Autor: Andrés Gómez Bravo
ALAN PAULS “La Mitad Fantasma es una novela cómica sobre el paso hacia el siglo XXI"
Desde Berlín, donde aterrizó en 2019 con una beca, el reconocido autor argentino habla sobre su nueva novela, una historia de amor improbable y a distancia entre un hombre maduro y una mujer menor en la era digital. También se refiere a las lecciones que recibió de Ricardo Piglia, a quien dedicará una conferencia el próximo jueves en el ciclo La Ciudad y las Palabras de la UC. Podía haberle pasado a la literatura argentina desde la estrella de Manuel Puig”, diría Piglia.
Su entusiasmo lo compartió también el chileno Roberto Bolaño, quien lo describió como “uno de los mejores escritores latinoamericanos vivos”. Desde Berlín, adonde llegóen 2019 conuna beca de escritor, Pauls ofrecerá una conferencia en tornoa “Ta ciudad de Piglia” en el seminario La Ciudad y las Palabras de la UC, que cumple 15años.
De Wasabihablará sobre la visión de Piglia sobre las ciudades como escenario de historias, el próximo jueves 15, a las 17.00, por el canal de You Tube del Doctorado en Arquitectura UC (www.doctoradofadeu.uc.cl). “Me gustaría hablar de cómo en Piglia la ciudad es prácticamente sinónimo de literatura”, dice.
“No sólo porque la ciudad es el espacio por excelencia de producción y circulación de historias, sino también porque una ciudad es en sí misma una escritura o un complejo de escrituras múltiples, ofrecidas a la lectura y la interpretación, en el que nos movemos como un lector por un texto”. ¿Cómo discurrían aquellos primeros encuentros con Piglia? Nos encontrábamos siempre en el centro de Buenos Aires, en bares. (Las casas eran tabú, espacios demasiado íntimos, demasiado burgueses para la conversación literaria de esos añospolitizados. ) Él me devolvía mis manuscritos con algún que otro subrayado muy tenue. Leía así, subrayando, un poco como un psicoanalista que repite una palabra dicha por su paciente y el paciente entiende por primera vez lo que ha dicho, cómo lo ha dicho y por qué. No me decía cómo tenía que escribir; lefa enlo que yo escribía mi deseo (precoz, torpe, contrahecho) de escribir, y rastreaba los lugares donde ese deseo era intenso y revelador y me los mostraba. Era un lector a la vez marxista y zen: le interesaba cómo hacía para ganarme la vida, cómo financiaba mi tiempo para escribir, pero jamás bajaba línea ni “corregía” nada. Simplementeseñalaba en mis textos las pistas que le parecían llevar aalgún lugar interesante, o desconocido, o nuevo. Y al final decada encuentro me daba una lista de lecturas: ensayos sobre literatura, novelas norteamericanas, teoría literaria.
Piglia es acaso el modelo del escritor/lector. ¿Qué lecciones recibió de él? Con Piglia aprendí a pensar y a vivir (que es lo que uno aprende con todos los maestros). Aprendí la solidaridad íntima, secreta, que hay entre pensar, escribir y vivir, eso que aparece tan nítido y estratégico, muchas veces como una especie de plan de operaciones, en los Diarios de Emilio Renzi. Una sutil catástrofe Alan Pauls llegó a Berlín en 2019 con su familia, ladramaturga Lola Arias y el hijo de ambos. Viajócon una beca otorgada porla ciudad, y durante su estadía culminó una nueva novela, La mitad fantasma.
Protagonizada por un hombre mayor y una mujer joven, quienes desarrollan una relación a distancia vía Skype, el libro supone el regreso del autor a la ficción luego de su trilogía dedicada a los años 70: Historia del llanto, Historia del pelo e Historia del dinero.
La mitad fantasma Alan Pauls Literatura Random House 320 pp. ¿ Cómo describiría la residencia en Berlín, con pandemia de por medio? Hubo un año idílico, casi irreal, que fue 2019, amparado por la beca y las dobles ventanas del departamento donde trabajé, abstraído detodo y hasta de Berlín misma. Luego vino 2020 y todo se enrareció, aunque la gestión alemana de la pandemia parecía entonces bastante sensata, sobretodocomparada con los delirios autoritarios o negacionistas que proliferaban en otras partes.
La sensatez se hizo polvo este año, tal vez porque se avecinan elecciones (terminan los 16 años de la era Merkel) y ni siquiera un país como Alemania es inmune al clima entrópico delas fases preeleccionarias.
