El regreso del León (1932): un nuevo mapa político para cuatro décadas
El regreso del León (1932): un nuevo mapa político para cuatro décadas C omo suele ocurrir en las grandes crisis históricas, el país convulsionado había transitado de un lado a otro durante ocho años, en una vorágine de experimentos, que repetían gobiernos sin establecer un régimen efectivo y que, bajo la vigencia de una nueva Constitución, en realidad no eran capaces de ponerla en práctica. Primero, la crisis del régimen parlamentario llevó al ruido de sables y luego a una convicción más extendida de que solo los militares podrían llevar a cabo los objetivos perseguidos por la "revolución" de 1924. Tras los cuatro años del Gobierno de Ibáñez, la situación se revirtió, y el civilismo recuperó terreno, y a la vez se agudizaron progresivamente las críticas contra el militarismo. Si la caída de Carlos Ibáñez del Campo no significó una rápida consolidación de la democracia o de la recuperación económica, lo mismo y peor ocurrió tras la prematura deposición de Juan Esteban Montero. Los meses siguientes fueron de experimentación y contradicciones, así como de intentos de reformulación del modelo institucional de Chile. Una vez más se comprobaría que el fin de la dictadura no significaba necesariamente el restablecimiento de la democracia ni el retorno a la normalidad. Producto del golpe contra Montero, el 4 de junio de 1932 asumió una Junta de Gobierno compuesta por Arturo Puga, Carlos Dávila y Eugenio Matte, que tenía a Marmaduke Grove como su hombre fuerte. Ellos instauraron la República Socialista y propusieron un plan de socialización de la República. Sin embargo, pronto surgieron contradicciones al interior de la Junta, posibilidades de dimisión de Dávila, que terminaron en una forma contraria, con posibilidades reales de que el conflicto escalara a una fase militar. Finalmente, Grove y Matte fueron apresados ante el escenario de pánico y el peligro de crecientes agitaciones; terminaron en la Isla de Pascua, su último lugar de detención. Tras 12 días, se acabó el sueño abrigado por algunos, de una nueva organización política y económica de Chile. Esto implicó una nueva Junta de Gobierno, integrada por Carlos Dávila el nuevo hombre fuerte, Alberto Cabero y Pedro Nolasco Cárdenas. También estaba dispuesta a establecer el socialismo; además, utilizó medidas autoritarias y de seguridad: censura de prensa, detención de dirigentes sindicales y relegaciones.
La llegada de Ibáñez desde Argentina hizo prever su El regreso del León (1932): un nuevo mapa político para cuatro décadas La elección presidencial de 1932 expresa la transformación de la política chilena: la irrupción de la izquierda socialista y comunista, con una derecha que se expresaba en los partidos Liberal y Conservador, y un Partido Radical que ocupaba el centro político. Por Alejandro San Francisco Serie 102 años de campañas presidenciales (V) Alessandri en gira presidencial: esta foto es desde el coche tren presidencial, en la estación de Temuco. Lecturas & Documentos. El regreso del León (1932): un nuevo mapa político para cuatro décadas futuro de Chile quedaron fijados para el 30 de octubre.
La gran victoria La elección presidencial se desarrolló el 30 de octubre de 1932, y en ella compitieron cinco postulantes: Arturo Alessandri (liberal), Héctor Rodríguez de la Sotta (conservador, partidario del liberalismo económico), Enrique Zañartu (liberal democrático), Marmaduke Grove (socialista) y Elías Lafferte (comunista). Alessandri no hizo una gira por el país, sino que permaneció en Santiago, donde dio un importante discurso en una Plaza de Armas llena y con transmisión radial al resto del país: comenzó hablando de su sacrificio y de que no tenía derecho al descanso. Destacó la importancia del momento histórico, contrastó la dictadura con el gobierno de la ley y el derecho. En una parte emotiva y central de sus palabras, el León afirmó: "Quiero que oigáis mi credo. Yo no soy revolucionario.
