COLUMNAS DE OPINIÓN: Con las botas puestas
COLUMNAS DE OPINIÓN: Con las botas puestas H ay momentos en que la política obliga a elegir entre la supervivencia inmediata y la defensa de principios e identidades de largo plazo. Desde 2011, los partidos de la ex Concertación trataron de acomodar al Frente Amplio, el PC y a la nueva generación de izquierda, incluso cuando estos los atacaban y descalificaban. Fue una guerra por el corazón del electorado progresista; y, ante el silencio culposo de quienes le dieron sus mejores 20 años a Chile, la izquierda dura triunfó. No fue una renovación: fue un reemplazo. Aun así, cuando el gobierno de Boric quedó debilitado tras el plebiscito constitucional de 2022, el socialismo democrático puso el hombro. Asumió carteras ingratas, dio peleas difíciles en seguridad y entregó estabilidad política. El pago llegó este año: Tohá derrotada ampliamente por Jara y la identidad de la centroizquierda, enterrada. Hoy, el PS y lo que queda de la DC son socios minoritarios, sin quilla ideológica. Uno pensaría que la derecha aprendería de esos errores, pero no lo hizo. RN y la UDI no han marcado diferencias claras con Republicanos y están tentados a dejar caer --explícita o tácitamente-a Matthei, como antes a Sichel, para salvar su pellejo parlamentario. Así se encaminan a ser el vagón de cola de Kast, como lo fueron en la Convención de 2023, cuando debían moderar un proyecto extremo y no lo hicieron. La derrota fue anunciada. Mucho se ha dicho sobre la confusión doctrinaria y pobreza intelectual de la centroderecha. Puede que sea cierto, pero hoy lo urgente es algo aún más básico: una defensa política y moral de sus convicciones. Afirmar que los derechos humanos son innegociables; declarar que la política de acuerdos es una fortaleza, no una debilidad; recordar que el liderazgo se ejerce mirando al país entero, no solo a las propias huestes.
Y, por cierto, reivindicar lo mejor del legado de los gobiernos de Piñera: reformas modernizadoras, ampliación de derechos sociales, fortalecimiento institucional -y, en el momento más álgido del estallido, la decisión histórica de preservar la democracia al no sacar a los militares a la calle y allanarse a un acuerdo constitucional. La tarea no es fácil. En todo el mundo, de Estados Unidos a Francia y del Reino Unido a Argentina, las derechas populistas están desplazando a las centroderechas liberales. Los vientos soplan en contra, pero si Chile Vamos protege su marca para que aún signifique algo, podría recuperarse. Si no lo hace, no será alternativa tras un eventual fracaso de Kast, como la Nueva Mayoría después de Boric: sin identidad y sin existencia política real. Porque en política, morir con las botas puestas no solo confiere honor: preserva una identidad que mañana puede volver. Entregarse, en cambio, la mata para siempre.
Con las botas puestas Daniel Brieba Académico de la Escuela de Gobierno Universidad Adolfo Ibáñez "Si Chile Vamos no protege su marca, no será alternativa tras un eventual fracaso de Kast, como la Nueva Mayoría después de Boric"..