Tres décadas de evolución macroeconómica de las regiones en Chile
La elección de gobernadores dio el puntapié inicial al proceso de descentralización. Este trabajo publicado por el CEP, del cual ofrecemos un fragmento, observa la trayectoria económica de las regiones entre 1990 y 2018.
Las regiones chilenas como unidad de gobierno y administración se crearon en Chile a mediados de la década de 1970, entre otras razones, para agrupar las provincias en gobiernos subnacionales que permitieran una mejor planificación y organización económica.
Desde entonces ha existido un paulatino fortalecimiento de las regiones, tanto en lo político y administrativo como en lo cultural e identitario. [.. ] A partir de la relevancia que idad político-administraanalizar su esy la evolución de 7 eríodo relevante. Ejercicio se ha realizado anteriormente para el país en su conjunto, y también en detalle para las regiones, a partir de lo cual diversos autores han obtenido conclusiones similares.
Respecto de la diversificación de las regiones, Frigolett (2013) muestra que estas generan áreas de especialización muy marcadas en términos de producción de sectores primarios y secundarios, en función de los recursos naturales a los que tienen acceso (e.g. Minería en el norte, pesca en el sur). La excepción a esta regla es la Región Metropolitana que concentra en gran parte de la producción en el sector terciario (e.g.
Esta región en 2008 generaba el 85 por ciento del Producto Interno Bruto [PIB] asociado a servicios financieros y empresariales). Todo lo anterior se daría en una lógica de que cada región explote sus ventajas comparativas individuales. En la misma línea, Silva, Riffo y González (2012) resaltan que la especialización económica ha generado que una parte importante del crecimiento regional sea vía exportaciones.
Los autores mencionan que esa lógica de crecimiento hace a las regiones muy dependientes de sus recursos naturales (en gran parte no renovables en el caso del norte) y que además las hace muy sensibles a los vaivenes de la economía internacional, a través de cambios en la demanda externa y en los tipos de cambio.
Además, explican que esta especialización considerando solo las ventajas comparativas individuales omitiría, tanto en los canales públicos como privados, la generación de cadenas productivas interregionales que permita aumentar el valor generado por el país, lo que condicionaría su crecimiento potencial.
Con vista en lo anterior, una posible preocupación es que las regiones generen diferencias en niveles de ingresos per cápita que se vayan agrandando con el paso del tiempo o, dicho de otra forma, que algunas regiones se queden atrás.
Esto es particularmente preocupante en regiones que no tienen una ventaja comparativa clara en acceso a recursos naturales, como Valparaíso (Silva, Riffo y González, 2012). En esta línea, Duncan y Fuentes (2005), realizando pruebas de convergencia con datos de PIB per cápita regional, encuentran que la convergencia sí existe (esto es, las regiones de mayores ingresos crecen menos y las de menores ingresos crecen más), aunque la Ficha de autor Álvaro Cordero es economista de la Universidad Católica; y Adolfo Fuentes y Juan León son economistas de la Universidad de Chile.
Clemente Larraín es investigador del Centro de Estudios Públicos. velocidad de la convergencia tiende a ser algo menor a lo que indica la evidencia internacional, lo que en parte podría ser explicado por los argumentos anteriormente expuestos.
La idea de convergencia está asociada a la reducción de las desigualdades económicas entre distintas regiones e incluso al favorecimiento de la integración territorial y la cohesión social; por esta razón, existe una amplia discusión sobre cómo los modelos de desarrollo promueven la convergencia o divergencia económica tanto a nivel internacional como interregional (Moncayo, 2004). En línea con los estudios anteriores y actualizando la evidencia, caracterizamos las condiciones económicas generales de las regiones de Chile, y analizamos su evolución durante las últimas tres décadas. [... ] Para ello, en primer lugar, realizamos una descripción general del PIB per cápita en cada una de las regiones y un análisis simple de convergencia, que se sigue de un análisis de la evolución de los sectores de producción primario, secundario y terciario y las exportaciones. Finalmente, presentamos una revisión de la participación de cada uno de los sectores respecto al PIB, en cada una de las regiones del país. La principal conclusión que extraemos es la existencia de “perfiles” de regiones, con estructuras productivas similares, pero que de todas formas exhiben evoluciones dispares. En el detalle, evidenciamos que la Región de Antofagasta es la que presenta los mayores niveles de PIB per cápita durante todo el período estudiado por una amplia diferencia. A la inversa, la Región de la Araucanía muestra el nivel más bajo. Por otra parte, las regiones que exhiben la mayor expansión de sus ingresos corresponden a Aysén y Atacama, mientras que Magallanes es la que presenta menores niveles de crecimiento en los últimos 30 años. Adicionalmente, los análisis de convergencia muestran evidencia a favor de ella, particularmente entre los años 1998-2006 y 2014-2018. En paralelo, las regiones del norte muestran los mayores niveles de PIB per cápita correspondiente al sector primario, lo que está directamente vinculado a la minería. Sin embargo, es Aysén la que muestra un mayor crecimiento de dicha cifra, particularmente explicado por la pesca. En cuanto al sector secundario, los resultados muestran una menor concentración geográfica. Nuevamente Antofagasta destaca con el mayor nivel de PIB per cápita en los sectores respectivos, seguida de Magallanes y luego de Atacama. Esta última muestra también un crecimiento muy relevante durante el período estudiado [... ]. El principal subsector que explica los resultados de las regiones del norte mencionadas corresponde a la construcción. Midiendo el sector terciario destacan las regiones Metropolitana, Antofagasta, Magallanes y Aysén como las con mayor nivel, a la vez que la Araucanía, Metropolitana, Los Lagos y Aysén son las regiones con mayor crecimiento. La Araucanía está dentro de las regiones con el menor nivel de PIB per cápita del sector terciario. En cuanto a exportaciones per cápita, Antofagasta nuevamente contempla el mayor nivel, seguida de Atacama, lo cual se explica directamente por el cobre.