Abomino la revolución sangrienta y atropelladora... Soy un evolucionista avanzado... Los verdaderos estadistas pueden apresurar la evolución y ella tiene que desarrollarse bajo la tuición del Estado" (El Mercurio, "Fue sobria e imponente la manifestación que hicieron ayer a don Arturo Alessandri sus fuerzas electorales", 23 de octubre de 1932). Después, esperó confiado en su victoria, en parte porque recibía continuas adhesiones desde diferentes lugares de Chile y con apoyo de corrientes muy diversas (El Mercurio, "Los cuatro candidatos presidenciales activan sus trabajos en todo el país", 16 de octubre de 1932; "A diez días de la elección de Presidente de la República, 20 de octubre de 1972). El resultado favoreció ampliamente a Alessandri, quien logró 187.914 votos (54,6% ). Los demás candidatos estaban mucho más abajo: Marmaduke Grove que seguía relegado obtuvo 60.858 sufragios (17,7% ); Héctor Rodríguez de la Sotta tuvo 47.207 (13,8% ); 42.885 (13,4% ) personas votaron por Enrique Zañartu; finalmente, el comunista Elías Lafferte logró 4.128 votos, lo que representaba el 1,2%. En total sufragaron 343.892 ciudadanos, con una abstención del 20% y solo 902 votos blancos o nulos (Ricardo CruzCoke, Historia electoral de Chile 1925-1973, p. 99). "Alessandri fue elegido Presidente de la República", tituló El Mercurio en portada (31 de octubre de 1932), destacando el ambiente de orden y tranquilidad en el cual se habían desarrollado los comicios.
En su editorial destacó "el alma superior" de Alessandri, prediciendo que gobernaría con una "política nacional, sin exclusiones", y procurando la cooperación ("Honroso desenlace del problema eleccionario", 31 inmediato regreso a La Moneda, por lo que Dávila actuó rápidamente, apoyado por sectores militares para tomar el poder. Carlos Dávila asumió como Presidente Provisional el 8 de julio, con amplios poderes. Clausuró el Congreso Nacional y reorganizó parte del Estado. Llamó a elecciones de senadores y diputados que integrarían un Congreso Constituyente, manifestación de la creatividad de esos días, así como de que muchos ya desechaban la Carta Fundamental vigente. El objetivo era estudiar el proyecto de nueva constitución. También comenzó sus funciones el Consejo de Economía Nacional, bajo el liderazgo de Pedro Aguirre Cerda. El organismo característico del régimen fue el Comisariato General de Subsistencia y Precios, formulado por Juan Bautista Rossetti. Contó con facultades para expropiar predios agrícolas, empresas industriales o distribuidores de artículos de primera necesidad. Góngora señala que fue "la creación más durable del gobierno de Dávila" (Ensayo histórico, p. 106). La imagen del Gobierno se deterioró pronto y también faltó el respaldo del Ejército. Finalmente, Dávila renunció a mediados de septiembre. En este contexto, el general Bartolomé Blanche asumió como vicepresidente de la República, pero en una situación muy diferente a la de 1924. A fines de septiembre se produjo un movimiento civilista en Antofagasta (el Movimiento Civil Constitucionalista) y luego fue apoyado en Concepción, lo que expresaba el malestar colectivo después de años de militarismo.
El 1 de octubre Blanche entregó el mando al Presidente de la Corte Suprema, Abraham Oyanedel, en un claro indicio que tendía hacia la normalización del país (ver Enrique Blanche, Remembranzas del general Bartolomé Blanche Espejo, Biografías Militares, 2008, pp. 189-199). Las nuevas autoridades se apresuraron a convocar a elecciones presidenciales y parlamentarias, en que participaron diferentes candidaturas. Una vez más parecía que la Constitución de 1925 estaba llamada a funcionar, a pesar de las dificultades. El regreso de Arturo Alessandri No es posible decir, estrictamente hablando, que el León de Tarapacá estuvo fuera de la política. Sin embargo, en 1932 se produjo su regreso efectivo, público y con buenos resultados, a la primera fila de la discusión pública y de la lucha política. Arturo Alessandri era la principal figura política de Chile: "Es ya una página en la historia del país.
Quizá muchas páginas y nadie sabe cuántas más podrá escribir aún", sintetizó Hoy en un artículo titulado "Política, Política, Política" (N 44,23 de septiembre de 1932). Presidente de la República entre 1920 y 1925, autor de la Constitución de 1925 y orador sin igual en la política chilena. Desde la llegada de Ibáñez al poder en 1927, Alessandri y su familia sufrieron el ostracismo, numerosos problemas y persecución. En el exilio el León procuró reunirse con otros exiliados para enfrentar a Ibáñez, a través de la prensa o de la política.
