RECADO SOBRE JUAN ANTONIO RÍOS
RECADO SOBRE JUAN ANTONIO RÍOS _______________________________ ____, jhi1 OBRAS COMPLETAS DE GABRIELA MISTRAL eeaá V CUADERNO: UN CHILE DE POUTICA INTELIGENTE.... Li El hombre de nuestro acuerdo nacional nadé en una prosinda a la sea famosa y oscura. Famosa lo es Azauco más que otra cualquiera y la miramos como el corazón mismo de la raza.
Y os oscura, porque acabados sus años de epopeya, que mejor tamariareos de posón, ella pasó a teecemna en la jerarqula económica del pais; se apagó en cuanto a pobre ya desuiada de la gran ruta centraL Allí nació Juan Azstorsio Ríos y un poeta le envidiaría su infancia espejeante de relatos fnlclóricos. De esta infancia so cuentan Liras austeridades dornréstiras que lirrdamn cras la pobreza.
Mitón Iriarte, en su blografía corta y sustancial, Hama a la familia Ríos “hidaigos camposinon y oso eran, tsr reo de dejos granjeros españoles usreltos criollos pobres. la buena sé de la pobreza din al nAo Juan ñrstonio lo que ella siempre da: “Cierta ñrnneza áspera por absoluta y la resistencia a la corrupción de los centeos El padre faltó y la madre regalo al hijo la matemidad patemal frecuente en nuestro mujerío. Lucinda Morales buscó el pan y crío a la prole en el sentido más bíblico de la palabra, sustentando la carne y haciende el alma. El niño no tuvo casa ancha ni escuela hermosa, ni juguetería juguetería vienesa, el mimos sobrados.
Aprendió lo que más necestia el republicano de un pais pequeño: la angostura de los recursos, el “poco” y el “suñciente ño escuela de Cañete y so liceo de Lebu no podían regalade gran cuna: peen su coleigu peeqaista suplida más tarde los follas y las flaquezas. Concepción habla de rnlsnrne el núcleo de su baena suerte y el de su destino hasta el punzo de que tal vez debamos osestro hombre tasto a la madre corno ab noble nadad.
Porque Concepción ejerce una doble manipulación sobre propios y ajenos: ella da cuñura y cuntagia una especie de señoría democrático al trarrsrnler su sentido de las categorías: da demprn “imprime “imprime carácter” en sos hijos o ahijados. A penar de ser muy dcidad, y por ello liberé y librrbante, ela no se descana con presento de intemacionalsrno y viene a ser una matrona casnichima entre nuestros ciudades. Concepción y el señor Rías se formaron y se mantie-nen niquicus y demooáhcus al mismo tiempo. Ambas gustan de la autoridad como del clima dnicu en que sea dable hacer algo, pero los dos repugnan el ernvalentoeamiento aotoritade. Juan Antonio Ríos siguió más tarde leyes en la Universidad Universidad de Santiago y ha ejercido la profesión que más cosida en la vida arbana, pero tomándola con la vida de hacendada gran sagesse. Por esto tal vez so elección dio la sorpresa de unas osayorias acá ciudadanas y más allá rurales.
El curepesinado, que puso so dolorida esperanza en von hombre ón campo, ni presidente Aguirre, y lo amó loen y lo siguió ñlralmentrt recobra ahora aso hombre de odgen campesino, y se ño y confía a su sensatez terricula.
Las provincias del sur licuaron varias veces al señor Rías hacia la Cámara y el tenada: di parñdpó en todas las legidaturas de veinte años y por esto carocu el pais corno un hnzto en humo yen pulpa. Éi ha visto, en asambleas y padareentos la inanidad de los discursos y no los pmdrgu macizo, por más deque bien pudiera ccrnrgdaorrso en varias de sos piezas oratorias. En so carrera política, el señor Ríos lo ha sido todo: soldado raso y capitán, jefe aclamado y jefe perseguido; ejecutor y consejero, conductor o seguidor de las corrientes corrientes de opinión.
De este mudo, él llega a so tdunfo corno el poma alcanza la madurez marcado por los gartios del espiné, y un tanto solamado por las fogatas de los “roces” cñollos... Lo cual quiere decir que ha probado en la came las grandezas y las misedas de la derrsocracia, que lo han enamorado aquellas y estas lo han disgustado mochan secos. Seguramente ni señor Ríos ha leído con cabal convencimiento convencimiento las palabras de Mackonzie King, el jefe canadiense, canadiense, sobre una rrorgaeizadón a fundo de la dennocracia.
Motejada de lenta y de lerda, despods de sencer tendrá que rejueenecerse pura los jóvenes, selaerse más sustancial pura los maduros y limpiarse de denragogias pura los dejos que no creer en algaradas asnas, ti señor Rías, como el señor King, no ha desahuciado a la democracia, persona vítalhima, rica de futuro andada: peen el tambldn, segdn sos discursos y su acción, desea quela ilustre persona rinda más, mosenza a sus incrédulos y se salve en sofvdedonos. Nadie, ni el demócrata más terco, totora ya el concepto de unas denrooacias hambreadas y levarrtiscalt o mejor dicho, refanfuifonas por hambreadas.
