Autor: MONSERRAT PARRAGUEZ
Encuentran los restos de expedicionario británico extraviado en la Antártica hace 66 años
Encuentran los restos de expedicionario británico extraviado en la Antártica hace 66 años En 1959, el meteorólogo Dennis Bell se cayó en una grieta de hielo y no pudo ser rescatado Encuentran los restos de expedicionario británico extraviado en la Antártica hace 66 años Un equipo de investigadores de la estación polaca Henryk Arctowski halló sus restos y objetos personales gracias al derretimiento de un glaciar en la bahía Almirantazgo. Con pruebas de ADN y gracias a la identificación de sus objetos confirmaron que se trataba del científico perdido.
MONSERRAT PARRAGUEZ MONSERRAT PARRAGUEZ tánico Dennis "Tink" Bell había permanecido desaparecido desde julio de 1959, cuando sufrió un trágico accidente durante una misión científica en la isla King George, ubicada en las islas Shetland del Sur, en la Antártica. Durante más de seis décadas, su paradero fue un misterio, pero ahora la British Antarctic Survey (BAS) informó que sus restos fueron encontrados, poniendo fin al misterio de su paradero.
Cuando se extravió, Bell tenía 25 años y formaba parte del Falkland Islands Dependencies Survey (FIDS), organismo precursor del actual British Antarctic Survey, desempeñándose como meteorólogo en una base científica remota, realizando estudios sobre las condiciones climáticas y glaciológicas del territorio. Durante una expedición, Bell y sus compañeros cruzaban una zona repleta de grietas ocultas bajo capas de nieve.
En un momento, Bell se adelantó sin esquís para motivar a los perros que tiraban del trineo, y fue entonces cuando el hielo cedió bajo sus pies, precipitando su caída en una grieta profunda e inaccesible. Sus compañeros intentaron rescatarlo de inmediato. Jeff Stokes, topógrafo del grupo, descendió una cuerda para izar a Bell, quien se sujetaba con su cinturón. Sin embargo, el cinturón se rompió y Bell cayó nuevamente en la grieta, perdiendo el contacto con sus colegas y sin responder a sus llamados. Los otros miembros del equipo, Ken Gibson y Colin Barton, que seguían unos minutos atrás, solo pudieron llegar al lugar doce horas después debido al mal tiempo. Para entonces, la posibilidad de rescate ya era inexistente.
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Fue rmano bril rmano bril un ante y y memoria ahora ede desca ede desca nsar paz; dijo David, hermano de hermano de Dennis Bell (en la o, el primero a la fo fo 1ZQ ulerda). Los restos de Bell permanecieron enterrados en el hielo y fueron inaccesibles durante décadas. Eso hasta enero de este año, cuando un equipo de la estación polaca Henryk Arctowski halló sus restos humanos y objetos personales en un glaciar en la bahía Almirantazgo.
Según el comunicado del BAS, debido al calentamiento y retroceso del glaciar se pudo realizar el hallazgo, ya que esto fue dejando al descubierto los fragmentos óseos de Bell y cientos de objetos personales, entre los que se contaron bastones de esquí, un reloj, una radio, una linterna, un cuchillo sueco y una pipa. Estos elementos, cuidadosamente pipa. Estos elementos, cuidadosamente pipa.
Estos elementos, cuidadosamente BRITISH ANTARCTIC SURVEY SURVEY recogidos por el equipo polaco, fueron fundamentales para confirmar la identidad de Bell a través de análisis de ADN, comparando el material genético recuperado con el de sus familiares directos.
David Bell, hermano de Dennis, expresó una mezcla de sorpresa y alivio al conocer la noticia. "Estoy impactado y maravillado", declaró, agradeciendo a las autoridades y al equipo polaco por su sensibilidad y profesionalismo en todo el proceso. "Después de 66 años sin respuestas, saber que por fin ha sido encontrado nos da un cierre que no creíamos posible.
Fue un hermano brillante y su memoria ahora puede descansar en paz". Tras su recuperación, los restos y obJetos personales fueron transportados a bordo del buque de investigación Sir David Attenborough, que navegó hacia las Islas Malvinas, para luego ser trasladados al Reino Unido con el apoyo logístico de la Royal Air Force. El procedimiento estuvo bajo la supervisión del forense del Territorio Antártico Británico, Malcolm Simmons, quien aseguró que el tratamiento respetara en todo momento la dignidad del fallecido. Como homenaje permanente, una zona costera de altura en la isla King George fue bautizada como Bell Point..