Autor: Constanza León A.
Alberto Mayol, sociólogo: “Lo que no le puede pasar Boric es ser puro ritual"
Desde España, analiza el cambio de mando y la instalación del nuevo gobierno. “En política es malo pasarse tres pueblos, pero también lo es no pasarse ninguno... Izkia Siches siempre se pasa un pueblo. No más que eso”. Cómo lees los símbolos con los a que se está instalando el presi.
Dente Boric? Nombró a la primera mujer edecán, desayuna en Cerro Castillo con líderes sindicales, etc? —Está haciendo lo correcto porque viene del presidente menos ritualista de la historia de Chile y necesita introducirle ritualidad al sistema. La política es ritualidad y operación. Piñera es pura operación. Lo que no le puede pasar a Boric es ser puro ritual. No le puede pasar lo que le pasó a Michelle Bachelet, que le pasó la banda presidencial a unos escolares y tres meses después el Movimiento Pingúino tenía el poder. No se juega con eso. No puede entregar el poder, tiene que recibirlo. El poder pasa de un señor que va saliendo y que nadie quiere, a un señor que muchos quieren y debe hacerse cargo.
Alberto Mayol, sociólogo y escritor, profesor de la Usach, observa desde Valencia, España, donde está instalado hace un año, el acontecer nacional. —Tu último diagnóstico en La Segunda decía que el Gabriel Boric de la primera vuelta se equivocó. Faltaban certezas. ¿Cómo viste el giro que le dio el triunfo? —La primera vuelta de Boric fue muy mala. Después del estallido y el Apruebo, quedar segundo después de un tipo que es símbolo del Rechazo, es muy mal resultado. Fue clave el ingreso de Izkia Siches: eran dos líderes “presidenciales” recorriendo el país en una economía de escala gigante. Y con un discurso súper claro y contundente. Izkia tiene un arte que es muy bueno: En política es malo pasarse tres pueblos, pero también lo es no pasarse ninguno. Izkia Siches siempre se pasa un pueblo. No más. Le da una cierta osadía a su discurso. —Algunos creen que a Izkia la traiciona su personalidad. En marzo del 2021 se salió de libreto y habló de “los infelices” justamente en tu programa. —Cuando ella apareció con el telón del fondo del Colegio Médico pensamos que no iba a decir nada. Pero ella entendió muy bien que se iba de prenatal, que después de eso el plan de vacunación estaría ya medio terminado y dijo todo lo que había tenido que guardarse. No creo que Izkia sea impulsiva en absoluto. Ella tiene una combinación muy buena entre crudeza y empatía. Te dice claramente lo que piensa de una situación. Tal vez no tenía pensado tratar de infeliz a nadie, pero hoy Izkia Siches es lo que es gracias a eso.
Timbró al rival político en el momento justo. —¿ El que se pase un pueblo es compatible con el Ministerio de Interior? Con la impronta que conlleva que sea la primera mujer en el cargo. —El que sea mujer le permite pasarse un pueblo con más tranquilidad en los tiempos actuales.
Piensa en la élite, la de los buenos apellidos, esos hombres con el mismo terno todos, de los mismos colegios, primos, el decreto de cambio de constitución lo firman Sebastián Piñera Echenique, Gonzalo Blumel, sobrino nieto de Mac lver, Felipe Ward no sé cuánto... y la Convención elige a Elisa Loncón. Ese giro es valioso. Todo lo que no responde a ese molde permite que tus actos no sean imprudentes en un principio, pueden serlo después, y que sean osados. El problema es que este gobierno tiene que configurar algo más que un conjunto de medidas; tiene que tener un proyecto. Eso es lo que les dará articulación.
Y aún no está. —Se dice que estuviste trabajando con Izkia Siches y que incluso fuiste responsable del ya famoso discurso con el que ella se sumó a la campaña. ¿Es así? —Eso no lo puedo confirmar ni desmentir. “La juventud no es ni una virtud ni un defecto” Alberto es cofundador de La Cosa Nostra, un proyecto entre amigos que terminó siendo incluso una influyente encuestadora. “Con el resultado del plebiscito tuvimos una diferencia de un 0.6%. Nos fue muy bien en la primaria también. Hicimos el cálculo de las diferencias de todas las encuestas, desde el plebiscito en adelante y salimos primeros”, apunta. “Hoy somos un pequeño centro de investigación, un área de docencia -*Pedagogías del poder”- y, si tuviéramos las condiciones económicas, estamos a las puertas de abrir un medio electrónico. Todo sin auspicios, con las membresías de la gente”, relata. Junto a Darío Quiroga y Mirko Makari tienen un podcast y una sección estable en “Mentiras Verdaderas”, de La Red. El mes pasado hicieron una presentación en teatro.