A medida que el apoyo al líder militar se fue difuminando, nuevamente emergió Alessandri como una figura central, al punto que llegó a ser candidato presidencial en 1931 cuando fue derrotado por Juan Esteban Montero, en lo que significó un nuevo retorno a la política activa.
En 1932 se dio nuevamente la posibilidad de regresar a La Moneda, esa "casa donde tanto se sufre", según le atribuían haber dicho, mientras una época de anormalidad parecía llegar a su fin (María Teresa Covarrubias, Políticos y militares.
Antecedentes históricos del quiebre entre los sectores civil y militar en la sociedad chilena, CED/Editorial Atena, 1991). El propio León explicó el origen de su candidatura: "Fui proclamado por el Partido Radical-Socialista, por el Democrático y por una serie de pequeñas agrupaciones y de numerosos centros y sociedades obreras". Recordaba que sus adversarios veían en él "un peligro nacional", lo que por cierto consideraba un error. A continuación, se sumó el apoyo del Partido Radical, que entonces lideraba Gabriel González Videla. En el plano programático, se manifestaba defensor de los derechos y las libertades públicas, así como pedía respeto para la justicia y el bienestar de la sociedad.
Estaba convencido de que sería necesario "reconstruir la República", que se había visto alterada por "los reiterados movimientos revolucionarios", además de considerar que el gobierno civil debería imponerse sobre las fuerzas armadas (Recuerdos de Gobierno, Tomo III, p. 3). Los comicios que definirían el Arturo Alessandri Rodríguez, hijo de El León, organizó en 1932 una comida por el triunfo de su padre. Sentados de izquierda a derecha: Marta Alessandri de Scroggie, Rosa Esther Rodríguez de Alessandri, el Presidente Alessandri Palma y Esther Alessandri de Matte.
De pie, de izquierda a derecha: Mario Alessandri Rodríguez, Fernando Alessandri Rodríguez, Raquel Besa de Alessandri, Elena Grez de Alessandri, Arturo Alessandri Rodríguez, María Angélica Valdés de Alessandri, Jorge Alessandri Rodríguez, Eduardo Alessandri Rodríguez, Hernán Alessandri Rodríguez y Arturo Matte Larraín. Lecturas & Documentos.
El regreso del León (1932): un nuevo mapa político para cuatro décadas de octubre de 1932). Resulta interesante destacar que El Diario Ilustrado valoró el "espléndido triunfo" de Alessandri, asegurando que el Partido Conservador había obtenido una gran victoria a nivel de Congreso Nacional.
En su editorial recordaba que no habían sido partidarios del León, pero que se inclinaban "ante el sentir del país, y reconocemos su triunfo, que es legítimo" ("El Presidente de la República", 31 de octubre de 1932). Alessandri interpretó bien el significado del resultado que había obtenido: "Mi triunfo fue decisivo.
Había obtenido la mayoría requerida de 1 sobre la mitad de los votantes y resultaba elegido sin la concurrencia del Congreso" (Recuerdos de Gobierno, Tomo III, p. 5). "Su Excelencia", fue el titular del editorial de Topaze (N 65,2 de noviembre de 1932), que resumió en su estilo la situación: "Después de hacer tantas tonterías parece que tiende a afirmársenos algo el seso.
Si esto fuera así, ya habría claras esperanzas de mejores días". La revista Hoy resumió en el titular de su editorial posterior a los comicios, el sentido de la nueva etapa: "Gobierno para todos". Ahí expresaba que existía una súbita "restauración de la confianza", concluyendo con una reflexión que anunciaba tiempos distintos: "El país puede tener derechas e izquierdas, pero sobre todo tiene ciudadanos.
Todo hace creer que el nuevo Presidente hará gobierno para estos últimos" (N 50,4 de noviembre de 1932). La elección presidencial de 1932 expresa mejor que todas las anteriores la transformación que estaba experimentando la política chilena, y que fue tan visible en aquellos confusos años.
