EDITORIAL: Una oportunidad extraviada
EDITORIAL: Una oportunidad extraviada L a negativa del Concejo Municipal de Quirihue a entregar en comodato el exinternado Casiano Andrade Vera, para albergar de forma transitoria la Escuela de Formación de Carabineros de Chile, no solo detuvo un proyecto institucional, sino también desnudo fracturas politicas, falta de vision y descoordinación en el seno de las decisiones publicas de esa comuna. La sesión extraordinaria del Concejo, realizada ante un Teatro Municipal repleto de autoridades, vecinosy representantes de organizaciones sociales, debió haber sido un hito de unidad y visión estratégica. En cambio, fue el escenario de una votación inesperada que dejó en el aire un proyecto que contaba con el respaldo explicito de Carabineros de Chile, del Gobierno Regional y de la Delegación Presidencial. La propuesta no era menor.
Se trataba de recibir por un periodo de cuatro a cinco años -mientras se construye la sede definitiva en Chillána los primeros 60 alumnos de la institución policial, instalando una base formativa con efectos concretos en seguridad, infraestructura, empleo y proyección urbana. Sin embargo, cuatro votos en contra (versus tres a favor) fueron suficientes para derribar esa posibilidad. Los argumentos de los ediles que rechazaron apuntan a la falta de antecedentes administrativos en los plazos requeridos para tomar una decisión informada.
Y si bien la transparencia y el rigor son pilares esenciales en toda resolución publica, lo cierto es que este episodio evidencia algo más profundo: la falta de articulación politica entre el alcalde y su Concejo, un cortocircuito que ha terminado por frustrar una oportunidad que podría no volver a presentarse.
La presencia en la sesión de la general inspectora Maria Teresa Araya, quien viajo desde Santiago para esta sesión del gobierno comunal, y de diferentes autoridades politicas y policiales, no fue suficiente para revertir la supuesta desconfianza de los ediles. Y el resultado, más allá de las razones, fue un rechazo que deja una sensación amarga, de bochorno institucional. El alcalde Eduardo Redlich lamento lo ocurrido y no escondió su frustración. Y con razón. Porque lo que se perdió no fue simplemente un comodato. Se perdió la posibilidad de poner a Quirihue en el mapa nacional como ciudad formadora de Carabineros, con todos los beneficios tangibles e intangibles que eso supone. Se perdió una oportunidad de recuperar un edificio abandonado y ponerlo al servicio del desarrollo local. La reacción fue inmediata. Un dia después, alcaldes de Portezuelo, Cobquecura, San Carlos, Bulnes y Coihueco ofrecieron alternativas, La señal es clara: si Quirihue no toma la oportunidad, hay otras comunas dispuestas a hacerlo. En todo caso, aun no se cierra por completo este capitulo, pues el gobernador regional, Óscar Crisostomo, ha solicitado una nueva votación al municipio de Quirihue para reconsiderar la decisión. Pero el reloj corre, y la region ya se esta moviendo.
Porque el proyecto sigue adelante con o sin Quirihue, y lo que hoy se requiere no es retorica ni recriminaciones, sino voluntad politica, responsabilidad institucional y sentido de urgencia.. Lo relevante del inesperado rechazo del concejo municipal de Quirihue a entregar en comodato un recinto para instalar la primera Escuela de Formación de Carabineros en Ñuble no es solo el cambio de comuna o el traslado del proyecto. Lo esencial es que la región no puede -ni debedejar pasar una iniciativa que forma parte de un plan nacional de descentralización, formación y modernización institucional. Una escuela de Carabineros en la región es una acción concreta de confianza del Estado en el territorio. Y ese voto de confianza merece ser recibido con visión, no con mezquindad política. EDITORIAL