La editorial Catalonia publicó la colección La Cosa Nostra, de la que es parte “Piñera Porno: Clímax y Caída de la obscenidad neoliberal”, su último libro que se mantiene entre los más vendidos desde su lanzamiento en diciembre y lleva dos ediciones. “Fue presidente de Chile dos veces, hay algo en todos nosotros que es Sebastián Piñera”, señala. Le mandó a dejar un libro a La Moneda, “me pareció lo mínimo”, dice sonriendo. “Piñera es un tipo que cuando ve que tiene 65 puntos de aprobación dice qué hago ahora para ocupar esta cuenta corriente, entonces, hace algo impopular. Pierde los 15 puntos que le dieron los mineros con Bielsa, que no lo saludó. Es el ejemplo más claro del tecnócrata haciendo política. No entiende que a veces la eficacia está en el silencio. Piñera desconoce la existencia del misterio. Es obvio que no cree en Dios ni nada parecido, aunque lo diga. No maneja la idea de lo que se habla en filosofía como Tal vez Siches no tenía pensado tratar de infeliz a nadie, pero hoy es lo que es gracias a eso.
Timbró al rival político en el momento justo”. Me cuesta entender el destino de la jugada “Marcel en Hacienda”... ¿ cómo lo sacas después?”. negatividad, aquellas cosas que no están presentes y visibles no existen para él”. —¿ Qué te parece la instalación de una nueva generación que tiene distintos discursos y que al menos pretende tener un nuevo mecanismo de trabajo? —La juventud no es ni una virtud ni un defecto, es un hecho. Es salir de la desconfianza estructural, pero no por el cambio generacional, sino porque son otras personas. La clave en la toma de decisiones está en el diseño. El Frente Amplio no tenía contemplado ganar por lo que no llega con ese diseño. Seamos claros, si querías hacer una coalición para ganar una presidencial, ¿la haces con el PC? Boric no tiene todas las virtudes de un político, pero tiene una de manera descomunal: el carisma. Tiene la capacidad de conectar con la gente y eso no se compra. Bachelet lo tiene también.
Y es capaz de resumir en su propia figura pública un proyecto todavía borroso. —Y se transforma en una figura idolatrada, la gente lo espera en la calle, los niños, le tejen su propia imagen... Él mismo tuvo que poner paños fríos para bajar las expectativas. —En eso hay poca variable política. Gabriel Boric es una figura que en la medida en que logra superar ciertas barreras estructurales, da vuelta la historia. Cuando logras que te elijan considerando tus defectos de por medio, esos defectos comienzan a ser virtudes. Cuando te pusiste un mohicano un año antes de ser candidato presidencial, entras en categoría de rockstar. Él es capaz de mantener su autenticidad y ganar aún así.
Ahora, ningún rockstar hace todo lo que quiere, pero hace mucho y eso se valora. ¿Sirve para gobernar? Algo sirve, pero no hay que creer que sirve demasiado. —El año pasado Boric hablaba en La Tercera de la necesidad de “dejar la arrogancia imberbe de lado”. —Cuando empiezas una carrera presidencial te das cuenta que vas a tener que lidiar con una serie de problemas que es cierto que los anteriores no resolvieron, pero es cierto que son difíciles. Hay que empezar a mirar cómo se entra.
El Frente Amplio no tenía una cultura institucionalista consolidada, tienen que construir instituciones conductualmente, espiritualmente. —Llegan también figuras de la “vieja política”, como Carlos Montes, Manuel Monsalve, Maya Fernández... ¿Cómo debiese el presidente manejar esto ante quienes lo cuestionan? —El staff de ministros es razonable, son nombres que no son simbólicamente súper representativos de lo peor de cierta época. Es obvio que Boric tenía que abrir el paragua y generar una coalición mucho más amplia. Lo que me preocupa es el desorden. Si Boric habló con dos candidatos de la centroizquierda para hacer cambios en el programa de gobierno, resulta que después entra gente que no participó de ese proceso. La articulación política es un ejercicio.
Me cuesta entender cuál es el destino de la jugada “Mario Marcel en Hacienda”. Lo que busca cualquier presidente es tener maniobrabilidad y cuando tú pones a Marcel, ¿cómo lo sacas después si no te convence o si quieres hacer un giro en términos del diseño económico? Es respetado, genera certezas, pero otros dicen “no entiendo la jugada. ¿Quién es entonces Mario Marcel?”, Cuando vean reforma de pensiones le van a decir: “bueno, Marcel estuvo a cargo de los procesos con Michelle Bachelet”. Ajedrecísticamente, era una jugada interesante, pero había que ver cuánto juego te daba en el futuro. Y explica: “Hay un problema estructural, que se ve en la Convención también. Hay una sensación de que esimpopular decir “voy a mandar”. —En la Convención termina cada uno velando por las agendas propias... —Eso es diseño.
