Autor: Maria Elba Chahuán, Vicepresidenta y Fundadora de Unión Emprendedora
Columnas de Opinión: "El verdadero éxito empresarial"
Columnas de Opinión: "El verdadero éxito empresarial" Vivimos en una época obsesionada con los números. Abrimos los diarios económicos y vemos rankings de las empresas más exitosas, siempre medidas por el mismo criterio: facturación, utilidades, crecimien to en ventas. Pareciera que el único indicador válido para saber si una empresa es exitosa o no, es cuánto dinero genera. Sin embargo, algo no cuadra en esta ecuación, y muchas veces mal entendemos el concepto de éxito empresarial. Claro que la rentabilidad importa y sin ella no hay sostenibilidad. Pero ¿ es realmente todo lo que importa? Las micro, pequeñas y medianas empresas representan el 98,5% de las empresas en Chile y generan más del 50% del empleo privado. Son la columna vertebral de nuestras comunidades, las que dan vida a los barrios y las que ofrecen las primeras oportunidades laborales a los jóvenes.
Sin embargo, su participación en las ventas nacionales ha caído dramáticamente del 25% en los años 90 al 12,5% actual. ¿Por qué pasa esto? Una razón clave es que estamos jugando con reglas del juego diseñadas para otros. Mientras las grandes corporaciones compiten solo en indicadores económicos, las pymes generan valor en dimensiones que ni siquiera esque reflejen el verdadero aporte que hacen nuestras pymes a la sociedad.
Imaginen cómo cambiaría el escenario si además de premiar en rankings a las empresas con mayor facturación, también destacamos a las que más empleos jóvenes han creado, las que más han contribuido al desarrollo de su región, o las que mejor colaboran con otras pymes de su sector. Esto no es solo una reflexión filosófica. Tiene consecuencias prácticas enormes porque las pymes son mucho más que unidades económicas. Son agentes de transformación social, motores de desarrollo territorial y escuelas de formación laboral. Es hora de que nuestros indicadores de éxito reflejen esta realidad. Una empresa verdaderamente exitosa no es solo la que genera más utilidades, sino la que construye comunidad, desarrolla personas y fortalece territorios. Y eso, definitivamente es algo que se debería empezar a medir. tamos midiendo.
Por eso creo que es hora de ampliar nuestra definición de éxito empresarial e incluir en el análisis tres dimensiones fundamentales: La primera es el impacto social. ¿ Cuantos empleos locales genera la empresa? ¿ Qué porcentaje de trabajadores jóvenes o sin experiencia ha capacitado? ¿ Cómo contribuye al desarrollo de competencias en su comunidad? Una pyme que forma a sus trabajadores está construyendo el capital humano del país.
La segunda variable a tener en cuenta es el impacto territorial: ¿ La empresa compra a proveedores locales? ¿ Reinvierte algo de sus utilidades en la comunidad/región donde opera? ¿ Contribuye a dinamizar la economía local? Es importante este aspecto, porque una empresa que aporta dentro de su territorio, ayuda a construir un mejor país.
Por último tenemos la colaboración con el ecosistema pyme: ¿ La empresa trabaja con otros emprendedores? ¿ Comparte conocimien tos y oportunidades? ¿ Subcontrata servicios a otras pymes? Esto también es clave, porque cuando las pymes se apoyan entre sí, todo el ecosistema se fortalece. Esto no se trata de ignorar los números económicos, sino más bien complementarlos con indicadores.