Las domas labores de nuestra prábico, las que el tiene más prónimas en eoperiencia y las más preciosas pura nosotros, son la dirección de la Caja de Crédito Mineen y de la Caja Hipotecada, y su participación m los trabajos de la Sociedad de Agécuhura.
El triángulo nacional de mina, agricultura y crédito ñorma la víscera cordial de la vida chilena, por lo cual poede decirse que el señor Ríos ha Rende sus manos puestas sobre codos los recursos del país. Nada de nuestra realidad inmediata ha quedado hiera de so vista.
Coreo los Idoricus que hacen a grandes lanzadas de jeronsa el gráfico de metales y mecates, de latos y ftras, de carburantes y abonos, midiendo los pobos vitales de vn territorio, el prosidento Rías conoce las abundancias y las escaseces, bu seguridades y las volulalidadrs económicas de so patria.
En las pocas sereaoas de la lucha electoral, el pueblo tomó posesión de sos deseos serdadesus y vio de guipe lo que le traía este provinciano en su programa parco, paras y hasta seco: una peltiica de absoluta economía y el mmprnmno sobrayade de mantener la constitucioeaidad, línea tónico de nuestra historia. El pueblo encontró bueno a su candidato para tiempos de catadisero y de hambre a las puertas. Lo vía como una especie de José abastecedor abastecedor del trigo en la seca y como un repartidor con roanos limpias y eficaces. Las tres clases sociales convinieron en la resolocidn, casi sin discursos o recodos, en unos de esos rebsnrpagos da intnáción colectiva cpze se parecen ala ojeada ansiosa que se dan las multitudes en riesgo mortal. Una vez más la mvy cuerda cbulessidud acertaba en lo pémuño y lo vital: salvar el aprovisionamiento de un país pequeño, acogotada por la gsrerra.
Siempre agradeceremos a Juan Antonio Ríos el que en medio de la tempestad haya visto claco el que las democrudas democrudas criollas se desprestigian por so torpeza oso lenidad en la política econónicu; perote agradecemos, naso tanto, el haber sabida tamblón que los pueblos viven tanto de libertades como de comes y léculas.
Mirando a lo agrimensor la vida del presidente Rías, nadada, a sernrejanza de eueslca orografía, contradictoria en la apariencia, siempre volitiva, so acaba pensando en que él llega a la presidencia como a un menestrr total ensayado por años en ohcios parciales.
El realismo se la dio la berro y la casa pobres; so opcide dehnitiua por la ley le vino del contacto viscoso con el desorden, y su polleca posiEina parece la herencia recobrada de los viejos presidentes creadores. En cuarto al sentirla criollo americano, que tve una honra de los dos gobiemos anterinres, podemos creer que él está saturado del mismo fuerte cuvtbrentalnmo. La América criolla quiere como nunca seruna, ligurne, entrabarre, entrabarre, voiverso un organismo racional por articoladu.
Aun los redmos de la disidencia, sienten el valor moral de la coincidencia y soben que irán hacia ella tarde o temprano. ño queda decir aún lo qar vemos los escritores en los dncunos docuesoetates del mandatario. St gronrin verbal por evcelencia tiene que rastrear a su nuevo capitán en períodos escritos yen chadas familiares. Ellas non dan la acción directa y poma, un moda de decir en nl que pumor que empezara el hacer.
Su ezrprosión oral recuerda a los que mandan en campamentos de camineros o en canchas canchas de metal, teniendn a los ladus piedras por colocar y par desplazar, materiales desperdiciados por descubrir y estorbos por aventar pura el buen despejo dr la faena que comienor. Esta lengua pamáda a la flecha, de base corta y enjuto, es por encnlnncia la que vi pueblo celebra más y retiene mejor. Ella sr avemeja al hablar objetivo de la gente rural; ella es pueblo rectIficada, peso pueblo.
Esta habla, además, carece da escondtios y rodoos mafiosos, y nos suelve hacia el Chile ciásico en el que se hablaba sin ladirreria y sin auño, en una derechura viriL Este decir no es el vaho calghroso que han baldo después los habilidosos y donde la verdad se escabulle ose esconde como el pez, con un coletazo diestro.
Por lo miórro quelas promesas del señor Ríos han sida netas y sobrias las retendremos loen; como las cuartetas populares las repetiremos para tunAcar nuestra fe, y has recordaremos a los demás diéguntes del régimen si estos las olvidan o las diluyen al admidstrac tolas elecciones fuimos pueblo “auditor”, queso convence convence y se decide, y desde ahora pusaesos a ser pueblo “orbrador que repite a modo del estéblhlo de cas morance resabido lo que el mandataón honesto prometió damos y quiere damos por la mano de sos administradores, ya lo largo de seis años. Columnista Espacio de Opinión;0] RECADO SOBRE JUAN ANTONIO RÍOS Gabriela MiEtral Obra reunidaTomo V prosa.