Pese a que la evolución de las cifras está fuertemente marcada por ciclos económicos, la Araucanía muestra el mayor incremento de sus exportaciones per cápita durante el período revisado, con una diferencia considerable, a la vez que Magallanes casi no exhibe incremento alguno. Finalmente, las regiones con mayor participación del sector primario, respecto del PIB total, corresponden a las ubicadas en el norte del país. A ellas se les suman O'Higgins y Aysén. Por otra parte, las regiones en las que el sector secundario es más relevante corresponden al Biobío, Maule, Los Lagos y Magallanes, destacando la industria manufacturera. Por último, la Región Metropolitana junto con Valparaíso y la Araucanía exhiben altos niveles de participación del sector terciario en el PIB regional total. 4.
PARTICIPACIÓN DE LOS SECTORES Para comprender de mejor forma la estructura productiva de cada región, analizamos la evolución de la participación de cada sector sobre el PIB regional en el periodo 2008-2018, mencionando también aspectos relevantes en los subperíodos previos: 1990-96,1997-2002 y 2003-07.
La separación de la serie en dichos subperíodos se debe a la falta de una serie de valor real empalmada que satisfaga el principio de aditividad que permita comparar la participación de los sectores y analizar su evolución [... ]. Es interesante notar cómo en cada una de las regiones se presentan participaciones de los sectores muy disímiles entre sí, lo que podría considerarse como una aproximación del grado de especialización de su matriz productiva. Las regiones del norte tienen mayor importancia relativa del sector primario. Dentro de ellas, Antofagasta y Atacama exhiben una participación promedio entre los años 2008-2018 de 56,6 % y 42,7 %, respectivamente, siendo las regiones con la mayor presencia del sector primario. Históricamente, el «Tres décadas de evolución macroeconómica de las regiones en Chile», Álvaro Cordero B., Adolfo Fuentes W,, Clemente Larraín V. Y Juan León G. Centro de Estudios Públicos, Serie Puntos de Referencia N* 568, junio 2021, subsector de la minería ha sido fundamental en el desarrollo de estas regiones y en el sustento de lo recién descrito.
En la Región de Tarapacá, el sector primario ha mostrado mayor relevancia relativa, respecto a otras regiones: en 1990-1996 ocupaba los últimos lugares de la distribución, y actualmente representa el 33,9 % del PIB regional. [... ] La participación del sector primario en las regiones mencionadas ha tenido fluctuaciones, particularmente se rescata una caída entre 201 y 2016 atribuida al declive en los precios de commodities, junto con el crecimiento del sector secundario en Antofagasta y Atacama (derivado del dinamismo en la construcción). La Región de Coquimbo, por otra parte, además de tener una importante participación del sector primario, destaca como la región con la menor participación del sector secundario a nivel país. La región con mayor participación relativa del sector secundario, de manera consistente durante todos los subperíodos, corresponde a Biobío, con 38% en promedio para el tramo 2008-2018. Esto se debe, según datos del Sence, a la importancia de la industria manufacturera de derivados de la madera, junto a la industria de alimentos y producción de hierro.
Otras regiones con una fuerte participación del sector secundario son Maule, Los Lagos y Magallanes bordeando el 32% en el último período, seguida de Valparaíso que promedia 28,8 %. Estas regiones, además, comparten tener una creciente participación del sector terciario.
La RM destaca por ser la región con mayor participación del sector terciario promediando 78,7 % para el período 2008-2018, siendo a su vez la con menor participación del sector primario, con 2,7%. Dichas posiciones se repiten en subperíodos anteriores. Como segunda región con mayor importancia del sector terciario se encuentra La Araucanía, que promedia 65,3 % para el último tramo. La Región de O'Higgins tiene una matriz productiva considerablemente diversificada, lo que se constata en todos los subperíodos estudiados.
