Autor: DIERK GOTSCHLICH
Bomberos de Santiago dice que ha enfrentado mayor emergencia desde la Guerra Civil de 1891
Recuerda que la situación actual solo se compara con el conflicto de hace 128 años, cuando hubo incendios “gigantescos” como el de la Unión Central. Así lo señala Marco Antonio Cumsille, superintendente de la institución: Lo de El voluntariado bomberil no está amenazado hoy.
Por lo tanto, plantear como si fuera una necesidad tener bomberos pagados creo que sería distraer más plata del Estado, que se necesita para muchas emergencias y para muchas demandas sociales, y no para distraerla en un servicio que hoy está bien satisfecho”. Ate Todos los cuerpos se han sobredotado de personal, han hecho acuartelamientos, donde va más gente de la que puede salir en los carros, de tal manera de ir rotando, esa es una realidad que ha pasado en casi todas partes de Chile”. El viernes 8 de noviembre un incendio causado por vándalos destruyó la Casa Schneider Hernández en Vicuña Mackenna, sede de la Universidad Pedro de Valdivia, que terminó con la pérdida total del segundo y tercer piso del inmueble. Ese es solo uno de los últimos ejemplos que reflejan la magnitud de las emergencias a las que ha debido acudir el personal de Bomberos durante las últimas semanas. Desde que detonó la crisis el 18 de octubre, ha aumentado el número de siniestros, pero también la intensidad de estos.
Así lo remarca el superintendente del Cuerpo de Bomberos de Santiago (CBS), Marco Antonio Cumsille, quien dice que “la magnitud de los incendios ha sido superior a años anteriores”, como por ejemplo, el caso de la bodega Kayser, en Renca, donde murieron cinco personas. “Fue un incendio con quinta alarma, que significa ir duplicando las fuerzas cada vez que sale una alarma. A la primera salen cuatro bombas, a la segunda otras cuatro, y asíse va incrementando.
En nivel de vehículos y recursos es harto”, explica el reconocido periodista. —¿ Cómo han aumentado las emergencias este año? “La cifra es bastante impresionante, porque desde el 18 de octubre al 10 de noviembre del año pasado tuvimos 504, y entre las mismas fechas de este año solo en el Cuerpo de Bomberos de Santiago tuvimos 865, o sea, más de un 71% de aumento. Se puede hablar de la cantidad (de siniestros), pero por otro lado también tenemos que considerar un alza en la magnitud”. —¿ Y dan abasto los distintos cuerpos de Bomberos? “Damos abasto. Todos los cuerpos se han sobredotado de personal, han hecho acuartelamientos. Va más gente de la que puede salir en los carros, de tal manera de ir rotando, eso es una realidad que ha pasado en casi todas partes de Chile.
No es que hayamos sido soJUAN CARLOS ROMO brepasados, los cuerpos, si bien somos autónomos, hay un tema de ayuda mutua que ha sido muy eficiente dentro de la magnitud de la emergencia que tenemos”. —¿ Esta es la situación más difícil por la que ha pasado la institución?“Voy a decir que no es la mayor porque durante la Guerra Civil de 1891, particularmente el CBS tuvo bastantes problemas para hacer su labor. Como buena guerra civil, el país estaba dividido en dos y, por lo tanto, era muy difícil trabajar. Hubo incendios gigantescos, como el de la Unión Central.
Incluso, el ministro del Interior de la época, Julio Bañados Espinoza, era bombero de la 6* y como secretario de la escuadra estaba Ismael Valdés Vergara, que era bombero de la 5? (... ), que estaban enfrentados políticamente, pero unidos por ser bomberos.
Y hubo muchos más problemas, hubo divisiones, resquemores, efectivamente no había marchas como ahora, era otro estallido social”. —¿ Cómo se proyectan para las próximas semanas? “Se ha ido regulando, hoy hay más acuartelamiento en la noche, pero en el día hay bastante libertad, y en realidad no tengo la respuesta de hasta cuándo va a seguir. Vamos a estar cumpliendo con nuestro deber pase lo que pase y vamos a seguir haciéndolo teniendo en claro una cosa: no podemos exponer la integridad ni la salud ni seguridad de nuestros voluntarios. Eso también es parte de nuestra misión, y la mía como superintendente.
