COLUMNAS DE OPINIÓN: Parisi, el excéntrico
COLUMNAS DE OPINIÓN: Parisi, el excéntrico S i el centro político es hoy un centro excéntrico, uno que no es centro moderado a la antigua, sino una bandada de aves que oscila al viento electoral sobre el campo de flores bordado de la política chilena, entonces Parisi ha sido su habitante primordial.
Forjado en la academia, vicedecano y profesor de FEN, espontáneo en el late show de finanzas, en redes sociales y en interacciones con "la gente", Parisi ha sabido comprender y hablar el lenguaje de la era medial. Un lenguaje de pocos caracteres, expresivo, emocional y sin abstracción normativa. Su motivación jamás sería el uso de la razón pública en la discusión democrática; tampoco la legitimación procedimental de la democracia liberal. Su pathos no es representación ni mediación, sino "dar voz"a inquietudes, demandas y aspiraciones de "la gente" recogidas en el particularismo de la comunicación digital. Por eso sus propuestas pueden pasar de la selección nacional de gamers a la cárcel flotante y la gobernanza triestamental de instituciones de educación, sin tener que preocuparse por consistencias argumentales. Cada uno podrá elegir qué le gusta más en el menú del día. La política-Parisi es ortogonal al eje izquierda-derecha. Cuando tuvo éxito con su PDG en 2021 y 2022, el partido se definía como una agrupación "sin ideología", con pretensión de construir una "democracia directa" basada en trabajo territorial y medios digitales. En ese momento su foco era "la clase media emergente" (Mascareño et al. 2022). Entonces buscaba un nicho. Ahora es "la gente al poder"; una pesca por arrastre. Parisi no hablaría de "pueblo y élite", como lo hace el comando de Jara para ver si la retórica populista pasa la prueba pública. Su mundo es "la gente común y corriente", esa que demora generaciones en avanzar. Por ello el fast track de "ganarle a la vida", de encontrar los atajos, es llamativo.
El pueblo fue construcción de la izquierda, los ciudadanos de la socialdemocracia, los individuos del liberalismo y la persona humana del conservatismo. "La gente", en cambio, especialmente la "común y corriente", no tiene dirección política y es ajena a la élite. Son indiferentes a las formas de gobierno, indecisos radicales, votantes obligados. Ser políticamente excéntrico, situarse fuera del centro regular en el vector derecha-izquierda, es lo que permite a Parisi recomponer hoy su adhesión a "la gente", a pesar de haber perdido a todos sus parlamentarios. No importa; son intercambiables, por Jiles, por ejemplo.
Esa fluidez le permitirá, además, alimentarse del anticomunismo hacia Jara, del rechazo a cargas conservadoras de Kast y de la tardanza en el perfilamiento de Matthei, la única candidatura con partidos que podrían contener la polarización excéntrica. Parisi es la figura posdemocrática por excelencia, un "atractor extraño" en el oscilante campo electoral criollo. Parisi, el excéntrico Aldo Mascareño Centro de Estudios Públicos "Parisi no hablaría de «pueblo y élite». Su mundo es «la gente común y corriente», esa que demora generaciones en avanzar"..