Autor: Carlos Ilabaca
El inédito relato de un testigo de la fundación de Puerto Montt
El inédito relato de un testigo de la fundación de Puerto Montt EL LLANQUIHUE MICHIVO EL LE ANALISI uesta creer que haya C existto un testigo de la fundación de Puerto Montt, aquella mañana del 12 de febrero de 1853, y que haya vivido lo suficiente como para contar su historia, una que se apresta a cumplir 173 años. No obstante, es menester recordar que Diario El Llanquihue comenzó su circulación apenas 32 años después de que Vicente Pérez Rosales pusiera la primera piedra de la ciudad, hoy capital regional.
Fue así como hace casi un siglo, precisamente el 23 de octubre de 1927, un reportero de este matutino obtuvo una entrevista que haría historia, altener como interlocutor a un venerable adulto mayor de calle Huasco, quien tuvo el prestigio de haber asistido a la fundación de la ciudad y ser -hasta ese añoel último testigo vivo de aquella memorable fecha.
Se trata del calbucano Antonio Olavarría Andrade, hijo de quien construyera una vivienda donde se llevó a cabo una gran festividad tras la ceremonia oficial, una que se extendió hasta por dos dias, según su interesante relato. 1853 tendría apenas una corta edad, relato además su primer encuentro con el fundador y agente colonizador. "Cuando legó don Vicente Pérez Rosales se alojó en nuestra casa. A don Vicente lo recuerdo muy bien; era un hombre de regular estatura, de pelo negro, barba negray crespa. De trato muy amable y alegre. Era el alma de la colonia que se formaba.
En todas partes se le veía dando atinadas disposiciones". CONOCIÓ A PÉREZ ROSALES Cuenta don Antonio Olavarría en el artículo publicado en El Llanquihue: "Cuando nosotros llegamos de Calbuco, esta parte donde vivimos (Huasco) estaba cerrada de quilas y bosque, era muy alto, y a la orilla de la playa había una vega que se extendia en lo que ahora es calle Varas; el resto era hualve y en las lomas todo era bosque tupido (lo que es hoy sector alto de Seminario, Manuel Montt, Mirasol, etcétera). La única casa que había era un rancho de junquillo, y paja ratonera de un indio que se llamaba Juan Millalonco, donde estuvo el matadero antiguo". "Inmediatamente de llegado mi padre de Calbuco, empezó a construir una casa, de quince varas de largo en el centro de la cuadra que hoy ocupa el Club Alemán, propiedad que fue de la Compañia Chile Argentina; y esta fue la primera casa de madera que hubo en Puerto Montt". Quien por aquel año de VISTA PARCIAL DE MELIPULLI EN UN BOCETO DE KARL SIMON DE 1850. VICENTE PÉREZ ROSALES FUE NOMBRADO AGENTE DE COLONIZACIÓN EN 1850 POR EL PRESIDENTE MANUEL MONTT. MONUMENTO EN HOMENAJE ALA COLONIZACIÓN ALEMANA EN LA ZONA. DÍA DE LA FUNDACIÓN "Yo me encontré presente" prosigue el señor Olavarría"cuando se colocó la primera piedra de la fundación de Puerto Montt. Ese dia amaneció muy bonito.
Desde temprano las diferentes familias alemanas se reunieron en una vega, donde ahora está la Plaza de Armas, todos ataviados con sus mejores trajes". Y continúa asi su relato: "Don Vicente se hacia cuatro para atender a todos, y disponer la solemne ceremonia de la colocación de la primera piedra de la fundación de Puerto Montt. Estaban fondeados en la bahia los buques del gobierno, veleros: La Esmeralda, La Janequeo y El Meteoro, más un vapor de dos ruedas a los costados, que no recuerdo cómo se llamaba.
Estos buques hablan desembarcado casi toda su tripulación, con sus bandas de músicos y sacaron tambien tres cañones". "En el centro de la vega se levantó una pirámide de madera de tres lados, cada uno con el color de la bandera chilena.
De los buques se sacaron algunas velas de lona y con ellas se hizo una carpa muy grande en el lugar que hoy ocupa la casa parroquial y en medio se levanto un altar, sobre una mesa de madera". Cabe mencionar que en su libro "Melipulli Astillero Principal 1750-1850.
Historia del antiguo Puerto Montt", el historiador Rudy Carrasco menciona sobre esta misma fecha: "El 12 de febrero, dia de la llamada fundación de la ciudad, (Pérez Rosales) ordena una pomposa puesta de la primera piedra de una Catedral que quedó sólo en los papeles, pues nada se construyo en las primeras décadas.
Deberían transcurrir más de 40 años -hacia finales del siglopara que dicho edificio, ya construido en su mayor parte, pero todavia sin la torre, fuese inaugurado y bendecido como la Catedral de Puerto Montt". Prosigue Olavarría con su recuerdo: "A las diez en punto se dio principio a una misa de campaña, debajo de la carpa, oficiando el canónigo Pérez que vino de Ancud con ese fin, porque aqui no habia cura ni iglesia.
Estábamos oyendo la misa cuando en el momento de alzar la hostia consagrada, empezaron las salvas con los cañones que sacaron los buques y los de a bordo les contestaban con otros cañonazos que hacían tal estruendo que parecía que se venía el mundo abajo". de la fundación que fue firmada por el y por los comandantes de los veleros, que sirvieron de padrinos.
Se colocó el acta en un frasco dentro de la piedra horadada y se le tapo, se puso luego la piedra en un hoyo como de un metro de profundidad, prohibiéndose que se pisara en aquel lugar". "Los oficiales rodearon a don Vicente Pérez Rosales, y se dirigieron al Palacio donde se ofreció un gran almuerzo.
Mientras tanto, todas las familias alemanas cantaban en su idioma y bailaban en la vega, almorzando también al aire libre, a todo sol". El vibrante relato del anciano señor Olavarría culmina con lo que fue la trastienda de aquel hito fundacional. "En la noche se siguió un balle en la casa de mi padre, utilizando unas piezas muy grandes; se les retiraron las mesas y empezó una fiesta que duró hasta dos días después, y donde sólo se bebía champaña y cerveza negra que se traia del PRIMERA PIEDRA Y FESTEJO "Terminado el Tedeum se procedió a colocar la primera piedra de la fundación de la ciudad.
Desde el Palacio, don Vicente Pérez Rosales, acompañado de los comandantes de los tres buques, sacaron una piedra que tenia un hoyo en el medio y que iba adornada de cintas de colores y la llevaron casi frente al altar.
Después de un discurso que pronunció don Vicente, las mismas cuatro personas tomaron la piedra de las cintas y las colocaron en el mismo lugar que ahora descansan los cadáveres para decirles su último responso, antes de salir de la Parroquia: es decir, en el atrio de la actual iglesia. Enseguida, don Vicente leyo el acta extranjero". 6 de septiembre 1886 murió Vicente Pérez Rosales. el más chileno de los chilenos", según Vicuña Mackenna.. HACE 172 AÑOS. El testimonio corresponde al calbucano Antonio Olavarría Andrade, quien fue entrevistado por El Llanquihue en octubre de 1927.