Lo que más me preocupa es que los bomberos no se vean afectados por incidentes, agresiones, que en general ha habido, pero para la magnitud de losincendios, de todos los problemas que hemos tenido, las agresiones a bomberos no han sido tantas”. —Pero hay una campaña sobre las agresiones a bomberos... “Esa campaña la hace la Junta Nacional de Bomberos, porque en algunos sectores efectivamente ha habido agresiones.
Pero la verdad es que, por lainformación de que nosotros disponemos, no solo en Santiago, sino que en la Región Metropolitana, las agresiones han sido muy menores en cantidad y en magnitud respecto de la cantidad de emergencias que tenemos”. La institución detalló que dichos inconvenientes han sido principalmente agresiones a los carros bomba en sus recorridos hacia las emergencias. Van 7 casos “de consideración”. Marco Antonio Cumsille superintendentedel CBS. Z e E w E z PLAN. — El CBS tiene una campaña para Pe agresiones a su personal.
El centro de Santiago padece la mayor vandalización de su historia La estación Lucía (Línea 1 del metro) ha sufrido el embate vandálico. "Siempre pensé que lo peor que me iba a tocar en mi vida profesional iba a ser el terremoto del 27 de febrero en Concepción, y la (posterior) reconstrucción.
No me imaginaba que después de una cosa así, que fue muy extrema, podía venir algo igual o peor”, dice el presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, Sergio Baeriswyl, frente a la apariencia de las calles de la capital.
Y es que tras casi un mes de constantes movilizaciones, "todos tenemos la sensación de que esto ha sido peor que un evento tan destructivo como es un terremoto y un maremoto", agrega, y puntualiza que “no tengo precedentes históricos en Chile que puedan comparar o ubicar en algún espacio lo que ha ocurrido en estas cuatro semanas”, agrega. Como él, diferentes expertos ligados al mundo del urbanismo y el patrimonio opinan que el centro de Santiago luce como si hubiese sido arrasado por un gran desastre natural. Esta vez, en cambio, la acción de vándalos en protestas ha producido el constante deterioro.
El licenciado en conservación y director del estudio Brúgmann, Fernando Imas, por ejemplo, dice que "es comparable con un terremoto o desastre en el sentido que fue repentino y agresivo”. En esa línea, detalla que incluso el estaUna sombría postal de la Alameda, eje de las protestas y de la destrucción a gran escala.
Llido social ha producido "réplicas que han sido más o igual de destructivas que el evento inicial”. Y que, además, causa lo mismo en la ciudadanía que una gran catástrofe: "Se toma un tiempo en tomarle el peso y en evaluar los daños a los que nos vemos enfrentados.
Aceptando que lo que estaba presente ayer, y que representaba un valor, hoy ya no está”. Imas agrega que "lo tremendo de este que afectó a la capital fue que no solo nos rompió los edificios, sino que también las representaciones que teníamos (como iglesias y esculturas), seamos católicos o no”. El académico Roberto Moris, del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC, dedicado a la gestión de riesgo y resiliencia, plantea que "han sido inevitables las comparaciones” de este tipo.
Sin embargo, advierte que "esto es mucho peor porque un terremoto nos afecta a todos, pero después se genera un proceso de reconstrucción en que la sociedad se une mucho”. Afirma que ahora, en cambio, se observa "una destrucción de lo público que es muy potente porque estos espacios tienen una carga funcional”, y agrega que "todavía no tenemos muy claro realmente qué es lo que se destruyó, pero son cosas públicas que teníamos una cierta idea de que eran intocables y que tienen un significado”. Similar opina el académico de la U. De Chile y expresidente del Colegio de Arquitectos, Alberto Texido: "El espacio público ha sido el receptor de la furia.
Esta crisis implica un proceso de reconstrucción físico y de algún modo también social”. En tanto, el arquitecto Patricio Gross coincide en que el panorama actual es como después de un gran terremoto, pero dice que es más grave debido a la intencionalidad en los destrozos. "Me parece gravísimo este desconocimiento del mobiliario público y al patrimonio, eso no pasa en un terremoto. Esta destrucción de los monumentos históricos es increíble”, plantea.
En esa línea, agrega algo en que todos los expertos coinciden: "Debería haber aquí una suerte de catastro muy serio, un responsable por parte del Estado, un inventario y una evaluación de los costos”. Y también advierte que "hay que tener mucho cuidado con que aquí no se aprovechen algunos después y digan que hay que demoler edificios históricos para despejar el terreno y construir otra cosa”.