Autor: MARIO MERCIER V.
LA MONEDA FRENTE A SU DERROTA: Un trago amargo que no termina de pasar
A casi cinco semanas del 4-S, varios hechos y declaraciones dan cuenta de que en La Moneda aún no asumen la derrota. Incluso, a estas alturas muchos dudan de si lo harán. Una falta de definición que también parece estar afectando la dirección del segundo tiempo de la administración Boric. Lunes 5 de septiembre.
El reloj marcaba las 11:54 horas cuando inició el comité político ampliado en La Moneda, el primero luego del plebiscito de salida y el segundo encabezado por el Presidente Gabriel Boric desde el inicio de su gestión. El aire, como era de esperar, se cortaba con un hilo: la derrota había sido contundente y en varios de los timoneles de partidos había un silencio decidor. Un silencio que evidenciaba disconformidad no solo por el resultado, sino también porlafallida estrategia del Gobierno durante la campaña, que varios de los allí presentes le advirtieron en más de una ocasión a Palacio.
El mandatario y sus ministros, no obstante, lejos de hacer un mea culpa, ignor: ron la señal, como quien dice “aquí no ha pasado nada”. Tampoco dieron ninguna explicación por el 62% que obtuvo el Rechazo. Boric, un tanto a la defensiva, marcó su postura, “El Presidente nos manifestó con mucha claridad y firmeza su decisión de continuar adelante con el programa”, afirma el timonel de Acción Humanista, Tomás Hirsch. Las cartas ya estaban echadas. Sin un diagnóstico ni un análisis exhaustivo —ni mucho menos una autocrítica—, desde La Moneda optaron rápidamente por dar vuelta la página a una de las señales ciudadanas más contundentes del último tiempo. Las cosas, con algunos pequeños matices, seguirían por el mismo camino.
Una apuesta que le ha significado agudos cuestionamientos al Ejecutivo, no solo en la oposición, sino incluso desde históricos representantes de la centroizquierda, como el sociólogo Emesto Ottone, quien la semana pasada, en estas mismas páginas, señaló que “al Gobierno le hace falta un sentido de realidad más fuerte y una convicción de que hay que cambiar de rumbo' Las primeras acciones tras el 4-S daban para pensar en otra cosa.
La más va: el cambio de gabinete, que le entregó la conducción política a dos reconocidas figu ras de la ex-Concertación —Carolina Tohá y Ana Lya Uriarte—, como señal de moder: ción y tal vez como una muestra de que el Gobierno reconocía, en parte, su derrota en el plebiscito de salida. A-eso se sumaba el enérgico tono con que La Moneda anunciaba combatir la delíncuencia y el incipiente liderazgo que tomaba el ministro Mario Marcel, liderando una agenda proinversión, en un complejo momento económico. Pero el balde de agua fría no tardó en caer El propio mandatario sería el primero en salir a despejar las dudas sobre si acaso era efectivo el cambio de rumbo. “Algunos han visto el resultado del plebiscito como una derrota del Gobierno, pero nunca un gobierno puede sentirse derrotado cuando el pueblo se pronuncia”, dijo frente a la Asamblea General de la ONU.
Y semanas más tarde, en entrevista con CNN Internacional, agregaría que, a raíz del referéndum, “una de las primeras lecciones que tuvimos fue que no puedes ir más rápido que tu gente”. Para muchos, sus declaraciones fueron 'equívocas y solo reforzaron la falta de senti do de realidad del Presidente, pues la correlación entre el carácter refundacional de su programa y la propuesta de nueva Constitución estaba a la vista de todos. “El Gobierno persiste en el negacionismo y, en algunos casos, en la defensa irracional del texto rechazado por el 62% de los chilenos, Esto estuvo lejos de ser un problema de velocidad; fue de contenidos. Mientras el Gobierno no asuma la realidad, siempre veremos ciertos espasmos refundacionales e ¡ dentitarios que poco contribuyen a la hoja de ruta que quiere trazar el propio Gobierno. Desde la izquierda se sigue pensando que el texto era innovador y positivo para el país. Por tanto, seguirán insistiendo en sacar adelante algunos de esos contenidos ya rechazados”, dice el académico de la U.
De Talca Mauricio Morales, LAS ATADURAS DE LA CONVENCIÓN Como si faltaran dolores de cabeza en los últimos días, la semana partió con la agenda marcada porlas declaraciones dela ministra dela Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana, quien la noche anterior en “Tolerancia Cero” dejó caer, en medio de la conversación, que el Ejecutivo enviaría un proyecto de ley para legalizar el aborto sin causales. Sorpresa no era, pues desde los días de campaña el tema era parte de los planes del Gobierno, pero con su intervención Orellana terminó haciendo una suerte de recordatorio del programa. Y de paso, abriendo un flanco político antes de tiempo, pues la idea de presentar un texto tampoco se pensaba materializar en lo inmediato. En el comité político ampliado del lunes las críticas tampoco faltaron, pues se acusó de falta de ming?. “Es nuestra agenda y la vamos a impulsar”, se excusó Orellana.