Lo he hablado con abogados acá en España que han visto muchos procesos constituyentes y me dicen “a ver, pero cómo forman comisiones que no tienen la proporcionalidad en el pleno, gente de nicho, que hablan de lo que quieren hablar y hacen lo que quieren hacer. Y después les rechazan muchas propuestas”. El reglamento ya se modificó y no quedó bien. Empiezan a creer que los problemas son comunicacionales y no políticos, cuando resulta que es justo al revés. La Convención ha tenido problemas para comunicar lo político, pero porque lo político es incomunicable. Gabriel Boric va a tener que poner pilares políticos. La Convención también. El país se convirtió de un país vertebrado en invertebrado después del estallido (pero ese proceso tenía ya diez años). Necesitamos una nueva Constitución porque necesitamos institucionalidades nuevas que vertebren el país. El reglamento tenía que otorgar herramientas sencillas para ello, haciéndolo predecible.
Este proceso es emocionante, llegan propuestas locas, arriesgadas, osadas, y las rechazan... Esto no es una película, ¡ tenía que ser fomísimo! —¿ Cómo se cuida la figura presidencial hoy día? Bachelet salió golpeada por el Caso Caval, Piñera por el estallido y la pandemia. —Boric tiene que tomar una decisión y la decisión tiene que ser absoluta. No hay espacio para cambios radicales de estrategia en la mitad del gobierno que no crea en que puede tener dos tiempos.
La decisión es: voy a ser un gobierno de transición, ritualista, centrado en ir haciendo algunas cosas que la gente siente van en el camino correcto, mientras producimos el proyecto para lo que viene; o voy a ser estructuralmente osado y me paso un pueblo cada vez. ¿Qué sería osado? Boric personalmente va al Fondo Monetario Internacional y les dice: “mire, tenemos un problema ustedes y yo”. Ustedes tienen un ejemplo a punto de morirse y yo tengo que hacer de Chile un país desarrollado. Hagamos que funcione lo mío y lo de ustedes. Y en la osadía debe y puede cuidar lo ritual.
“Mi familia es mi mejor obra” En su Twitter Mayol declara: “Mi familia es mi mejor obra, pero no la escribí yo”. Se instaló en Valencia “por razones familiares, porque para los niños es una ciudad fantástica”, explica. Tiene tres hijos, Alessandro (8), Antonella (7) y Federico (3). Antonella, está bajo cuidado personal. Él y su mujer, la cientista política Claudia Castagna, fueron familia de acogida de la pequeña desde 2017, cuando ella tenía 2 años y 10 meses. “Ya nos habíamos logrado hacer la idea de que la teníamos que entregar. 19 o 20 de diciembre de 2018. Sabíamos que ella no nos podía decir papá ni mamá, pero ella trataba de hacerlo todos los días de otras maneras. Nos decía: “¿ Juguemos a la familia? Yo soy la hija. Hola, papá”, me decía. Nosotros pedimos que la dejaran con nosotros al menos hasta el 15 de ese mes porque tenía su presentación de ballet. Y que pasara la Navidad con su nueva familia para que llegara a un momento lindo. El día en que ella se iba a su nueva casa, nos llamaron para avisarnos que la tía (que se la llevaba) desistía. Lo intentó, pero no podía. No lo podíamos creer. Nosotros siempre quisimos que se quedara, pero eso era inconfesable.
Mi hijo mayor decía que el día en que se la llevaran, él se iba a poner en la puerta así (muestra sus brazos abiertos tapando la entrada). Nosotros a ella le decimos la Gestapo' (risas), porque sabe todo, está atenta a todo. Ella me dijo: “¿ Vamos a conocer mi casa nueva?” “No, volvemos a la casa”. “¿Y para Me quedé helado. Decidí en dos segundos. “Sí”, contesté. No dijo nada. Entró corriendo y le dijo a la tía de mi señora. Tía, ya tengo papá y mamá”. Ese mismo día empezaron a hacer el proceso de regularización y hasta hoy siguen en eso. “Ha sido muy difícil. Nosotros tenemos su cuidado definitivo ya. Lo único que nos preocupa es que ella aún no puede llevar nuestros apellidos. Y si nos pasa algo, ella queda en desprotección. El nivel de negligencia en el tema infancia ha sido muy grande, en todos los gobiernos. Cuando lo ves por dentro es muy impresionante.
Y hay muchos errores no forzados”. —¿ Alguna posibilidad de retomar una carrera política? Saliste de mala manera del Frente Amplio. —Yo entré a la política porque era una aventura, pero me gusta la vida académica mucho más, la investigación. Estoy escribiendo otra ópera, hasta tengo ganas de hacer una empresa. Pero sí, me echaron, lo intentaron varias veces, hicieron dos juicios sumarios. Lo cierto es que presenté un recurso de protección y lo gané, tenía derecho a volver, pero no volví, se los dejé en la puerta. No me fui enojado, me fui dolido. Pero a las personas que me han hecho daño en la vida no les tengo ningún odio, al contrario, puro agradecimiento. Solo he aprendido de esas personas. He aprendido a defenderme.