas que eviten el consumo", puntualiza.
La menor brecha de género en el consumo de alcohol es algo que deja en evidencia el estudio: la prevalencia es similar entre hombres y mujeres.
Otras drogas Después del alcohol, la droga más usada por estos estudiantes es la marihuana: 31,6 % la consumió en el último año. "Esto es complicado al pensar en el aprendizaje y el rendimiento”, dice el psiquiatra Carlos Ibáñez, quien destaca un estudio realizado en Países Bajos: tras restringir la venta de cannabis a extranjeros, los estudiantes de inter= cambio en el país redujeron su consumo. "Eso significó una mejoría en su rendimiento”. También destaca el bajo consumo de tranquilizantes (4,5%). "Una buena noticia comparada con el mayor consumo en escolares