Un caso interesante de analizar es Aysén, que muestra una gran volatilidad en la participación del sector primario: de 23,9 % en 2008 a 37,5 % en 2014, para luego caer a 18,1 % en 2015 y retomar, finalmente, valores cercanos a 30% en los últimos años. El fenómeno se explica principalmente por el subsector de la pesca, a partir de un incremento de los centros de cultivos en 201 y luego una caída en el precio del salmón atlántico en 2015. Estas variaciones terminan afectando también las fluctuaciones del sector secundario y terciario, que promedian 16,1 % y 56,8 % respectivamente durante los años 2008-2018.5.
CONCLUSIONES En el trabajo documentamos la evolución económica de las regiones en Chile para 19902018, revisando tanto los niveles agregados del PIB per cápita, de los tres sectores productivos, como también la participación de cada uno de ellos con respecto al total, y las exportaciones regionales [... ] Los datos muestran que el desarrollo económico al inicio de la década de 1990 ya era muy desigual entre las regiones, con diferencias de más de 7 veces para el PIB per cápita. Luego observamos que todas las regiones crecieron hasta 2018, aunque de forma dispar. En primer lugar, Aysén y Atacama experimentaron un crecimiento económico muy importante en las últimas décadas, con un 263% y 222% respectivamente entre 1990 y 2018. El caso de Aysén se debe principalmente a un desarrollo explosivo del sector primario (sobre 700%) a causa de la industria salmonera desde 2011 en adelante. Esta industria permitió reactivar a una región que venía estancada de la crisis financiera, y que además tuvo el peor crecimiento relativo del sector secundario en las últimas décadas.
Atacama, en cambio, debe su crecimiento acumulado casi en su totalidad al sector secundario —en particular el subsector de electricidad, gas, agua y gestión de derechos—, que era prácticamente inexistente y se incrementó en 1500% para el período estudiado.
Luego, existe un grupo de nueve regiones cuyo crecimiento acumulado se ubicó en el rango entre76 Este conjunto es bastante heterogéneo, aunque es posible distinguir parte del norte minero (Antofagasta y Tarapacá) con un bajo crecimiento relativo del sector terciario compensado por otros sectores y, en contraste, el caso de la RM y la Araucanía, con un alto crecimiento relativo del sector terciario, pero bajo en al menos uno de los otros sectores. Por último, la Región de Magallanes apenas tuvo un crecimiento acumulado de 25% para 28 años.
Como observamos en este trabajo, existen diferentes causas para este fenómeno: (i) un descenso de la producción del sector primario en la década de 1990, (ii) un descenso fuerte del sector secundario a mediados de los años 2000 por la industria manufacturera y (iii) un estancamiento total de las exportaciones de la región. Por otra parte, de la evolución macroeconómica general de las regiones se pueden obtener algunas conclusiones preliminares. El sector primario parece ser relativamente estable, donde solo las regiones con actividades mineras y pesqueras han tenido variaciones significativas a causa de cambios en sus mercados. En cambio, el sector secundario entre las regiones tiene una gran variación de año a año y parece ser el más afectado por las crisis, donde incluso aumenta la desigualdad interregional. Por último, el sector terciario parece ser el más estable en su crecimiento, similar para todas las regiones, con la excepción del estancamiento de las regiones del norte en la última década. La evolución de los sectores tiene también un comportamiento geográfico.
El norte minero creció relativamente más en el sector primario y menos en el secundario (Atacama destaca). Al contrario, el centro-sur del país creció relativamente menos en el sector primario (a excepción del Maule) y más en el secundario. El sector terciario, a su vez, tuvo un aumento especial en el territorio que comprende del Biobío hasta Aysén.
De todas formas, existen regiones que son excepciones a todas las zonas geográficas, por lo que no parecen existir macro regiones con exactamente los mismos patrones de crecimiento durante 1990-2018 y el peso de sectores relativamente similares. En el caso de que se realice un agrupamiento de la división territorial en Chile se deberá considerar cierta heterogeneidad en la planificación y organización económica. Luego de todo el desarrollo y evolución económica de este período, el PIB per cápita entre las regiones sigue siendo desigual. Sin embargo, las brechas de PIB per cápita se acortaron a 5,8 veces entre los extremos [... ]. El período de mayor acercamiento parece ser 1998-2002 y el más reciente 2014-2018. De todas formas, el ritmo de acercamiento de las brechas preocupa: demoraríamos más de ochenta años en solamente reducir la mitad de las brechas entre las regiones. En otras palabras, se puede descartar la idea de que el modelo de desarrollo chileno ha aumentado las brechas económicas interregionales; sin embargo, posiblemente el ritmo de convergencia es menor al esperado.