Columnas de Opinión: Trump: Lecciones de los 100 días
Columnas de Opinión: Trump: Lecciones de los 100 días recortes. Sin minimizar los riesgos, la evaluación final dependerá, fundamentalmente, de su capacidad para controlar la expansión del gasto. Además, quedan aún por esperar las medidas de la administración para reformar los sistemas de pensiones y salud, que explican casi un 30% del déficit. El diseño de ambos presenta falencias documentadas, pero cualquier propuesta de corrección significará inevitables tensiones en el Congreso, incluso dentro del Partido Republicano. El segundo elemento de la agenda para abordar el problema fiscal son los aranceles impuestos unilateralmente por EE.UU. Su anuncio generó fuertes caídas en los mercados bursátiles, por el impacto sobre el crecimiento global.
Y es que los aranceles no son más que un gravamen sobre bienes específicos, en este caso importados, y como tales impactan los niveles de actividad tanto en el país que vende el bien como en aquel que lo compra.
Las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) apuntan a que la guerra comercial desatada significará un menor crecimiento global durante 2025 (2,8% versus la predicción de enero de 3,3%) y 2026 (3% versus el anterior 3,3%). El impacto de largo plazo aún deberá ser estimado, lo mismo que el real potencial recaudador. Y es que si bien Trump ha sido enfático en afirmar que los aranceles están significando importantes recursos para las arcas fiscales, las proyecciones aún son inciertas. El mismo FMI estima un aumento en los ingresos en el mediano plazo equivalente a 0,7% del producto. La cifra es significativa, pero insuficiente para calmar las preocupaciones, sobre todo considerando la incertidumbre global desencadenada. Precisamente, más allá del potencial impacto negativo de los aranceles sobre la actividad, la errática forma en que estos evolucionaron durante semanas, con múltiples y cambiantes anuncios, ha encarecido las decisiones de inversión y consumo.
Tales circunstancias son un elemento esencial en los análisis que han incrementado las probabilidades de recesión en los EE.UU., las que volvieron a aumentar esta semana, luego de conocerse que el PIB sufrió una variación de -0,3% (anualizada) el primer trimestre de este año. Ahora bien, parte de los vaivenes en los anuncios se explica por la respuesta de China frente al cambio en las condiciones de comercio.
Por eso, la arista geopolítica debe tomarse en cuenta al analizar la decisión de la Casa Blanca, pues, los aranceles son también considerados por Trump como una herramienta poderosa para contener el avance de su competidor global. Tal vez el término que mejor caracterice los 100 primeros días de la administración de Donald Trump sea “incertidumbre”. Muchas de sus decisiones han desafiado lo que se consideraban principios básicos del ordenamiento económico mundial. Sin embargo, para comprender la columna vertebral de las acciones tomadas a partir de enero pasado, es necesario antes reparar en los desafíos que enfrenta la primera economía del planeta. Los análisis técnicos apuntan al problema fiscal como el desencadenante de varias de las medidas. Con un déficit de 6,3% del PIB en 2023, de 6,4% en 2024 y proyecciones que apuntan a seguir replicando esas cifras, las presiones de gasto requerían atención inmediata. A esto se agrega una deuda fiscal que a diciembre de 2024 alcanzaba el 123% del producto. Por lo tanto, la implementación de fuertes programas de recorte del gasto y la identificación de nuevas fuentes de ingresos para el gobierno federal se hacían urgentes. La creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DEG) apuntó a reducir significativamente el gasto recurriendo a la tecnología y análisis de datos. Figura clave allí ha sido el multimillonario Elon Musk.
Las acciones del DEG han sido controvertidas, tanto por la forma como por la extensión de los Quizás producto de la marcada caída en los niveles de aprobación del Presidente, durante las últimas jornadas se han observado positivos cambios tanto en la conducción de las negociaciones arancelarias con los distintos países, particularmente con China, como en la forma en que se realizan anuncios económicos desde la Casa Blanca. El giro parece estar asociado a una creciente influencia del secretario del Tesoro, Scott Bessent, sobre las decisiones y directrices.
Bessent cuenta con amplia experiencia y exitosa carrera en el sector financiero, por lo que el rápido deterioro que se observó en los mercados bursátiles, y particularmente en el de bonos, no pudo haberle pasado inadvertido. Su reciente insistencia en que EE.UU. llegará a acuerdos para alivianar el impacto de los aranceles ha alentado una significativa recuperación de las bolsas. Así, no debería sorprender que durante las próximas semanas se comiencen a concretar nuevos acuerdos comerciales con distintos países. Eso probablemente será una fuente de optimismo, al menos en el corto plazo. Pero las dudas respecto del largo plazo no se disiparán fácilmente. La compleja situación fiscal no será resuelta con rapidez, como tampoco las tensiones propias de un conflicto entre las dos potencias globales. Por lo mismo, es necesario ser cautos al interpretar las decisiones estadounidenses. Esto debe ser comprendido por nuestras autoridades. En este sentido, deben sopesarse alcances y riesgos de decisiones, como el próximo viaje del Presidente Boric a China, en momentos en que se dialoga con Washington por los aranceles. Reaccionar irreflexivamente tomando posiciones sin sopesar las consecuencias de largo plazo es siempre un error.
T E M A S E C O N Ó M I C O S Cambios en la estrategia y efectos de largo plazo T E M A S E C O N Ó M I C O S. Sería equivocado asumir que la estrategia que emana de las acciones de la Casa Blanca es improvisada. Existen elementos económicos y geopolíticos que explican parte importante de sus decisiones. Chile no puede caer en la tentación de tomar posiciones sin reflexión.