¿Una tragedia evitable con planes preventivos locales y planificación territorial?
¿ Una tragedia evitable con planes preventivos locales y planificación territorial? ÁLVARO ROJAS/AGENCIA UNO Rosa Zamora Cabrera rosa.zamora@mercuriovalpo.cl ¿Una tragedia evitable con planes preventivos locales y planificación territorial? Expertos abordan carencias en materia de preparación para actuar frente a incendios y condiciones para la reconstrucción.
MILES DE FAMILIAS PERDIERON SUS HOGARES EN EL TRÁGICO MEGA INCENDIO QUE DEJÓ 131 MUERTOS Y ARRASÓ CON CASI 10 MIL HECTÁREAS. ¿ Pudo evitarse esta tragedia? "La respuesta corta para mí es sí, se puede evitar.
No podemos luchar contra las fuerzas de la naturaleza, pero sí anticipar lo que va a pasar, identificar las potenciales áreas de riesgo, actuar para prevenir que este tipo de incendios tenga este grado catastrófico de consecuencias", sostiene Pedro Reszka, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez y doctor en Ingeniería de Seguridad contra Incendios por la Universidad de Edimburgo. "Sí, siempre se puede hacer una reducción del riesgo de desastres de varias maneras, principalmente la cultura preventiva que es lo que nos falta mucho, pero también con planificación territorial, que acá es un tema gravitante", agrega Carolina Martínez, académica de la Universidad Católica de Chile, doctora en Geografía por la Universidad de Barcelona e investigadora principal del área de Gobernanza Ciudadana del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (Cigiden). "Esta emergencia fue diez veces más grande y compleja que la de Valparaíso 2014 por la afectación y el comportamiento del fuego, que avanzó a razón de 10 kilómetros por hora; fue un incendio rápido, de sexta o séptima generación. Que hay daños evitables, sí.
Ahora podríamos ser todos generales después de la batalla, pero hay cosas de las cuales se ha aprendido", plantea Guillermo de la Maza, vinculado durante casi tres décadas a la protección civil como jefe de Emergencia, director regional y subdirector nacional de la Onemi, antecesora de Senapred. DESACTUALIZACIÓN TOTAL De la Maza dice que Conaf y Bomberos están más y mejor equipados que hace 10 ó 15 años para el control de siniestros, "pero las ciudades no están preparadas.
Los instrumentos de gestión territorial, los planes reguladores, deberían estar de acuerdo a la nueva Ley del Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres, que debería incluir todas las variables de riesgo que amenacen los territorios". Subraya que "se avanzó en materia de sismos y tsunamis, pero no frente a la variable de riesgo de incendio forestal donde hay factores que no se manejan, como el viento y las condiciolo cual los planes reguladores no son lo suficientemente actualizados, como lo demuestra el hecho de que "en las ciudades costeras tienen una tasa de promedio de actualización de 17 a 20 años". Entonces, "se hace construcción del riesgo a través del incremento de la exposición y de la vulnerabilidad", y también "hay ocupaciones irregulares como en el caso de los campamentos, una de las áreas más afectadas". Agrega que "hay condiciones que deben ser mejor reguladas a través de instrumentos de planificación" y se requiere además "control de las formas de ocupación en áreas de riesgo, especialmente considerando la localización" de esos asentamientos. ALERTA Y EVACUACIÓN "Nosotros sabemos a qué altura está la zona segura ante un maremoto, ¿pero cuáles son para los incendios forestales? Yo creo que tenemos que definir áreas seguras para evacuar.
Pueden ser centros de deportes, terrenos abiertos que no tengan mucho combustible y que le permitan a la gente llegar rápidamente", señala Pedro Reszka. "Es importante destacar que la permanencia de las llamas es corta, el frente de llamas avanza relativamente rápido, entonces no se requiere un espacio para estar varias horas, y pienso que así se podría salvar mucha gente", detalla el experto.
Guillermo de la Maza hace ver que los incendios forestales de grandes magnitudes generan otros trastornos, como el desplazamiento de la gente y de los vehículos de emergencia por vías que terminan atochadas, aparte en este caso de la fragilidad que mostró el sistema de alerta SAE, "que siendo una muy buena herramienta, depende de la telefonía celular, que también colapsó en un momento". Carolina Martínez complementa señalando que aparte de que hubo sectores donde no llegó la alerta a tiempo -como uno de los campamentos destruidos que que ella visitó junto con otros científicos de Cigiden-, tampoco existía allí cultura preventiva. "Las personas más afectadas nos contaron que no habían tenido simulacros de evacuación, tampoco están identificadas las vías para hacerlo y la gente no sabía por dónde evacuar, lo que sumado a lo intensa que fue la amenaza explica en parte el daño, pero también se trata de un evento muy extremo, nosotros quedamos muy impactados". PREPARACIÓN BARRIAL Guillermo de la Maza advierte que "los incendios son demasiado dinámicos, entonces hay que tener ahí planes locales, con vías de evacuación conocidas y reconocidas, y planteadas por la gente, porque si están llenas de vehículos es imposible; si quieren salir en ellos con la familia y con los pertrechos, va a pasar lo que ya ocurrió: no pueden entrar los bomberos ni salir ellos". "Desde Onemi siempre dijimos que todas las evacuaciones se deben hacer a pie y dejar solamente la movilización particular o pública para personas que tengan dificultades en su desplazamiento o de mayor riesgo.