Pero también, esta semana estuvo marcada por el anuncio del plan con que Irina Karamanos disolverá el rol institucional de la Primera Dama, pese a estar lejos de los temas que hoy preocupan a la ciudadaní. No es casual. En Palacio admiten que lo único que modificó el resultado del 4-S fueron los tiempos. “El plebiscito nos ha llevado a una moderación solo respecto a la ansiedad de querer hacer las cosas más rápido”, dicen.
Oposición, las acciones del Gobierno enlos últimos días tienen un origen común y solo reflejan el problema de negación o de terquedad que viven algunos sectores de iz quierda, al ver que sus ideas han quedado debilitadas en la ciudadanía. Pero no son los únicos que esbozan una tesis de esa naturaleza. Para la presidenta del PPD, Natalia Piergentili, es algo que observa incluso en miembros del oficialismo. “Una de las cosas que le ha costado al Frente Amplio, y lo he dicho antes, es entender la responsabilidad de ser gobierno.
Ser gobierno implica ciertas renuncias a tu virginidad en pos de lo difícil que es conducir el país y por lo mismo, no puedes seguir con tu agenda identitaria, prístina, virginal, cuando se requiere madurez política”, señala. Y así como ocurre con algunos contenidos, personas que estuvieron en el debate de la Convención siguen vivas en el Gobierno, pese al rechazo del 4 de septiembre.
El primero de ellos fue Ricardo Montero (PS), quien a inicios de septiembre asumió como jefe de gabinete de la ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá, La noticia no pasó inadvertida y rápidamente tuvo reacciones, incluso desde las filas oficialistas. El primero en lanzar sus dardos fue el senador socialista Fidel Espinoza. “Sivan a comenzar a instalar en los cargos de gobierno alos principales responsables de la debacle del 4-S, mejor cierren la puerta por fuera y no nos pidan nada. Al menos conmigo, no.
No aprendieron ni entendieron nada de nada”, escribió en su cuenta de Twiuer, Pero poco y nada tuvieron eco las palabras del senador: esta semana, César Valenzuela (PS) asumió como jefe del programa de Apoyo a Víctimas de la Subsecretaría de la Pre vención del Delito, dependiente del Ministerio del Interior, lo que despertó indignación, esta vez, entre aledaños de La Araucanía.
Mediante un comunicado, la agrupación “Primero las víctimas” cuestionó la designación recordando que durante la Convención, Valenzuela se mostró en contra de una iniciativa que buscaba reparación para las víctimas de violencia de la macrozona sur.
“Si cuando pudo ayudarnos no lo hizo, ¿por qué creer que lo hará ahora?”, dice la misiva, Los nombramientos lo cierran, hasta ahora, la abogada Constanza Schónhaut (CS), quien aterrizó este miércoles como política del gabinete de la ministra Tohá. Su caso, los cuestionamientos apuntan a su falta de experiencia previa en cargos relacionados con la temática en cuestión, pero también a su estrecho vínculo de amistad con el Presidente Boric. Pese a las críticas, en La Moneda ponen paños fríos a la situación e insisten en que los tres nombres cumplen con las expectativas requeridas para esos cargos. La presidenta del PS, Paulina Vodanovic, agrega además que “lo que se derrotó fue una propuesta de texto y, por lo tanto, acá no hay responsabilidades individuales. Ahora, también depende de qué personas se contraten. Los exconvencionales de los partidos fueron los cuadros más preparados y con más compromiso político.
Ellos entran al Gobierno por esos motivos ¿ REVISAR LA BRÚJULA? Fuera de la agenda que se impulsa y el apego, hasta ahora, persistente al programa, la otra duda instalada es qué tan a fondo se recalibraron las fuerzas al interior del oficialismo.
Aunque cargos clave del gabinete hayan dejado el rumbo de la conducción política en manos delas generaciones más experimentadas, del Socialismo Democrático, en la práctica, varias veces la mano visible ha sido más bien la de Apruebo Dignidad. ¿Un ejemplo? La discusión del TPP11, donde fueron justamente los partidos de esa coalición los que pidieron en primera instancia que el Ejecutivo retirara del Congreso el proyecto, alineados con el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada, quien también pertenece a ese mundo, ¿Cómo continuar en este segundo tiempo del Gobierno? Es solo uno de los tantos dilemas que atraviesa el Gobierno y que pronto, a través de un cónclave oficialista, esperan resolver. A casi cinco semanas del plebiscito, hay muchas dudas sobre si el minuto de acusar recibo del resultado del 4-S simplemente ya pasó o el giro todavía puede ocurrir. Con gran parte del período del Gobierno por delante y una ambiciosa agenda de reformas estructurales que se enfrentarán a un Congreso donde el oficialismo no tiene aseguradas las mayorías, cada minuto cuenta. Y por ahora, el reloj sigue corriendo. “Mientras el Gobierno no asuma la realidad, siempre veremos ciertos espasmos refundacionales e identitarios que poco contribuyen a la hoja de ruta que quiere trazar el propio Gobierno”. MAURICIO MORALES, ACADÉMICO, U. DE TALCA TRAS EL PLEBISCITO DE SALIDA: Sin una autocrítica, desde La Moneda optaron rápidamente por dar vuelta la página frente a la contundente derrota que sufrió el Apruebo.