Autor: FRANCISCA ORELLANA
Nextdoor: así funciona la red vecinal donde funaron al Chino Ríos
La aplicación se usa en 249.000 barrios de Estados Unidos Un vecino advierte de un grupo de cinco muchachos tratando de robar un objeto. “¿Alguien conoce a estos niños? Creo que viven por aquí. Esta es una foto de 2 de los 5”, pregunta. Ni en vecindario de Indian Beach.
Para aquellos que se preguntan acerca del extremadamente ruidoso Lamborghini Huracán blanco (con pinzas de freno de color verde brillante) que ha estado usando nuestro vecindario como pista de carreras durante el último mes y medio, el dueño es el Sr. Marcelo Ríos”, dice el inicio del extenso posteo que realizó un vecino en Nextdoor, la aplicación favorita de los vecindarios de Estados Unidos. La publicación fue literalmente una funa pública. La firmaba Thomas Frascone, ocurrió el 6 de enero de 2022, recibió más de 100 comentarios de vecinos del barrio donde vive el ex tenista. Dicha publicación trascendió judicialmente ya que el deportista demandó a Frascone por injurias y calumnias, por perjudicar su imagen y afectar sus negocios.
La particularidad de esta aplicación, que tiene un parecido a la popular Sosafe en Chile y que fue creada en 2011, es que sectoriza a los participantes según el barrio donde viven y existe la opción, si la persona quiere, de poder difundir sus contenidos en barrios cercanos.
En la plataforma se publican temas de convivencia, avisos de perros perdidos, pero también productos que se quieren vender o regalar, es un espacio para darles la bienvenida a los nuevos vecinos y también para organizar encuentros. El uso es muy parecido a un grupo de Whatsapp de un edificio. C C p eligroso conductor de LamborghiAgrupa a los vecinos según proximidad y para anotarse hay que usar el nombre real y acreditar la dirección. “En un entorno privado concebido exclusivamente para ti y tus vecinos”, indica la plataforma en su web nextdoor. Com (acceda en https: //bit. Ly/3J4jyy C). En dicha publicación se menciona que se usa en 249.000 barrios de Estados Unidos y en más de 11 países, como España, Canadá o Francia. En Chile aún no está presente. La chilena Paula Córdova, cofundadora y administradora de propiedades de la empresa de bienes raíces Viva Orlando Realty, utiliza esta aplicación en el barrio donde vive en Kissimmee, en Orlando.
Ahí suele ver mensajes de perros perdidos, difusión de negocios de barrios, pero también disputas o peleas entre vecinos. "Es un network muy pequeño, sólo la comunidad donde se vive se puede prestar para disputas, competencias o discusiones políticas. Se puede dar que se publiquen comentarios instigadores para, por ejemplo, arruinar el negocio de otro. Lo que pasa es que el gringo es bastante impersonal, cada cual se mete en lo suyo, y no hay mucho de acusar al otro vecino de forma personal”, describe sobre esa interacción.
Destaca la funcionalidad de la aplicación, pues sólo conecta con personas que viven cerca y que han entregado su nombre y apellido verdadero, ya que para inscribirse la persona debe comprobar -con una boleta de serviciosque su teléfono está registrado en la misma dirección que dio para ingresar a la plataforma. "También funciona con geolocalización o recibiendo una invitación por correo, donde hay que corroborar la dirección de la casa donde vives para completar el proceso”, explica Córdova.
Disfuncional La aparición y uso de aplicaciones de interacción social son útiles cuando sirven para un fin específico como la seguridad y advertir robos o zonas peligrosas, pero son incompletas y disfuncionales cuando buscan generar vínculos entre los seres humanos porque las personas nose están mirando a la cara, advierte el sicólogo Rodolfo Bachler, doctor en Sicología e investigador en emociones de la Escuela de Sicología de la Universidad Mayor.
Bachler destaca que el hecho de que en Nextdoor las personas se conozcan entre sí y/o aparezcan con su nombre y apellido y ubicación de su vivienda, hace menos probable que aparezcan interacciones agresivas gratuitamente. "Si las hay es porque las personas necesitan comunicarse”, añade.
Acota que el gran problema de comunicarse “online” es que sólo está la palabra esUn vecino se queja armargamente porque alguien talló un garabato en su calabaza de Halloween. crita y se deja afuera el lenguaje analógico o no verbal. "Falta la parte que nos transmite las emociones. Necesitamos ver la cara y saber el tono de voz de otro cuando nos comunicamos.
Al quedar afuera esa parte, se presta para múltiples problemas, generando situaciones tanto divertidas como desagradables”. Carmina Gilmore, magíster en Mediación y académica del Instituto de Ciencias de la Familia de la Universidad de Los Andes, acota que en los temas de barrio o vecinales se da la particularidad de que a los vecinos les cuesta tener conversaciones difíciles cara a cara, porque aunque hay cosas que molesten de una persona, igual se van a apoyar frente a situaciones complicadas. "Hay una persona que tiene un perro que ladra, lo que molesta al vecino porque le da insomnio. Y no se atreve a conversar con él, porque igual le ayuda a cuidar la casa en vacaciones, le riega las plantas. Se apoya en él cuando lo necesita y considera que es más importante mantener las buenas relaciones”, ejemplifica. La situación es más drástica en Estados Unidos, según Bachler: “Las personas están más encerradas en sus casas, hay pocos espacios comunes vecinales, casi no anda gente caminando en las calles donde poder mirarse. Pero no por eso deja de existir la importancia de comunicarse y el contacto, porque el ser humano tiene una necesidad primaria y básica de apego.
Y esta red social es una vía de escape, pero muy mala vía, porque los termina distanciando más que aglutinando”. “¡Hola a todos! Mi esposo y yo nos mudamos a Crace hace dos meses”, postea una mujer que busca armar redes en su nuevo barrio.