Creo que la evacuación fue tardía, muchos nunca pensaron que el fuego iba a llegar a sus casas, y ya vemos que estos incendios sí arrasan con todo". El exjefe regional del organismo antecesor de Senapred plantea igualmente que debería mejorar el estándar de respuesta de los vecinos, "pero para eso hay que tener planes locales, no solamente el plan de la municipalidad con las organizaciones, sino que planes barriales" adecuadamente socializados y que sean practicados, a la vez que se requiere hacer mucho trabajo de prevención, "que es la base de la estrategia de emergencia conforme a las variables de riesgo del territorio". Otra lección aprendida, dice De la Maza, es que el trabajo de prevención de incendios forestales "no debe limitarse a una temporada, sino que es de todo el año" y no se circunscribe a hacer cortafuegos, sino también a disponer los desechos de los mismos, al manejo de combustibles en lugares habilitados para ello y al control de microbasurales. ¿DÓNDE RECONSTRUIR? Pedro Reszka expone que en todas partes del mundo la reacción natural de las personas que pierden sus hogares en desastres como éste es la de levantarse, reconstruir y superar la adversidad, "pero potencialmente van a nes atmosféricas", y por otra parte está el crecimiento no planificado de poblaciones formales e informales, "no todas las cuales cuentan con planificación frente a la emergencia con el objeto de que la comunidad responda de manera organizada y en los tiempos necesarios". Carolina Martínez releva la planificación territorial como factor de prevención. "Aquí hablamos de lugares con bastantes limitaciones desde el punto de vista de la habitabilidad, son microcuencas que están muy urbanizadas y muchas veces en áreas de peligro, ya sea de remoción en masa o de incendios", aparte de. ¿Una tragedia evitable con planes preventivos locales y planificación territorial? Siempre dijimos que las evacuaciones se deben hacer a pie y dejar la movilización sólo para personas de mayor riesgo". Guillermo de la Maza Exdirector regional y subdirector Onemi " L os procesos de reconstrucción son cada vez más recurrentes, se generan en promedio cada dos años". Carolina Martínez Profesora UC, investigadora Cigiden " P odemos tener un diseño de ciudades y de viviendas que nos ayude a mitigar el impacto de estas emergencias". Pedro Reszka Profesor UAI, experto en seguridad contra incendios " estar cometiendo los mismos errores en los que ya se incurrió, construyendo quizás cerca de quebradas, sin repensar por ejemplo las vías de evacuación de esos barrios". "Esto es muy complejo, creo yo que se requiere una planificación de la ciudad y del Gran Valparaíso.
De alguna manera, requiere de un poder central fuerte que tendrá que tomar decisiones que no van a ser del agrado de todo el mundo, porque habrá gente que tendrá que irse de esas zonas y va a tener que cambiar la manera de construir las casas". Parte importante del problema pasa por la disponibilidad de terrenos para edificar, que en buena medida se localizan cerca de quebradas, lo que a juicio de Carolina Martínez, a la larga puede provocar un daño mayor. "Los procesos de reconstrucción son cada vez más recurrentes, se generan en promedio cada dos años, pero éste va a ser el mayor de las últimas tres o cuatro décadas", añade, y se pregunta si corresponde "seguir con esta dinámica de no atacar las causas de fondo de la construcción social del riesgo". La próxima etapa debe considerar a su juicio "el conocimiento científico para que esto no vuelva a ocurrir", debido a que nos enfrentamos "a un escenario muy adverso de cambio climático y que estas olas de calor van a seguir generándose". La investigadora de Cigiden plantea que la realidad geográfica del Gran Valparaíso "es un sistema de microcuencas costeras con una topoclimatología muy específica y eso no se ha estudiado". Por eso hace un llamado "a las universidades regionales a desarrollar investigación y trabajos de tesis en estos temas que van a estar seguramente la siguiente década en la memoria ciudadana e instalados en las agendas de los gobiernos locales". CIUDADES Y VIVIENDAS En otro aspecto, por lo que se pudo constatar durante el mega incendio, excluyendo las estructuras de material ligero en tomas o campamentos, muchas casas se quemaron por los techos, "y eso parece ser una vulnerabilidad que puede remediarse, pero aquí hay que tomar muchas medidas en distintos ámbitos", señala Pedro Reszka.
El experto en Ingeniería de Seguridad contra Incendios menciona que en países de Europa, Estados Unidos y Australia existen estudios que han demostrado que el techo es una parte vulnerable de la estructura "y creo que debiésemos incorporar ciertas modificaciones en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones para mejorar la resistencia de las viviendas ante este tipo de eventos". "Lo que quiero resaltar es que podemos tener un diseño de ciudades y de viviendas que nos ayude a mitigar el impacto de estas emergencias. Son condiciones extraordinarias, pero que vamos a tener cada vez más seguido por el cambio climático", recalca el académico de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Concede que existen problemas como el crecimiento inorgánico de las ciudades, "pero yo creo que es un desafío muy importante, muy relevante para que la comunidad de ingeniería chilena se ponga a la altura y ayudemos a desarrollar diseños seguros". También Reszka sostiene que los eventos extremos no sólo afectarán viviendas, sino además al sector productivo, "y yo creo que este incendio lo dejó muy latente", por lo que estima necesario "poder actuar rápidamente en los sectores industriales". El especialista reitera que es posible evitar el costo humano de esta clase de emergencias. "El número de personas fallecidas es intolerable y no puede ser que no actuemos. Nosotros como sociedad, como chilenos, tenemos que hacer algo para que esto no ocurra nunca más". nunca más". (viene de la página anterior).