Autor: MAURICIO RUIZ
Empleo femenino cojea: salen a buscar, pero no hay tanta pega
Economistas proponen más ayuda a sectores que contratan más mujeres y rediseñar los subsidios. La tasa de desocupación llegó a 7,9% en el trimestre móvil octubre-diciembre de 2022, y son las mujeres las que más impulsan esta cifra de cesantía.
Ellas marcaron un 8,6% y los hombres mostraron un índice de desempleo de sólo de 7,3%, según la encuesta de empleo que dio a conocer este lunes el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Una tendencia que fue marcada casi todo el 2022 y que en esta última cifra anota una mayor diferencia entre las tasa de desempleo de mujeres y hombres (1,3 puntos porcentuales). ¿Qué le pasa al mercado laboral femenino? Lo primero que hay que precisar es que generalmente presentan una cesantía mayor que la de los hombres, pero se dio una particularidad en pandemia que nos tiene con un desempleo femenino más elevado. "Una buena parte de las mujeres que se retiraron del mercado laboral por la pandemia empezaron a regresar y se encontraron con que no hay las suficientes vacantes para llenar esa demanda. Eso permite el alza de la tasa de cesantía femenina y un mayor diferencial con la de los hombres”, opina Juan Bravo, director del Observatorio del Contexto Económico (ODEC) de la Universidad Diego Portales. De hecho, la última encuesta muestra una tasa de participación laboral femenina, es decir, mujeres en el mercado del trabajo, que llega a 50,8 %, un aumento de 2,7 puntos porcentuales en un año. Esa participación es la más alta desde que comenzó la El comercio es uno de los sectores que da más empleo femenino.
ELISA VERDEJO Su tasa de desocupación es 1,3 puntos porcentuales más alta que la de los hombres pandemia, cuando en el trimestre enero y marzo de 2020 marcó 52,1 %. “Las mujeres salieron a buscar trabajo y hay una parte que no lo consigue porque hay sectores que entregan mucho empleo femenino muy golpeados. Cambiaron por la pandemia y, además, les está pegando la recesión”, dice Tomás Flores, economista senior de Ly D. Alguno de ellos, asegura, son el comercio y servicios. "El turismo, es una industria que fue golpeada por la pandemia y ahora por la baja actividad económica. Requiere ayuda adicional para así impulsar el trabajo femenino. Por ejemplo, un Fogape (créditos con garantía estatal) más enfocado en esa industria” dice Flores.
Bravo agrega que se deberían revisar los subsidios enfocados a las mujeres, como el Bono Trabajo Mujer, e incluso el IFE Laboral, que entrega 300.000 pesos mensuales directo a las mujeres que recién son contratadas. "Ese es un incentivo que se entrega al trabajador (los hombres reciben 100.000 pesos), pero fue diseñado para incentivar a buscar empleo en pandemia. Ahora con este escenario de recesión los incentivos deberían ser para fomentar la creación de empleo, es decir, que se rediseñe para que llegue a las empresas”, plantea Bravo.
Ricardo Ruiz de Viñaspre, ex director del Sence y docente de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, coincidió con que hay que rediseñar los subsidios y propuso que el porcentaje del Bono Trabajo Mujer que se entrega a los empleadores, se incremente. Hoy sólo se accede a un aporte de hasta 20.000 por trabajadora contratada. "Se deben mejorar esos incentivos en periodos donde la economía está debilitada”, sentencia.