Autor: Mauricio Villena Decano Facultad de Administración y Economía UDP Rodrigo Montero Decano Facultad de Administración y Negocios U. Autónoma de Chile
NEGACIONISMO ECONÓMICO EN TEMAS LABORALES
SEÑOR DIRECTOR: Nuestro mercado laboral está bajo gran presión: desempleo de 8,8% en el trimestre móvil enero-marzo, y una fuerza laboral que crece más quelos puestos de trabajo (3,5% versus 2,4%). En este contexto, es inexplicable que el gobierno proponga subir el Ingreso Mínimo Mensual (IMM) en 22% nominal, 14% real según proyecciones de inflación del Banco Central.
Tal reajuste, muy por sobrela inflación anual proyectada para 2023, restringirá la reactivación del empleo sobre todo en Pymes, y podría incentivar aún más la informalidad laboral, afectando especialmente a personas de menores calificaciones y escasos recursos. Existe evidencia de que aumentos moderados del IMM ayudan a reducir la pobreza y causan poca pérdida de empleo, pero el contexto económico y la magnitud del aumento planteado nos alejan de ese escenario. Por ejemplo, Jeffrey Clemens y Michael Wither (2019) estudiaron el impacto del aumento del salario mínimo federal en EE.UU. En la recesión de 2007-09, comparando estados que subieron los salarios con aquellos que no lo hicieron, pues el salario mínimo local ya era más alto. Concluyeron que el aumento perjudicó significativamente el empleo entre jóvenes de 16 a 30 años que habían abandonado los estudios. Esto evidencia el riesgo de aumentos bruscos del IMM en tiempos de inestabilidad económica, así como los potenciales efectos negativos en grupos vulnerables.
Un informe del OCEC UDP (José Acuña y Juan Bravo, 2023) señala que la jornada laboral de 40 horas y el aumento de la tasa de cotización previsional en 6% podrían aumentar el costo salarial por hora en el segmento de trabajadores que ganan en torno al IMM en hasta 19,3 %. A ello deben sumarse los incrementos en términos reales del IMM acumulados a la fecha en que ambas medidas estén en régimen. Ciertamente, estas medidas, aunque busquen favorecer alos trabajadores, en su conjunto probablemente causen lo contrario: mayor desempleo, informalidad y menores salarios reales. Ojalá superemos este negacionismo en temas laborales; como vimos con los retiros previsionales, puede tener rédito político, pero consecuencias negativas y duraderas para la población. La mejor política económica para tener un mercado laboral sano es propiciar el crecimiento y mayor productividad, temas que lamentablemente han estado fuera de las gobierno en el último tiempo.