Dicho esto, me gusta Berlín; me gustan el modo en que la historia está presente en la ciudad, el estilo entre trash, hippie y contracultural que tienen los berlineses de ser alemanes, los parques y los lagos, los cines que funcionan en pisos altos de edificios de departamentos (aunque estén cerrados desde hace cinco meses), la mala iluminación de las calles, el pan. Hay veces en que miro amialrededor y es como si me despertara enunmundo marciano, que no entiendo en absoluto. Pero hasta eso es estimulante. Por ahora.
Pronto llega a librerías La mitad fantasma, donde narra la relación a distancia entre un hombre y una mujer ¿ Dedónde nace esta historia? De las ganas de plantear y explorar problemas, que es lo único que me estimula para escribir. Entre los amantes de la novela hay toda clase de distancias, no sólo la física.
Él es un sedentario empedernido, ella viaja por el mundo cuidando casas; éles un artista de la sospecha, ella cree en las superficies; él no sabe qué es el Skype hasta que la conoce a ella; el único equipaje de ella esun celular y una computadora. Todo está dado para que la relación no sea o sea una catástrofe. Peroes una relación, y es precisamente el tipo decatástrofe que es, sutil, desesperada, llena de idas y vueltas, malentendidos, trampas, espejismos, lo que me interesa contar. Como dijo una amiga y gran traductora italiana, Maria Nicola, La mitad una novela cómica sobre el pasaje hacia el siglo XXI. Dos personajes en principio tan distintos y distantes, ¿cómo logran relacionarse? La novela no dice mucho al respecto. Todo indica quees un flechazo, sólo que con efectos dispares para los flechados.
Parece ser trascendental para Savoy (lo suficiente para volverlo loco) y más bien enigmático para Carla (cuya versión del asunto recién se intuye al final de la novela). Pero hay en la relación una especie de lógica orbitacional invertida: el sedentario, que debería ser el eje alrededor del cual se mueve el satélite, es el que se agita espasmódicamente alrededor de la viajera. En El pasado narró una larga historia de amor, ¿qué lo llevó a volver a explorar este terreno? era más bien una investigación sobre la posteridad, loque viene después, sobre las ruinas humeantes del amor.
Acá se trata del amor como delirio unipersonal: de la pequeña obra maestra de imaginación, cálculo y sospecha queseenciende en un varón quese cree de vuelamoroso cuando una desconocida se le cruza por el camino y, por una vez, repara en él. La tecnología ocupa un lugar en la historia. ¿Cómo es su relación con la tecnología? ¿ Usas redes? ¿ Se acostumbra al Zoom? Una relación de beligerancia civilizada. Uso sólo lo que necesito. Desoigo todo lo demás, no importa lo tentador que suene. Sólo tengo Instagram, que es mi dacha de fin de semana. La cuarentena berlinesa me obligó este año a pasar mis grupos de escritura a la modalidad virtual. Pensé que colapsaría, pero me adapté sorprendentemente bien.
De hecho, los primeros minutos de cada sesión solemos dedicarlo auna nueva práctica crítica: comentar el modo en que cada participante elige encuadrarse eiluminarse y revelar cierta parte de su intimidad en el pequeño recuadro de su cámara, algo que puede ser tan revelador como un buen texto. No tengo problemas con el Zoom, pero me gusta más el estilo de jitsi, precario, como de casa sin revocar con muebles de caña.
Ensayista, autor de las colecciones Temas lentos y Trance, Pauls cultiva también la traducción literaria: es traductor de Roland Barthes y del último libro de relatos inéditos de Marcel Proust. ¿Quépiensa dela controversia en torno a la traducción de la poeta afroamericana Amanda Gorman? A través desu agente, ella puso como condición para las distintas lenguas ser traducida por una mujer, en lo posible de raíces negras y activista. Nuria Barrios, quien hizola traducción al español, veen esas condiciones otra forma de censura.
Censura, estupidez y yo diría casi fascismo, porque ese tipo de exigencias no hace otra cosa que recuperar y fetichizar -en nombre de una minoríael mismo ideal de identidad esencial, el mismo mito de “pureza de pares” que siempre terminó borrando alas minorías dela faz de la tierra. Que la exigencia de Gorman tenga por traducción me parece particularmenpor no decir grotesco. Por su naturalezamisma, la traducción es una práctica radicalmente antiidentitaria. Traducir es mezclar, contaminar, reapropiar; es conectar lenguas, orígenes, experiencias y culturas que no estaban “naturalmente” llamadas a entrar en relación. Traducir es el antídoto por excelencia contra todo ghetto, incluso, osobretodo, el que reivindica una minoría empoderada lucha política absolutamente justa. O