El rasgo más original y que se mantendría en las décadas siguientes fue la irrupción de la izquierda socialista y "dispersión de espíritus", mientras se podía constatar que "cada partido se ha dividido y subdividido en múltiples microfracciones" (Hoy, "Disgregación", N 46,7 de octubre de 1932). De esta manera, se configuraba un centro mayoritario, con una derecha grande y una izquierda incipiente. La configuración de las alianzas y algunos cambios determinarían una nuevo sistema de partidos, que en lo esencial se mantendría hasta 1973. Una nueva época para la democracia chilena El gran efecto de la elección de Arturo Alessandri fue que dio inicio al primer Gobierno que completaría su período bajo la Constitución de 1925. En cuanto a la concepción de Estado, en buena medida el Gobierno de Alessandri consolidó la tendencia estatista iniciada en los años previos.
Un ejemplo ilustrativo es la continuidad del DL 520, creado en los tiempos revolucionarios de 1932, pero que no solo no fue derogado, sino que se aplicó de manera ininterrumpida hasta 1973, como ha demostrado Enrique Brahm en su obra Propiedad sin libertad (Universidad de los Andes, 1999). Hay dos temas que merecen mayor atención: el régimen de gobierno y la recuperación económica.
En el primer ámbito, se puede decir que en esa década se consolidó el sistema presidencial, pero con gran relevancia del Congreso Nacional; en el segundo, se inició la fase de recuperación económica, en un país muy dañado por la crisis de 1929, cuyas consecuencias no fueron solo económicas, sino también políticas y sociales. Hay otro cambio que merece ser destacado, en relación con el nacimiento de nuevas agrupaciones políticas. En 1933 nació el Partido Socialista, de Marmaduke Grove y otros fundadores. Dos años después surgió el Movimiento Nacional de la Juventud Conservadora, que tres años después daría vida a la Falange Nacional, con figuras como Eduardo Frei Montalva, Bernardo Leighton y Manuel Antonio Garretón Walker. Incluso hubo un experimento original, como fue el Movimiento Nacional Socialista, de Jorge González von Marées. Desde el punto de vista histórico, Mario Góngora destacó que la década de 1930 fue la que permitió romper definitivamente no solo con la década anterior, sino también con el siglo XIX.
El objetivo de Alessandri había sido un poco más modesto: terminar con una era difícil de anarquía y militarismo, para avanzar hacia la vigencia práctica de la Constitución de 1925, y con ello la restauración del gobierno civil y el orden institucional. comunista.
De esta manera, la "derecha" concepto cada vez más necesario se expresaba en las fuerzas tradicionales del Partido Liberal y el Partido Conservador; el Partido Radical pasaba a ocupar el centro político; finalmente, el Partido Comunista y las diversas expresiones del socialismo fueron las expresiones de la izquierda o del mundo popular, como reclamaban.
Esto no se dio solo en el plano presidencial, sino también en las elecciones parlamentarias que se desarrollaron en la misma fecha, de acuerdo con un sistema electoral proporcional, para conformar el Congreso Nacional: los diputados se reelegirían cada cuatro años, mientras los senadores se renovarían cada ocho (con elecciones alternadas en las diferentes circunscripciones cada cuatro años también). En 1932 las elecciones determinaron la siguiente conformación del Congreso: en el Senado, fueron elegidos 13 radicales, 10 conservadores, 5 liberales, 5 radicales socialistas, 4 democráticos, 3 demócratas, 2 de la Nueva Acción Pública (socialista), en tanto eligieron un senador los partidos Liberal Unido, Liberal Doctrinario y Social Republicano.
En la ocasión también se eligieron 142 diputados, siendo los partidos con mayor representación el Conservador (34 representantes); el Radical (también 34 escaños) y el Liberal (con 18 diputados elegidos). Los radicales y conservadores obtuvieron cerca de un cuarto de los votos cada uno. No está de más mencionar que diecisiete colectividades obtuvieron representación en la Cámara. El fraccionamiento, como ha destacado Jaime Etchepare, se apreciaba especialmente en los grupos liberales y socialistas, que experimentarán cambios en los años siguientes. El fraccionamiento era símbolo de la En la carroza oficial el 24 de diciembre, cuando se realizó la transmisión de mando. Ficha de autor Alejandro San Francisco. Académico de la Universidad de Tarapacá y profesor de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Coautor de la Historia de Chile 1960-2010 (USS, 9 tomos publicados). Licenciado en Historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile y Doctor en Historia por la Universidad de Oxford, Inglaterra..